CITA
Todo va a estar bien al final. Si no está bien, no es el fin.
John Lennon
«¿Con quién estás cuando mejor estás?».
San Agustín: «Lo que para los ojos del cuerpo es el sol que vemos, lo es [Cristo] para los ojos del corazón» (Sermo 78, 2: pl 38, 490).
«Justo es, hermanos, que confiemos en Dios, aun antes de que pague nada, porque en realidad ni puede mentir, ni puede engañar, fiaron en Él nuestros padres» (Sermón 113,A,10).
«No temamos en absoluto el fin de esta vida» (Sermón 229 D,1)
San Agustín dice, que amando a Dios somos hechos hermosos. Juan Avila – Audi FIlia: 113.
«Pedro no había comprendido eso cuando deseaba vivir con Cristo en la montaña. Te ha reservado eso, oh Pedro, para después de la muerte.» (serm 78,6)
“Escuchémoslo: hagamos lo que él nos dice, esperemos lo que Él nos prometió”. (Sermón 79)
San León Magno: La Transfiguración de Cristo tiene por finalidad fortalecer la fe de los apóstoles ante la proximidad de la Pasión: la subida a un «monte alto» prepara la subida al Calvario. Cristo, Cabeza de la Iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene e irradia en los sacramentos: «la esperanza de la gloria» (Col 1, 27) (cf. San León Magno, Sermo 51, 3: PL 54, 310C).
“Por el suplicio de la cruz, os prepara la escala para subir al Reino» (Sermón 51).
San Juan Damasceno «Venid, pueblos, seguidme. Subamos a la montaña santa y celestial; detengámonos espiritualmente en la ciudad del Dios vivo y contemplemos en espíritu la divinidad del Padre y del Espíritu que resplandece en el Hijo unigénito» (tropario conclusión del Canon de san Juan Damasceno).
Anastasio Sinaíta, Era como si les dijese: «El tiempo que ha de transcurrir antes de que se realicen mis predicciones no ha de ser motivo de que vuestra fe se debilite, y, por esto, ahora mismo, en el tiempo presente, os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar al Hijo del hombre con la gloria de su Padre.» Sermón en el día de la Transfiguración del Señor, Núms. 6-10: Mélanges d’archéologie et d’histoire 67 (1955), 241-244. Liturgia de las Horas del 6 de agosto.
Pedro el Venerable, Te gozarás sin fin en esta luz; con esta luz caminarás sin cansarte. En esta luz verás la luz eterna. Sermón 1º para la Transfiguración; PL 189, 959.
Santo Tomás de Aquino, «Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa» (S.th. 3, q. 45, a. 4, ad 2)
Sor Isabel de la Trinidad «¡Es tan buena esta presencia de Dios! Es allí, en el fondo, en el cielo de mi alma donde me gusta buscarle, pues nunca me abandona. «Dios en mí y yo en él». ¡Oh! Esta es mi vida». (…)
Francisco de Sales La oración es el medio por el que se llega a la perfección y de él dice San Bernardo que los sobrepasa a todos…Sermón de febrero de 1614. IX, 28.
Dante: «Sed, cristianos, más firmes al moveros: / no seáis como pluma a cualquier soplo» (Par. V, 73 s.).
Teresita del Niño Jesús Mi camino es todo de confianza y de amor… Veo que basta reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios.
San Juan de Ávila – Lo que en el Señor parece feo a los ojos de la carne, como son tormentos y trabajos, es grande hermosura. Audi FIlia: 113.
Santa Teresa De ver a Cristo me quedó imprimida su grandísima hermosura (Vida 37,4).
Comenzóme a crecer la afición de estar más tiempo con él (Vida 9,9).
San Juan de la Cruz «¡Escuchadle a Él!, leed el Evangelio: ahí encontraréis ni más ni menos que lo que buscáis».
“Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojos sólo en Él, porque en Él te lo tengo dicho y revelado, y hallarás en Él aún más de lo que pides y deseas; oídle a Él, porque ya no tengo más fe que revelar, ni más cosas que manifestar” (Subida al Monte Carmelo).
Carlos De Foucauld: Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras…
San Josemaría Escrivá, Aprendamos de esa actitud de Jesús. En su vida terrena, no ha querido ni siquiera la gloria que le pertenecía, porque teniendo derecho a ser tratado como Dios, ha asumido la forma de siervo, de esclavo (Es Cristo que pasa, n. 62).
