E Algo + no Domingo V de Pascua – Ciclo A

CITA

No, Juan, no existe tal lugar. El cielo no es un lugar, ni un tiempo. El cielo consiste en ser perfecto.”

Cita del libro Juan Salvador Gaviota

El cielo es el único bien que está al alcance de todas las fortunas.

Sólo hay un camino para llegar, y mil para alejarse.

Jean de la Bruyere

No sé a dónde vamos, pero vamos bien”.

Pedro Arrupe

san Agustín: «Camina a través del hombre y llegarás a Dios».

«Si lo amas, vete detrás de Él. Lo amo, contestas, ¿por qué camino seguirlo? Si el Señor Dios tuyo te hubiera dicho: «Yo soy la Verdad y la Vida», tu deseo de la Verdad y tu amor a la Vida te llevarían ciertamente a la búsqueda del camino que te pudiera conducir a ellas y te dirías a ti mismo: «Magnífica cosa es la Verdad y magnífica cosa es la Vida, si existiera el camino de llegar a ellas mi alma». ¿Buscas el camino? Oye lo primero que te dice: «Yo soy el Camino»… Dice primero por dónde has de ir y luego adónde has de ir. En el Señor del Padre está la Verdad y la Vida; vestido de nuestra carne es el Camino» (Tratado 34,9 sobre el Evangelio de San Juan).

«No hay camino más excelente que el del amor, pero por él sólo pueden transitar los humildes»

S. Atanasio «Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacemos Dios» (Catecismo 460).

Tomás de Aquino Es mejor andar por el camino, aunque sea cojeando, que caminar rápidamente fuera de camino. Porque el que va cojeando por el camino, aunque adelante poco, se va acercando al término; pero el que anda fuera del camino, cuanto más corre, tanto más se va alejando del término. Mejor es cojear en el Camino que correr fuera de Él

Maestro Eckhart, Ese “Fondo” último, es a la vez nuestro propio Fondo.

Huanchu Daoren sabio chino en el siglo XVII, “la calma en medio de la quietud no es verdadera calma; mantenerse tranquilo en medio de la turbulencia, esa es la verdadera calma. La felicidad en medio del bienestar no es verdadera felicidad; mantenerse feliz al enfrentar la adversidad, ese es el verdadero potencial de tu mente”.

Kierkegaard, «no podemos ignorar lo eterno que hay en nosotros».

Sta Teresa de Lisieux «Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta».

Mons. Ignacio Hazim, El Espíritu Santo es personalmente la Novedad en acción, en el mundo. El es la Presencia de Dios-con-nosotros, ‘unido a nuestro espíritu’ (Rom 8, 16). Sin El, Dios está lejos; Cristo se encuentra en el pasado; el Evangelio es letra muerta; la Iglesia, una simple organiza­ción; la autoridad, despotismo; la misión, propaganda; el culto, una evocación; y la vida cristiana, una moral de esclavos.

Pero, en el Espíritu Santo y en permanente comunión con él el cosmos queda elevado y gime en el alumbra­miento del Reino; el hombre se mantiene en lucha contra la carne; Cristo resucitado está presente; el Evangelio es poder de vida; la Iglesia significa comunión trinitaria; la autoridad es un servicio liberador; la misión es u nuevo Pentecostés; la liturgia es memorial y anticipación; y toda la vida cristiana queda deificada»Voici, je fais toutes les choses nouvelles, en «Irenikon», 42 (1968), pp. 351-352.

P. Salvador Plans, monje de Montserrat «Si sabes quién es Jesús, también sabrás quién eres tú porque caminareis al mismo paso”

Karl Rahner consideraba que el verdadero problema de la Iglesia de nuestros tiempos es «seguir caminando con una resignación y un tedio cada vez mayores por los carriles de una mediocridad espiritual».

Catecismo, 1025 Vivir en el cielo es «estar con Cristo» (cf. Jn 14, 3; Flp 1, 23; 1 Ts 4,17). Los elegidos viven «en El», aún más, tienen allí, o mejor, encuentran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cf. Ap 2, 17)

San Juan Pablo II Conservad profundamente en el corazón la verdad salvífica que la Iglesia proclama en el V domingo de Pascua. Que se consolide en vuestra conciencia. Que guíe vuestro comportamiento. Cristo es el camino, la verdad y la vida. ¡Caminemos por este camino! ¡Amemos esta verdad! ¡Vivamos esta vida! “Que no se turbe vuestro corazón” (Jn 14,1,27). Dejad que os impregne esta fortaleza que brota de la resurrección del Señor. La victoria es nuestra fe (cf. 1 Jn 5,4). Homilía en la parroquia de Stª. María Auxiliadora (20-V-1984)

