E Algo + no 4º Domingo do Tempo Ordinario – Ciclo A

CITA

“La quintaesencia del cristianismo”.

Mahatma Gandhi

“No se regala nada en la vida”.

“La felicidad para quien la trabaja”.

San Agustín nos recuerda que «lo que ayuda no es sufrir estos males, sino soportarlos por el nombre de Jesús, no sólo con espíritu sereno, sino incluso con alegría» (De sermone Domini in monte, I, 5, 13: CCL 35, 13).

San Clemente de Alejandría Al hombre manso y humilde de corazón nada puede apartarlo del amor de Dios, ni tiene necesidad de tranquilizar su ánimo, porque está persuadido de que todo es para bien; no se irrita, ni hay nada que le mueva a la ira, porque siempre ama a Dios, y a esto sólo atiende ().

Isaac de Stella Parece decir: «Buscáis la dicha, y no está donde la buscáis, corréis, pero fuera del camino. Aquí tenéis el camino que conduce a la felicidad: la pobreza voluntaria por mi causa, éste es el camino. El Reino de los cielos en mí, ésta es la dicha. Corréis mucho pero mal, cuanto más rápidos vais, más os alejáis del término…» Sermón 1, para la fiesta de Todos los Santos

Juan Enrique Newman,  «El dinero es el ídolo de nuestro tiempo. A él rinde homenaje instintivo la multitud, la masa de los hombres. Estos miden la dicha según la fortuna, y, según la fortuna también, miden la honorabilidad […] Todo esto se debe a la convicción […] de que con la riqueza se puede todo. La riqueza, por tanto, es uno de los ídolos de nuestros días, y la notoriedad es otro […] La notoriedad, el hecho de ser reconocido y de hacer ruido en el mundo (lo que podría llamarse una fama de prensa), ha llegado a ser considerada como un bien en sí mismo, un bien soberano, un objeto de verdadera veneración» (Discourses addresed to Mixed Congregations, 5 [Saintliness the Standard of Christian Principle]).

Benedicto XVI, “Los caminos del Señor no son cómodos, pero no estamos hechos para la comodidad”

Fray Marcos, Lo que intentan decir las bienaventuranzas es precisamente que la sociedad tal como está hoy montada a nivel mundial es radicalmente inhumana e injusta, aunque cumplamos al pie de la letra todas las normas legales que nos hemos dado a nosotros mismos.

            Las bienaventuranzas nos están diciendo que otro mundo es posible. Un mundo que no esté basado en el egoísmo sino en el amor”.

San Juan Pablo II, La misericordia no es una dimensión entre otras, sino el centro de la vida cristiana: no hay cristianismo sin misericordia Enc. Dives in misericordia (30 de noviembre de 1980); Bula Misericordiae Vultus (11 de abril de 2015); Cart. Apostólica Misericordia et misera (20 de noviembre de 2016).

Joachim Jeremías: «El sermón de la montaña no es ley sino evangelio. Porque esta es la distinción entre ambos: la ley pone al hombre ante sus propias fuerzas y le pide que las use hasta el máximo; el evangelio sitúa al hombre ante el don de Dios y le pide que convierta de verdad ese don inefable en fundamento de su vida. Dos mundos».

Santo Tomás: Sólo Dios sacia (In Symbolum Apostolorum scilicet «Credo in Deum» expositio, c. 15).

San Jerónimo “Los pacíficos se llaman bienaventurados, porque primero tienen paz en su corazón y después procuran inculcarla en los hermanos en conflicto” ().

Madre Teresa de Calcuta, «Escucha en silencio, porque si tu corazón está lleno de otras cosas, no podrás oír la voz de Dios».

C. Péguy decía bellamente: «Nos salvaremos por lo que quede en nosotros de niños».

Aranguren: «Creo que soy feliz, que he sabido poner las cosas importantes en su justo lugar; y en ese orden el amor ha ocupado el lugar de honor».

Leonardo Mondadori: «Yo he pasado del vacío a la alegría».