Catecismo, 151 Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en aquel que él ha enviado, «su Hijo amado», en quien ha puesto toda su complacencia (Mc 1,11). Dios nos ha dicho que les escuchemos (cf. Mc 9,7). El Señor mismo dice a sus discípulos: «Creed en Dios, creed también en mí» (Jn 14,1). Podemos creer en Jesucristo porque es Dios, el Verbo hecho carne: «A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado» (Jn 1,18). Porque «ha visto al Padre» (Jn 6,46), él es único en conocerlo y en poderlo revelar (cf. Mt 11,27).
444: Los evangelios narran en dos momentos solemnes, el bautismo y la transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su «Hijo amado».
457: El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: «Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados» (1Jn 4,10). «El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo» (1Jn 4,14). «Él se manifestó para quitar los pecados» (1Jn 3,5).
458: El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de Él» (1Jn 4,9). «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16).
555: Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que “para entrar en su gloria” (Lc 24,26), es necesario pasar por la cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la ley y los Profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías. La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como Siervo de Dios. La nube indica la presencia del Espíritu Santo.
556: (…) La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo «el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo» (Flp 3,21). Pero ella nos recuerda también que «es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios» (Hch 14,22).
Pablo VI, Ese cuerpo que se transfigura ante los ojos atónitos de los Apóstoles es el cuerpo de Cristo nuestro hermano, pero es también nuestro cuerpo destinado a la gloria; la luz que le inunda es y será también nuestra parte de herencia y de esplendor. (el mismo día de su muerte) Domingo 6 de agosto de 1978.
«La solemnidad de hoy proyecta una luz deslumbrante sobre nuestra vida diaria y nos lleva a dirigir la mente al destino inmortal que este hecho esconde» (L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 13 de agosto de 1978, p. 3).
San Juan Pablo II Visión y escucha, contemplación y obediencia son, por consiguiente, los caminos que nos llevan al monte santo en el que la Trinidad se revela en la gloria del Hijo. (26-04-2000)
En Cristo todo ser humano es envuelto por el abrazo tierno y fuerte de un Padre. (19-03-2000)
Benedecto XVI La contemplación de Cristo en nuestra vida —como ya he dicho— no nos aleja de la realidad, sino que nos hace aún más partícipes de las vicisitudes humanas (13-06-2012)
Cuando se tiene la gracia de vivir una fuerte experiencia de Dios, es como si se viviera algo semejante a lo que les sucedió a los discípulos durante la Transfiguración: por un momento se gusta anticipadamente algo de lo que constituirá la bienaventuranza del paraíso. En general, se trata de breves experiencias que Dios concede a veces, especialmente con vistas a duras pruebas. Pero a nadie se le concede vivir «en el Tabor» mientras está en esta tierra. En efecto, la existencia humana es un camino de fe y, como tal, transcurre más en la penumbra que a plena luz, con momentos de oscuridad e, incluso, de tinieblas. Mientras estamos aquí, nuestra relación con Dios se realiza más en la escucha que en la visión; y la misma contemplación se realiza, por decirlo así, con los ojos cerrados, gracias a la luz interior encendida en nosotros por la palabra de Dios. (12-03-2006)
La Transfiguración de Jesús fue esencialmente una experiencia de oración (cf. Lc 9, 28-29). En efecto, la oración alcanza su culmen, y por tanto se convierte en fuente de luz interior, cuando el espíritu del hombre se adhiere al de Dios y sus voluntades se funden como formando una sola cosa. (08-03-2009)
Papa Francisco, «El itinerario de la Cuaresma, al igual que todo el camino cristiano, ya está bajo la luz de la Resurrección, que anima los sentimientos, las actitudes y las decisiones de quien desea seguir a Cristo».
«Tenemos necesidad de apartarnos en un espacio de silencio —de subir a la montaña— para reencontrarnos con nosotros mismos y percibir mejor la voz del Señor. ¡Pero no podemos quedarnos ahí! El encuentro con Dios en la oración nos impulsa nuevamente a bajar de la montaña y volver a la llanura, donde nos encontramos con muchos hermanos abrumados por fatigas, injusticias, pobreza material y espiritual»
Alessandro Pronzato Auténtico discípulo es el que sabe lo que dice el maestro. El pan del domingo ciclo b edit. Sigueme salamanca 1987. Pág. 57.
Eucaristía La Eucaristía que celebramos sería un juego de niños si no comprometiéramos nuestras vidas hasta el final para servir al mundo. 1970/16.
Biblia de Jerusalén FE «Es un impulso de confianza y de abandono, por el cual el hombre renuncia a apoyarse en sus pensamientos y en sus fuerzas, para abandonarse a la palabra y al poder de Aquél en quien cree». en la nota a Mt 8.10
Santos Benetti Subir hasta Dios es morir a nuestro proyecto, morir a uno mismo, a tantos planes, esquemas y cálculos. Morir es abismarse en lo nuevo y desconocido. Allí está Dios… El Proyecto Cristiano. Ciclo B.2º
Pagola, Quizás tengamos que empezar por elevar desde el fondo de nuestro corazón esa súplica que repiten los monjes del monte Athos: «Oh Dios, dame un corazón que sepa escuchar».