Benedicto XVI, Sólo Él es el camino que conduce a la felicidad eterna, la verdad que satisface los deseos más profundos de todo corazón, y la vida trae siempre nuevo gozo y esperanza, para nosotros y para todo el mundo. (Yankee Stadium, Bronx, Nueva

S.S. Francisco, «Seguir a Jesús es propiamente esto: ir por amor con Él, detrás de Él: el mismo camino, la misma vía. Y el espíritu del mundo no lo va a tolerar y nos hará sufrir, pero un sufrimiento como el de Jesús. Pidamos esta gracia: seguir a Jesús en el camino que Él nos ha revelado y que Él nos ha enseñado. Esto es hermoso, porque jamás nos deja solos. ¡Nunca! Siempre está con nosotros. Que así sea.» (Homilía de 28 de mayo de 2013, en santa Marta).

José A. Pagola, Son hoy muchos los hombres y mujeres que se han quedado sin caminos hacia Dios. No son ateos. Nunca han rechazado a Dios de manera consciente. Ni ellos mismos saben si creen o no. Tal vez han dejado la Iglesia porque no han encontrado en ella un camino atractivo para buscar con gozo el misterio último de la vida que los creyentes llamamos «Dios».

Al abandonar la Iglesia, algunos han abandonado al mismo tiempo a Jesús. Desde estas modestas líneas yo os quiero decir algo que bastantes intuís. Jesús es más grande que la Iglesia. No confundáis a Cristo con los cristianos. No confundáis su evangelio con nuestros sermones. Aunque lo dejéis todo, no os quedéis sin Jesús. En él encontraréis el camino, la verdad y la vida que nosotros no os hemos sabido mostrar. Jesús os puede sorprender.

A Jesús no lo poseemos. A Jesús lo encontramos cuando nos dejamos cambiar por él, cuando nos atrevemos a amar como él, cuando crecemos como hombres y hacemos crecer la humanidad.

CONTO

“Erase una vez un hombre tan piadoso que hasta los ángeles se alegraban viéndolo. Pero, a pesar de su enorme santidad, no tenía ni idea de que era un santo. El se limitaba a cumplir sus humildes obligaciones, difundiendo en torno suyo la bondad de la misma manera que las flores difunden su fragancia, o las lámparas su luz.

Su santidad consistía en que no tenía en cuenta el pasado de los demás, sino que tomaba a todo el mundo tal como era en ese momento, fijándose, por encima de la apariencia de cada persona, en lo más profundo de su ser, donde todos eran inocentes y honrados y demasiado ignorantes para saber lo que hacían. Por eso amaba y perdonaba a todo el mundo, y no pensaba que hubiera en ello nada de extraordinario, porque era la consecuencia lógica de su manera de ver a la gente.

Un día le dijo un ángel: “Dios me ha enviado a ti. Pide lo que desees, y te será concedido. ¿Deseas, tal vez, tener el don de curar?”. “No”, respondió el hombre, “preferiría que fuera el propio Dios quien lo hiciera”.

“¿Quizá te gustaría devolver a los pecadores al camino recto?” “No”, respondió, “no es para mí eso de conmover los corazones humanos. Eso es propio de los ángeles”.

“¿Preferirías ser un modelo tal de virtud que suscitaras en la gente el deseo de imitarte?”. “No”, dijo el santo, “porque eso me convertiría en el centro de la atención”.

“Entonces, ¿qué es lo que deseas?”, preguntó el ángel. “La gracia de Dios», respondió él. “Teniendo eso, no deseo tener nada más”. “No”, le dijo el ángel, “tienes que pedir algún milagro; de lo contrario, se te concederá cualquiera de ellos, no sé cuál…”. “Está bien; si es así, pediré lo siguiente: deseo que se realice el bien a través de mí sin que yo me dé cuenta”.

De modo que se decretó que la sombra de aquel santo varón, con tal de que quedara detrás de él, estuviera dotada de propiedades curativas y, así, cayera donde cayera su sombra -y siempre que fuese a su espalda-, los enfermos quedaban curados, el suelo se hacía fértil, las fuentes nacían a la vida, y recobraban la alegría los rostros de los agobiados por el peso de la existencia.

Pero el santo no se enteraba de ello, porque la atención de la gente se centraba de tal modo en su sombra que se olvidaban de él; y de este modo se cumplió con creces su deseo de que se realizara el bien a través de él y se olvidaran de su persona”.