P. Adolfo Chércoles, sj Las Bienaventuranzas no son una moral, ni una filosofía, nada de eso. Las Bienaventuranzas expresan sencillamente la experiencia de Jesús.

P. Mariano Esteban Caro  Las bienaventuranzas nos señalan el único y verdadero camino hacia la felicidad, que no está en el placer, el poder o las riquezas.

P. Carlos Padilla Esteban «Quiero vivir alegre y contento. Es un don de Dios. Mi tesoro es mi pobreza. Mi felicidad es mi tristeza. Soy mirado y amado profundamente en lo que soy, en lo que vivo, en lo que me falta»

Mahatma Gandhi: «Cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo».

Papa Francisco: «Estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia».

         O verdadeiro cristián crea pontes, non muros.

         “las bienaventuranzas son el retrato de Jesús, su forma de vida; y son el camino de la verdadera felicidad, que también nosotros podemos recorrer con la gracia que nos da Jesús” Audiencia 6 agosto 2014.

         Las bienaventuranzas contienen la “carta de identidad” del cristiano ―es nuestro carnet de identidad―, porque dibujan el rostro de Jesús, su forma de vida. Catequesis sobre las bienaventuranzas 29 de enero de 2020

         El cristiano es consuelo para los demás; “puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y deja de huir de las situaciones dolorosas” Gaudete et exultate, 76

José Antonio Pagola, «El reino de Dios se hace presente donde las personas actúan con misericordia» Jesús, aproximación histórica

Franz Jalics, «Las preocupaciones nos vuelven como referencia a nosotros mismos. Expresan mi preocupación, mi carga que tengo que arrastrar. El cambio es el que nos lleva de la referencia al yo a la referencia a Dios. La referencia al tú. Volverse hacia Dios» Ejercicios de contemplación, 52

Anselm Grün, «Ante la crisis no tenemos que protegernos con los mecanismos de defensa que tengamos a mano. No necesitamos tampoco huir porque podemos ser consolados dejando a Dios obrar en nosotros. Podemos aceptar que Dios revuelva nuestra casa y descomponga en nuestro interior el pretendido orden que teníamos» La mitad de la vida como tarea espiritual, 76

CONTO

         LA VOCACIÓN DE HACER FELICES A LOS DEMÁS

         Había una vez una ciudad llamada Rascanubes, la ciudad más moderna del mundo. Era tan moderna que nada quedaba por inventar.

         Sólo se veían robots por la calle. No quedaban médicos, ni maestros, ni bomberos..Si alguien caía enfermo, iba un robotmédico a curarle. Si tenían que comprar algo, enviaban un robotcomprador. Los niños tenían robot para estudiar y para jugar.

         Nadie en la ciudad se conocía porque nadie salía de sus casas. Todo lo que necesitaban lo tenían dentro. Bueno, no todo. Había una cosa que no tenían y todos necesitaban: la alegría. La enfermedad típica de esa ciudad era la tristeza. Estaban todos enfermos de no saber reír ni sonreír.

         Un día llegó a la ciudad un joven, oriundo de un pueblo llamado Rascasuelos. Lo habían enviado a esa ciudad para que conocieran de sus inventos y así poder modernizar su pueblo. Pero el joven no encontraba a ninguna persona para preguntar. Estaba cansándose de tanto robot y de tanto invento. ¿Dónde estaban las personas de aquella ciudad?.

         Caminando por la calle escuchó a alguien que estaba llorando, ¡Era una persona!. Fue corriendo hacia allí, se asomó por una ventana y vio a un niño llorando. El joven comenzó a conversar con él y se pusieron a jugar. El niño empezó a sonreír, luego a reír, y más tarde ya eran carcajadas lo que se escuchaba por todo el vecindario.

         Aquello tuvo un efecto mágico. Todas las personas que estaban encerradas en sus casas se asomaron por las ventanas. Hacía años que no reía un niño. Y todos comenzaron a salir a la calle para ver aquello.

         Pronto la risa empezó a contagiarse. La enfermedad de la tristeza desapareció por completo. Y la ciudad dio las gracias al joven por haberles devuelto la alegría.