Enrique Martínez Lozano Lo que somos y lo que hacemos son las dos caras de la misma realidad.
Pikaza: «Necesitamos otra transfiguración: La luz no brilla, los ojos no ven, nada se transfigura»
Mafalda decía que la vida es linda, lo malo que muchos confunden linda con fácil.
Jean Paul Sartre: «Libertad es lo que uno hace con lo que le han hecho».
Leonard Cohen, «Hay una rajadura en todo; así es como entra la luz». canción Anthem, del disco The Future (1992)
Unamuno recomienda que seamos más padres de nuestro porvenir, que hijos de nuestro pasado. Angel Calvo, En otras palabras, p.170.
CIELO
J. Escriva De Balaguer,¿Os imaginais que será llegar alli, y encontrarnos con Dios, y ver aquella hermosura, aquel amor que se vuelca en nuestros corazones, que sacia sin saciar? Yo me pregunto muchas veces al dia: ,,que será cuando toda la belleza, toda la bondad, toda la maravilla infinita de Dios se vuelque en este pobre vaso de barro que soy yo, que somos todos nosotros? Y entonces me explico bien aquello del Apbstol: ni ojo vio, ni oido oyo. . . Vale la pena, hijos mios, vale la pena (en Hoja informativa n. I, de su proceso de beatificación, p. 5).
San Ireneo, Los hombres, pues, veran a Dios y viviran, ya que esta visión los hara inmortales, al hacer que lleguen hasta la posesión de Dios. (Trat. sobre las herejías,4,20).
San Agustin, ¡Ah!, si amais tanto una gota de agua, ¿que será de la misma fuente? (Sermón 255, sobre el «alleluia»).
CONTEMPLAR
Amar a Jesús, vivir su vida en nosotros, vivir nuestra vida en la suya. Eso es contemplación. Madre Teresa de Calcuta
El contemplativo es aquél que se sabe de Cristo y está siempre con Cristo. Nunca se siente solo. Vive con la certeza de la presencia de Dios. P. Evaristo Sada LC
La vida contemplativa es la vida del cielo… Beato Juan van Ruysbroeck
Si creemos las palabras de Jesús, todos somos contemplativos en el corazón del mundo, porque si tenemos fe estamos continuamente en su presencia. Madre Teresa de Calcuta
CONTO
En cierta ocasión, una mujer, oyendo en una iglesia que el predicador hablaba del sacrificio de Abrahán, comentó:
Dios no habría pedido ese sacrificio a una madre. Y, sin embargo, lo pidió a la Madre de su Hijo, y Ella, llena de la fe de Abrahán, ofreció generosamente a Dios a su Hijo crucificado, porque creía que la Cruz sería signo de la historia de la salvación y que aparecería en el cielo para concluir victoriosamente esa historia.
Tomado de Anécdotas y catequesis
ERUDITO O ILUMINADO
En una ocasión un estudiante le preguntó a su maestro: ¿cuál es la diferencia entre una persona erudita y una persona iluminada?
Es muy sencillo, le contestó el maestro, una persona erudita tiene muchos conocimientos y enciende una antorcha para iluminar su camino, mientras que una persona iluminada es la que se ha transformado ella misma en antorcha e ilumina el camino de los demás.
Sólo en la oración, sólo cuando uno se hace uno con el UNO, se puede dar la Transfiguración, se convierte uno en antorcha que todo lo ilumina.
Tomado de P. Félix Jiménez
ANÉCDOTA
TEOFANÍAS. (TEO: DIOS / FANO: MOSTRAR)
El relato de la Transfiguración se sitúa en el ámbito de las Teofanías (manifestaciones de Dios) del Antiguo Testamento.
La transfiguración es un relato de revelación con semejanzas al del bautismo de Jesús en el trío Jordán en el que también se oye una voz que dice: “Este es mi hijo amado, escuchadle”.
Por otra parte el texto de Transfiguración es como un mosaico de símbolos y alusiones religiosas:
+ La montaña como lugar cercano a los cielos donde habita Dios).
+ La nube es el signo de la presencia y protección de Dios al pueblo. Cuando las tribus hebreas caminaban por el desierto, la nube de Dios les protegía del rigor del sol.
+ La luz: el rostro resplandeciente, los vestidos refulgentes es el ámbito de Dios.
+ Las “tiendas” hace alusión a la fiesta de las tiendas en las que los judíos se encontraban con Dios.
+ La voz: Este es mi Hijo, escuchadle.