Tony de Mello

“Un día de fiesta en un colegio, un sacerdote encuentra a un niño, de 8 ó 9 años, paseando cabizbajo, él solo, por el campo de fútbol. Se acerca y le pregunta:

¿Qué te pasa, Juan, por qué estás triste?

No estoy triste. Estoy pensando.

Y ¿en qué piensas para estar tan serio?

Pensaba que, cuando muere alguien, si está en gracia de Dios se va al cielo, ¿no?

Claro, si está en gracia de Dios se va al cielo.

Entonces, ¿Por qué llora la gente mayor?”

Agustín Filgueiras Pita, “Orar con.. Un pan para cada día”,

21 de noviembre, p. 402

“Abuelita.

Dime, hijo.

¿Tú no crees que Nuestro Señor habrá llevado al cielo a Juan, el jardinero?

Sí, hijo, sin duda… Dios es muy bueno.

A mí me gustó mucho escuchar aquella razón. Hasta entonces había pensado que la gente iba el cielo por ser buena. Desde entonces vengo pensando que la gente va el cielo porque el que es bueno, muy bueno, infinitamente bueno y generoso, es Dios.

(Camilo José Cela, “La Rosa”, Ed. Destino, p. 210: diálogo de CJC niño con su abuela).

ANÉCDOTA

Los capítulos 13 a 17 del evangelio de Juan son una obra genial, una pieza maestra, una de las más grandiosas composiciones de la literatura religiosa. Se ha dicho de él que «el que aquí habla lo hace como ningún otro hombre ha sido capaz de hablar». (Raymond E. Brown)

Tomado de P. José Enrique Ruiz de Galarreta, sj

EL CAMINO

Los cristianos de la primera y segunda generación nunca pensaron que con ellos estaba naciendo una religión. De hecho, no sabían con qué nombre designar a aquel movimiento que iba creciendo de manera insospechada. Todavía vivían impactados por el recuerdo de Jesús, al que sentían vivo en medio de ellos.

Por eso, los grupos que se reunían en ciudades como Corinto o Éfeso comenzaron a llamarse «iglesias», es decir, comunidades que se van formando convocadas por una misma fe en Jesús. En otras partes, al cristianismo lo llamaban «el camino». Un escrito redactado hacia el año 80 y que se llama carta a los Hebreos dice que es un «camino nuevo y vivo» para enfrentarse a la vida. El camino «inaugurado» por Jesús y que hay que recorrer «con los ojos fijos en él».

Tomado de Pagola

EL «DIAKONO»

Es un servidor de la comunidad. Hoy se ha mantenido como uno de los tres ministerios ordenados, pero ha cambiado su función: ahora sirven a la palabra, celebran el sacramento del bautismo y el matrimonio. Desde el Concilio Vaticano II se impulsó la ordenación de diáconos permanentes casados. Es una pena que no se haya extendido adecuadamente la posibilidad de servir al pueblo de Dios desde este ministerio. También sorprende el modo en que son designados los primeros diáconos, pues son elegidos por los propios discípulos, es decir por la comunidad. San Agustín, cuya conversión celebramos precisamente el 24 de abril nos cuenta cómo fue precisamente la comunidad de Hipona quien le presentó al obispo Valerio como sacerdote y después, a la muerte del obispo, fue aclamado popularmente para asumir la sede de la capital norteafricana. Hace falta imaginación, confianza en Dios y buena voluntad para resolver los conflictos. Así lo hizo la Iglesia a lo largo de la historia. Seguro que no perderá el tren para adaptarse a los «nuevos tiempos», sin perder la esencia de la fe.

Tomado de José María Martín OSA

Una vez un estudiante le preguntó al famoso teólogo Karl Barth si Dios no se había manifestado en las otras religiones además de en el cristianismo y éste le contestó: «Dios no se ha revelado a sí mismo en ninguna religión ni siquiera en la cristiana. Dios se ha revelado en su Hijo».

Tomado de P. Félix Jiménez

La Iglesia debatirá durante siglos la relación entre Jesús y el Padre, y no llegará a una formulación definitiva hasta casi cuatrocientos años más tarde, en el concilio de Calcedonia (año 452). El evangelio de Juan anticipa la fe que hemos heredado y confesamos.

Tomado de José Luis Sicre

El Papa Benedicto XVI, en su reciente encíclica sobre la esperanza (Spe salvi), reflexiona sobre la naturaleza de la vida eterna desde un punto de vista también existencial. Comienza observando que hay personas que no desean en absoluto una vida eterna, que incluso tienen miedo. ¿Para qué sirve –se preguntan– prolongar una existencia que se ha revelado llena de problemas y de sufrimientos?