Tomado de P. Diego Millan García

         LA DILIGENCIA

         Cuando se conquistó el Oeste Americano, la gente viajaba en diligencia. Lo que, tal vez, no sabe usted es que había tres clases de viajeros.

         Los viajeros de primera, pasara lo que pasara en esos viajes turbulentos, permanecían sentados todo el tiempo.

         Los viajeros de segunda, cuando surgía un problema, bajaban de la diligencia mientras se solucionaba el problema y miraban.

         Los viajeros de tercera tenían que salir, mancharse las manos, arreglar la rueda rota, empujar…poner la diligencia en marcha.

            En este viaje hacia la casa de Dios nos decía el Señor hay que cambiar de vida y de corazón, eso sólo lo podemos hacer cada uno.

            En este viaje hacia una vida más digna, hacia una comunidad más unida, hacia un barrio más seguro, necesitamos la ayuda de todos.

            Todos tenemos que ser viajeros de tercera.

            Todos llamados a trabajar juntos.

Tomado de P. Félix Jiménez

«EL PEQUEÑO SHAYA GANA UN PARTIDO DE BÉISBOL»

Un relato sobre cómo es posible ver la mano de Dios en los dolores y dificultades

En Brooklyn, Nueva York, existe una escuela para niños que tienen lento aprendizaje. Algunos niños pasan ahí el resto de su vida escolar, mientras otros pueden ser enviados a otras escuelas convencionales. En una cena del personal de la escuela, estaba el padre de uno de estos niños preparando un discurso. Después de la cena todo el personal puso atención en lo que el padre iba a pronunciar. El padre dijo:

– «Dónde esta la perfección en mi hijo Shaya? Todo lo que Dios hace esta hecho a la perfección. Pero mi niño no puede entender cosas que otros niños entienden. Mi niño no puede recordar hechos y figuras que otros niños recuerdan. Dónde esta la perfección de Dios?»

La audiencia quedó sorprendida ante esta pregunta, sobre todo viendo la cara angustiada del padre y murmurando entre ellos.

– «Yo creo», continuó el padre, «que cuando Dios brinda un niño así al mundo, su perfección se muestra en la forma de reaccionar de la gente ante estos niños».

Y procedió a contar la siguiente historia acerca de su hijo Shaya.

Una tarde Shaya y su padre caminaban en el parque donde algunos niños estaban jugando béisbol.

– «Crees que ellos me dejarán jugar?», preguntó Shaya

El padre de Shaya sabía que su hijo no era para nada un atleta y que los niños no lo querrían a él en su equipo. Pero el papá de Shaya entendió que su hijo había escogido jugar béisbol porque le daba una confortable idea de pertenecer a un grupo de niños «normales».

El padre de Shaya llamó a uno de los niños en el campo y preguntó si su hijo podía jugar. El chico miró a sus compañeros de equipo. No obteniendo respuesta de sus compañeros, el chiquillo tomó la decisión por sí mismo y dijo:

– «Estamos perdiendo por 6 carreras y el juego esta en la octava carrera. Yo creo que él puede estar en nuestro equipo y nosotros trataremos de colocarlo en el bate en la novena carrera».

El padre de Shaya estaba atónito ante la respuesta del niño y Shaya sonrió satisfactoriamente. Shaya sólo quería que lo pusieran en una base y así dejaría de jugar en corto tiempo justo al final de la octava carrera; pero los niños hicieron caso omiso a lo que Shaya decía, el juego se estaba poniendo bueno, el equipo de Shaya anotó de nuevo y ahora estaba con dos «outs» y las bases llenas con el mejor jugador de todos corriendo a base, y Shaya estaba preparado para empezar.

Pondría el equipo realmente a Shaya en el bate y dejar así ir la oportunidad de ganar el juego? Sorpresivamente, Shaya estaba tomando el bate. Todos pensaron que todo había terminado, porque Shaya no sabía ni siquiera cómo tomar el bate apropiadamente. De cualquier forma, cuando Shaya estaba parado en el plato, el «pitcher» se movió algunos pasos para lanzar la pelota suavemente para que Shaya pudiera al menos hacer contacto con ella. La primera bola venía y Shaya falló. Uno de sus compañeros de equipo se acercó a Shaya y juntos tomaron el bate y encararon al «pitcher» esperando por la siguiente bola. El «pitcher» volvió a dar unos pasos para lanzarle suavemente la pelota. Cuando el «pitcher» lanzó, Shaya y su compañero tomaron el bate, y juntos dieron un golpe lento a la pelota que regresó inmediatamente a manos del pitcher.

El pitcher tomó la pelota y podía fácilmente lanzarla a primera base, «ponchando» a Shaya para que terminara rápidamente de jugar quedando fuera.

Sin embargo, el «pitcher» tomó la pelota y la lanzó lo más lejos que pudo de primera base. Todos empezaron a gritar:

– «Shaya corre a primera, Corre a primera!» Nunca en su vida Shaya había corrido a primera base.

Al tiempo que corría a primera base, el oponente tenía la bola en sus manos. El muchacho podía lanzar la bola a la persona de la segunda base y dejar fuera a Shaya que estaba todavía corriendo, pero el oponente entendió las intenciones del «pitcher» y lanzó la bola lo más alto y lejos de la segunda base. Todos gritaron:

– «Corre a segunda, corre a segunda!»

Shaya corrió a segunda base y los demás corredores junto con el corrían y le daban ánimos para que continuara su carrera a segunda. Cuando Shaya tocó la segunda base, otro muchacho del equipo contrario le mostró la dirección de la tercera base y gritó:

– «Corre a tercera!»

Conforme corría a tercera, los niños de los dos equipos ya estaban corriendo junto a él gritando todos a una sola voz:

– «Shaya corre a cuarta!»

Shaya corrió a cuarta y paró justo en el plato de «home» donde todos los 18 niños lo alzaron en sus hombros como un héroe, mientras él disfrutaba como nunca el apoyo de los muchachos.

– «Aquel día», -concluyó el padre de Shaya suavemente, con lágrimas rodando por sus mejillas- aquellos 18 niños mostraron con un gran nivel la perfección de Dios».

Tomado de aciprensa.com

La niña salió a dar un paseo. En su camino halló una mariposa, prendida entre las zarzas y agitando sus débiles alas.

La niña cogió con todo cuidado a la mariposa y la echó a volar. Ya libre, la mariposa se convirtió en un hada que, agradecida, dijo a la niña:

– Quiero agradecerte tu favor. Pídeme el deseo que más quieras, que te lo concederé. Dime cuál es tu mayor deseo.

La niña le dijo con sinceridad:

– Quiero ser feliz. Indícame cuál es el camino de la felicidad.

El hada se lo susurró al oído, y se fue volando. Desde ese momento la niña empezó a ser otra, feliz. Nadie en el pueblo era tan feliz como aquella niña. La gente empezó a interesarse, y curiosa le preguntaba continuamente por el secreto.

Pero la niña evadía siempre la respuesta diciendo que eran un secreto, el secreto del hada. Así llegó a anciana y seguía siendo la mujer más feliz del pueblo, una viejecita realmente feliz, y eso que, en su vida, como en la de las demás gentes, no faltaron dificultades.

Temerosos de que muriera y se llevara el secreto a la tumba, las gentes del pueblo le insistían más que nunca que les dijese el secreto. Al fin, un día, ya viejecita, sonriendo, accedió a descubrírselo. Y les dijo:

– Lo que la hada me susurró es muy sencillo; pero para mí ha sido, a lo largo de toda mi vida, el secreto de mi felicidad. Y les dijo: Aunque las personas parezcan que no necesitan de nadie, no lo creas. Todos te necesitan… Yo he vivido siempre con la seguridad de que todos necesitaban de mí; me he dado a ellos, y eso me ha hecho feliz.