La razón de este temor, explica el Papa, es que no se logra pensar en la vida más que en los modos que conocemos aquí abajo; mientras que se trata, sí, de vida, pero sin todas las limitaciones que experimentamos en el presente. La vida eterna –dice la Encíclica–, será sumergirse en el océano del amor infinito, en el cual el tiempo –el antes y el después– ya no existe. No será un continuo sucederse de días del calendario, sino como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad.

Con estas palabras el Papa alude tal vez, tácitamente, a la obra de un famoso compatriota suyo. El ideal del Fausto de Goethe es de hecho precisamente alcanzar tal plenitud de vida y tal satisfacción que le haga exclamar: «Detente, instante: ¡eres tan bello!». Creo que ésta es la idea menos inadecuada que podemos hacernos de la vida eterna: un instante que desearíamos que no acabara nunca y que –a diferencia de todos los instantes de felicidad de aquí abajo– ¡no terminará jamás! Me vienen a la memoria las palabras de uno de los cantos más amados por los cristianos de lengua inglesa: «Amazing grace». Dice: «Y cuando allí hayamos estado diez mil años, / brillando como el sol, / el tiempo que nos queda de alabar a Dios / no será inferior que cuando todo comenzó» (When we’ve been there ten thousand years, / Bright shining as the sun, / We’ve no less days to sing God’s praise / Than when we’ve first begun.)

Tomado de Rainiero Cantalamessa

CREED EN DIOS Y CREED TAMBIÉN EN MÍ.

“Pisteuete eis”, no significa creer, en el sentido que damos hoy a esa palabra. Sería “creer” en sentido bíblico, es decir, poned vuestra confianza en… Jn utiliza esta construcción 30 veces, aplicada a Jesús. Solo en 12,44 y aquí pone como término a Dios, indicando claramente la identidad de ambas adhesiones. La confianza en Jesús y la confianza en Dios son la misma realidad. Si buscan a Dios, están en el buen camino, porque están con él. No tienen nada que temer porque Jesús les acercará al Padre con el que está identificado.

Tomado de Fray Marcos

AMENAZADOS DE RESURRECCIÓN

«Me dicen que estoy amenazado de muerte, escribía un periodista. De muerte corporal, a la que amó Francisco de Asís. ¿Quién no está amenazado de muerte? Lo estamos todos desde que nacemos. Amenazados de muerte. ¿Y qué? A todos los perdono anticipadamente. Y a todos los sigo amando desde mi cruz».

¿Amenazado de muerte? Hay en ello un error. Ni yo ni nadie estamos amenazados de muerte. Estamos amenazados de amor. Los cristianos no estamos amenazados de muerte. Estamos amenazados de resurrección. Porque, además del Camino y la Verdad, Cristo es la Vida, aunque esté crucificado en la cumbre del basurero del mundo.

Tomado de MSC

CAMINO AL CIELO

El obispo norteamericano Fulton Sheen viajaba a cierta ciudad para dar una charla. Al salir de la estación preguntó a un muchacho el camino al municipio. El chico ofreció acompañarlo. Caminando el muchacho le preguntó: «?Cuál es su nombre?» «Fulton Sheen.» «¿Por qué vas al municipio?» «Voy a hablar a un grupo de gente.» «¿De qué les vas a hablar?” “Cómo llegar al cielo». «Ándale, ¿cómo les vas a enseñar eso si ni siquiera sabes el camino al municipio?»

Tomado de MSC

«Decía Sta. Teresita del Niño Jesús: ·Si Dios escucha mis deseos, mi cielo se realizará en la tierra hasta el fin del mundo. Sí, yo quiero pasar mi cielo haciendo bien en la tierra.»

Al fin de su vida le dijeron: «Desde el cielo nos echara una miradita, ¿verdad?»

Respondió ella: «¡No, lo que haré será bajar!»

(Card. Shorborn, «Amar a la Iglesia»)

IMAGEN

CHISTE

“Incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe”

Hechos de los apóstoles 6,7 (primera lectura de hoy)

EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS MORADAS

Murió un hombre y San Pedro le hizo de cicerone y le enseñó las distintas estancias del cielo.

– ¿Qué hay en esa estancia? Preguntó el hombre señalando un grupo muy serio y solemne que cantaba el más puro y sublime gregoriano.

– “Esa es la estancia de la Iglesia Católica de Roma”. Son muy serios y reprimidos.

– ¿Y los de esa habitación? Preguntó señalando un grupo de bailarines medio desnudos que giraban sus caderas y daban grandes gritos.