P. Juan Jáuregui Castelo

ANÉCDOTA

Antonio Barluzzi, el arquitecto italiano que diseñó la Basílica de las bienaventuranzas en 1939, tuvo la bella idea de una planta octogonal, y en cada lado una gran ventana por la que se puede contemplar el paisaje exterior. Sin embargo, las bienaventuranzas no son ventanas para mirar lo que ocurre fuera, sino puertas abiertas por las que se puede entrar a escuchar y seguir a Jesús.

Tomado de José Luis Sicre

En su Diario, cuenta el filósofo Kierkegard, cómo un día caminaba por la autopista de Londres. En un momento entró en dudas y preguntó a un aldeano que estaba trabajando en su campo.”Amigo, ¿es esta la autopista de Londres?” “Sí, Señor”.

“Gracias”. Pero el aldeano con su buena filosofía le gritó: “Pero, dígame: ¿usted a dónde va?” “Yo a Londres”. Señor, esta es la autopista de Londres, pero usted va al revés.

Si quiere llegar a Londres tendrá que darse la vuelta porque va en dirección contraria”.

Tomado de P. Juan Jáuregui

PELÍCULA «SILENCIO»

         En la película un sacerdote misionero, conmovido ante el dolor de tantas personas en Japón, se pregunta: «Dios mío, ¿todavía sigues en silencio? Ves una vida así y sigues obstinado en tu silencio»

         «El pecado mayor contra Dios era la desesperación, lo sabía muy bien; pero no me explicaba por qué Dios permanecía en silencio»

         «Para vosotros ya no habrá más agonía. El Señor no nos va a dejar siempre solos. Él no hace eso. Habrá unas manos que laven nuestras heridas, que limpien nuestra sangre. El Señor no puede quedar siempre en silencio»

         El sacerdote en la película «Silencio» en un momento en el que podía traer consuelo a los cristianos ocultos en una isla decía con alegría: «Sentía invadirme el pecho una emoción repentina, que era mitad gozo mitad felicidad. Era la emoción gozosa de sentirme útil. Sí, soy útil a los hombres en este rincón del mundo, en este país que usted jamás ha visto»

         En un momento de la película «Silencio» se pregunta el sacerdote protagonista: ¿Qué he hecho en mi vida por Jesús? ¿Qué hago por Jesús? ¿Qué haré por Jesús?».

Shusaku Endo, Jaime Fernández, José Fernández, Película “Silencio”

TOMÁS MORO

Encarcelado en la Torre de Londres, el 6 de julio de 1535 murió en patíbulo y tomó el anuncio como “buena noticia”. Y al verdugo que lo iba a ejecutar le dijo sonriendo: “Haz acopio de valor, muchacho. Y no temas en cumplir tu oficio. Mi cuello es muy corto, así que procura asestar bien el golpe, no vayan a creer que no conoces bien tu oficio”. El mismo se vendó los ojos y puso su cabeza en tajo y se detuvo para acomodarse bien la barba, para que no fuese cortada por el hacha. Y le dijo: “La barba no ha cometido delito alguno de lesa traición”.

No es extraño que escribiese una linda oración en la que le pedía a Dios: “Dame, Señor, el sentido del humor. Dame el saber reírme de un chiste para que sepa sacar un poco de alegría a la vida y pueda compartirla con los demás”.

Tomado de P. Juan Jáuregui

ANÉCDOTAS DE MADRE TERESA

La madre Teresa de Calcuta, que entregó su vida al servicio de los más pobres sin importarle ni el color de la piel, ni la religión, ni la clase social de tantos necesitados -a los que dedicaba todo su amor y toda su ternura-, recogió un día por la calle a una mujer que parecía estar muriéndose de hambre. Le ofreció un plato de arroz. Se quedó mirándolo un largo rato. La madre Teresa trató de convencerla para que comiera. Dijo entonces con sencillez y naturalidad: «Yo no… No puedo creer que sea arroz. Llevo mucho tiempo sin comer».

La madre Teresa de Calcuta, recogió un día por la calle a una mujer que parecía estar muriéndose de hambre. Le ofreció un plato de arroz. Se quedó mirándolo un largo rato. La madre Teresa trató de  convencerla para que comiera. Dijo entonces con sencillez y naturalidad: «Yo no… No puedo creer que sea arroz. Llevo mucho tiempo sin comer». No se quejó contra nadie. Contra nadie pronunció palabras amargas. Simplemente, no podía creer que fuera arroz.

Una noche, cuando la madre Teresa hacía un recorrido en busca de personas abandonadas, se encontró con un jovencito con cabello largo muy bien cuidado. Estaba sentado y pensativo. La madre Teresa le dijo: «No deberías estar aquí a esta hora. Deberías estar con tus padres. No es lugar apropiado para ti estar sentado aquí a estas horas y en una noche tan fría». Le miró a los ojos y le dijo: «Mi madre no me quiere porque tengo el pelo largo».

La misma madre Teresa nos cuenta: Otra noche salimos por Calcuta y recogimos cuatro o cinco personas por las calles. Por su estado las llevamos a nuestra casa del Moribundo. Entre ellas había una anciana que se encontraba muy grave. Dije a las hermanas: «Yo me ocuparé de ella». Cuando la puse en la cama, me cogió la mano mientras en su rostro aparecía una sonrisa maravillosa. Pronunció una sola palabra: «Gracias», al tiempo que se moría.

Tomado de P. Juan Jáuregui

Las palabras de santa Teresa de Lisieux de que un día se presentaría ante Dios con las manos vacías y las tendería abiertas hacia Él, describen el espíritu de estos pobres de Dios: llegan con las manos vacías, no con manos que agarran y sujetan, sino con manos que se abren y dan, y así están preparadas para la bondad de Dios que da.

                                            (Joseph Ratzinger, Jesús de Nazaret                                          (I), Editorial Planeta, Santiago de Chile, 2007, p. 97 – 129)

Hacia el final de su vida Sir Cecil Rhodes, constructor de un gran imperio en África del Sur, fue felicitado por un reportero por sus grandes éxitos. Usted debería ser un hombre muy feliz, le dijo.

Sir Cecil Rhodes le contestó: “¿Feliz? Oh Dios mío, no.  He pasado mi vida acumulando riqueza y ahora tengo que gastarla toda. La mitad se la llevan los médicos para evitar ir a la tumba y la otra mitad se la llevan los abogados para evitar ir a la cárcel”.

Tomado de P. Félix Jiménez

EL 20 DE MARZO

La Asamblea General de la ONU decretó en la resolución 66/281 de 2012 que el 20 de marzo se celebrase el Día Internacional de la Felicidad para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno.

CHISTE

         BIENAVENTURADOS LOS SOLTEROS…

Porque ellos no tendrán que gastar dinero este 14 de febrero.

POEMA

Bienaventurado el hombre

que no sigue las consignas del Partido

ni asiste a sus mítines

ni se sienta en la mesa con los gangsters

ni con los Generales en el Consejo de Guerra

Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano

ni delata a su compañero de colegio

Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales

ni escucha sus radios

ni cree en sus slogans.

Será como un árbol plantado junto a una fuente.

Ernesto Cardenal

MEDITACION

Las bienaventuranzas quieren decir:

 ·         es preferible ser pobre, que ser rico opresor

·         es preferible llorar a hacer llorar al otro

·         es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre

·         dichosos no por ser pobres, sino por no ser ricos egoístas

·         dichosos, no por ser oprimidos, sino por no ser opresores

 La clave sería: el valor supremo no está en lo externo sino dentro delhombre.

Dichosos los que viven sin ambición, porque en ellos reina Dios.

Si en vez de acaparar, reparto, entro en el ámbito de lo divino.

Si pongo mi felicidad en el consumir,

olvido mi verdadero ser y oprimiré a otros.

Acaparar lo que otros necesitan para vivir, es negarles la vida.

Pero es también impedir nuestra verdadera Vida.

Compartir lo que tengo con el que lo necesita, es alcanzar humanidad.