– “Ese es un grupo de Bali”, le dijo San Pedro. Un grupo muy vivo y bullanguero. Bailan mientras rezan y alaban a Dios.

– ¿Y los de ese gran salón?

– Ese grupo de personas rapadas que meditan al son de un gong son un grupo zen. Son muy tranquilos.

– San Pedro, antes de continuar la gira, le dijo: Cuando pasemos delante de esa sala, por favor, no haga ni el más mínimo ruido.

– ¿Por qué? Le preguntó el hombre.

– “En esa sala hay un grupo de cristianos fundamentalistas y creen que ellos son los únicos habitantes del cielo. Se molestarían si descubrieran que hay otros muchos grupos.

Tomado de P. Félix Jiménez

¿QUIEN QUIERE IR AL CIELO?

“Un sacerdote pregunta a un grupo de chavales:

A ver, que levanten la mano los que quieran ir al cielo. La levantan todos menos uno, que además era monaguillo.

Juan, ¿cómo no levantas la mano? ¿Tú no quieres ir al cielo cuando mueras?

Ah! cuando muera, sí. Yo creí que era para ir ahora.”

(Agustín Filgueiras Pita, “Orar con.. Un pan para cada día”)

POEMA

COMO UN BARCO A LA DERIVA

Nunca olvidaré aquel día

cuando a mi vida llegaste

en tinieblas yo me hallaba,

mas Tú mi senda alumbraste.

Entre multitud de gente

vagaba sin esperanza

como un barco a la deriva

naufragando, iba mi alma.

A inquirir comencé un día

¿qué pasaba? no sabía

entre temores y dudas,

existía, mas no vivía.

¿Qué pasa conmigo, Dios?

¿Qué es lo que me está pasando?

Quiero reír y no puedo;

siempre termino llorando.

Ayúdame mi buen Dios;

ayúdame, te lo pido

sana ya mi corazón

y llena hoy mi vacío

Zaida C. de Ramón

ORACIÓN

TE QUIERO, PORQUE ME HACES FALTA!

Sí, Jesús;

Hace mucho tiempo que me abandoné y hasta me perdí

por caminos aparentemente llanos,

y, al recorrerlos, me di cuenta

que eran inciertos, inseguros y con final oscuro.

Miré, y comprobé que caminabas a mi lado.

¡Gracias, Señor!

Un buen día, comencé a creerme

lo que, a mí mismo, me decía,

olvidé tus Palabras, dejé de escucharlas.

Me interesaban aquellas otras rojas y blancas

verdes y amarillas que se sostenían

en el altavoz del escaparate del engaño.

Afiné mi oído, Señor, y quedé desnudo

ante la VERDAD de tu persona.

Eres amor que no engaña

Eres amigo que no falla.

Miré, y comprobé, que mi vida era una gran mentira

No sé cómo ni cuándo,

pero una tarde pensé en la vida y en la muerte,

reflexioné sobre la muerte y la vida,

y, al mirarme a mí mismo,

comencé a sentir llagas de preocupación

heridas de sufrimiento

cicatrices de dolores y de debilidad.

Levanté mis ojos a tu cruz, Señor,

y me quedé asombrado de la VIDA de tu VIDA

de la fuerza de tu VIDA

del amor de tu VIDA.

Por eso, Señor, no puedo menos en este día

que decirte y pregonar a los cuatro vientos:

TÚ, SI QUE ERES CAMINO, VERDAD Y VIDA.

Y, ¿sabes, Señor?

En mi camino, mi verdad y mi vida,

siempre me haces falta.

Amén

Javier Leoz

DECÁLOGO

DECÁLOGO DE LA SERENIDAD DE JUAN XXIII

1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez

2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie sino a mí mismo

3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino también en este

4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que todas las circunstancias se adapten a mis deseos

5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma

6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie

7. Sólo por hoy haré por lo menos una sola cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere

8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré y me guardaré de dos calamidades: La prisa y la indecisión

9. Sólo por hoy creeré aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo

10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y creer en la bondad

«Puedo hacer el bien durante doce horas, lo que me descorazonaría si pensase tener que hacerlo durante toda mi vida»

MEDITACIÓN

Jesús descubrió el camino que le llevo a su Centro.

Ese Centro fue su Verdad y allí encontró la Vida,

la misma VIDA de Dios que se le comunica.

Tengo que encontrar mi propio camino,

que me llevará también al mismo Centro.

En él encontraré mi Verdad, que me dará la misma Vida.

Tomado de Fray Marcos

CANTO

¿A Quién Iré? – Luis Enrique – Danilo Montero – Marcos Witt

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