Pero es también dar al otro la posibilidad de hacerse más humano.

Cada vez que me aprovecho de los demás, me alejo de lo humano.

Cuando pienso que soy más porque tengo más que los demás, soy menos.

Me equivoco cuando pienso que oprimir a los demás

me coloca por encima de ellos.

Solo hay un camino hacia la plenitud: el servicio.

Fray Marcos

1ª ¿Dónde pones tu seguridad? Serás feliz cuando comprendas que no eres el yo; cuando no te identifiques ni te reduzcas a él.

2ª ¿Qué haces con el dolor, el tuyo y el de los demás? Serás feliz cuando te reconcilies con la realidad del dolor y lo vivas con sabiduría.

3ª ¿Dónde sitúas la fuerza? Serás feliz cuando no pretendas controlar todo.

4ª ¿Qué haces con los deseos? Serás feliz cuando te liberes del apego.

5ª ¿Para qué vives? ¿Para el amor o para tu propio gusto y tu propia imagen? Serás feliz cuando vivas el amor y la entrega.

6ª ¿Dónde encuentras la paz?, ¿cómo la construyes? Serás feliz cuando encuentres en ti el lugar de la paz.

7ª ¿Eres coherente con tu vida?, ¿eres una persona íntegra? Serás feliz cuando vivas en transparencia.

8ª ¿Qué guía tu vida: la fidelidad o la conveniencia? Serás feliz cuando seas fiel a ti mismo/a

Enrique Martínez Lozano

         Felices los pobres de espíritu, los que saben vivir con poco. Tendrán menos problemas, estarán más atentos a los necesitados y vivirán con más libertad. El día en que lo entendamos seremos más humanos.

Felices los mansos, los que vacían su corazón de violencia y agresividad. Son un regalo para nuestro mundo violento. Cuando todos lo hagamos, podremos convivir en verdadera paz.

Felices los que lloran al ver sufrir a otros. Son gente buena. Con ellos se puede construir un mundo más fraterno y solidario.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia, los que no han perdido el deseo de ser más justos ni la voluntad de hacer una sociedad más digna. En ellos alienta lo mejor del espíritu humano.

Felices los misericordiosos, los que saben perdonar en lo hondo de su corazón. Solo Dios conoce su lucha interior y su grandeza. Ellos son los que mejor nos pueden acercar a la reconciliación.

Felices los que mantienen su corazón limpio de odios, engaños e intereses ambiguos. Se puede confiar en ellos para construir el futuro.

Felices los que trabajan por la paz con paciencia y con fe. Sin desalentarse ante los obstáculos y dificultades, y buscando siempre el bien de todos. Los necesitamos para reconstruir la convivencia.

Felices los que son perseguidos por actuar con justicia y responden con mansedumbre a las injurias y ofensas. Ellos nos ayudan a vencer el mal con el bien.

Felices los que son insultados, perseguidos y calumniados por seguir fielmente la trayectoria de Jesús. Su sufrimiento no se perderá inútilmente.

José Antonio Pagola

ORACIÓN

Estamos invitados a la felicidad

No podemos ser tristes los cristianos,

no podemos ser gente rutinaria,

no podemos relacionarnos con frialdad,

no podemos vivir lamentándonos,

no podemos ser protestones,

no podemos generar malestares,

no podemos vivir sin amar,

no podemos esconder nuestra relación con Dios.

Porque Jesús nos invita a ser felices,

a tener menos cosas para ser más libres,

a ser mansos para sentir equilibrio interior,

a trabajar por la justicia para lograr el reino,

a ser pacificadores para generar bienestar,

a biendecir de los demás, recalcando lo positivo,

a llorar junto a los que sufren o están solos,

a ser rechazados por nuestra opción,

a sentir hambre o evitar que otros la sufran

y a colaborar en la instauración del Reino de Dios,

que será la explosión de felicidad

y de Amor para todos.

Mari Patxi Ayerra

CANTO

“Bienaventurados los misericordiosos” JMJ Cracovia 2016

BENAVENTURADOS

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