Tomado de Tomás Muro
EL MONTE TABOR
En Galilea, venerado tradicionalmente como el monte de la transfiguración, es desde luego un lugar maravilloso en el que hoy podemos imaginar perfectamente el acontecimiento teofánico, la revelación del mundo de Dios en medio de la realidad terrestre. El monte, que se alza de un modo impresionante (562 m) sobre una vasta llanura, conduce a los que ascienden a su cumbre, desde las bajezas de la vida y anhelos terrenos hasta la proximidad del cielo, a la soledad, luminosidad y apertura de horizontes que predisponen a semejante revelación del mundo celestial. Pero en tiempos de Jesús había tal vez hasta fortificaciones militares en aquel monte, y sólo a partir del siglo iv se centra la tradición en dicho monte Tabor. Es inútil buscar otros montes altos en el Norte; aquí se habla de un «monte alto», desde un punto de vista exclusivamente teológico. También en 3,13 sube Jesús «al monte» para llamar a sí a los hombres que se había elegido; y en 6,46 se reitera «al monte» para orar. La soledad del monte significaba en aquellos tiempos el alejamiento del resto de los hombres y la proximidad a Dios.
Tomado de R. Schnackenburg, El NT y Su Mensaje (Mc Tomo 2. Herder, Barcelona 1980), pp. 33-42.
La tradición identifica este “monte alto” con el monte Tabor, en la llanura de Esdrelón, de 562 metros de altura. Se ha pensado también en el monte Hermón, en la cadena del Antilíbano, a 2.224 metros sobre el nivel del mar.
Tomado de S. Carrillo,, El evangelio según san Marcos: La Transfiguración. Verbo Divino (2008), pp. 155-157.
LAS COSAS DE ARRIBA
El astronauta Jeff Hoffman, durante su misión de abril de 1985, leyó desde el espacio este pasaje del surrealista Daumel, escrito en la década de los veinte:
«No se puede permanecer en la cumbre eternamente, hay que descender de nuevo. Por eso ¿qué sentido tiene preocuparse por el primer puesto? Precisamente por eso. Lo que está arriba no sabe lo que está abajo, pero lo que está abajo no sabe lo que está arriba. Uno escala, ve, desciende. Luego, ya no ve nada más. Pero ha visto. Hay un arte de conducirse a sí mismo en las regiones bajas por el recuerdo de lo que uno ha visto en las regiones altas. Cuando no se puede ver ya, se puede seguir sabiendo, por lo menos, que existen las cosas de arriba».
Tomado de M. Luisa Brey en Mercaba
«ABRAHAM TOMÓ EL CUCHILLO»
Este gesto de Abrahám en la cumbre del monte Moriah es impresionante. Ese cuchillo que estaba dispuesto a hundir en la cara idolatrada de su hijo, lo más deseado, lo más querido y esperanzador, ese cuchillo estaba ya ensangrentado. Ese cuchillo lo había clavado ya en lo más profundo de su alma. Antes de ofrecer el sacrificio del hijo, ya había consumado el sacrificio de su voluntad. No importa la materialidad de las cosas, importa la intencionalidad y el espíritu que se pone en ellas.
Despojo inmisericorde
Abrahám con el cuchillo hizo sobre sí un despojo inmisericorde: cortó ataduras y apegos entrañables, cortó cariños y amores apasionados, cortó ilusiones y esperanzas plenificadoras, se quedó totalmente vacío y como frustrado. Se quedó sin el corazón de su propio corazón. Hasta ahí llegó aquel gran cuchillo sacerdotal.
Padre de los creyentes
En la cumbre del monte Moriah el sacrificio de Abrahám fue gratísimamente aceptado. Allí experimentó que Dios lo plenificaba, lo llenaba el corazón, se lo ensanchaba sin límites. Allí sintió que le crecían hijos innumerables. Allí se ganaría el título de padre de todos los creyentes.
«El encanto de tus ojos»
Padre y paradigma. A todos se nos pide en algún momento subir al monte para sacrificar a nuestro hijo primogénito. Hijo primogénito es aquello con lo que más nos encariñamos, lo que más esperamos, lo que más nos alegra y satisface, «el encanto de tus ojos», que diría Ezequiel; o lo que nos resulta más cómodo, lo que es más rentable, lo que nos proporciona más éxito, lo que, en definitiva, más vale para nosotros.
Tomado de Caritas 1987: Mercaba
¿POR QUÉ SE CELEBRA EL 6 DE AGOSTO?
Tanto en Oriente como en Occidente, la Transfiguración se ha celebrado tradicionalmente en el mes de agosto, coincidiendo incluso en el día 6 en muchos países. En 1456, cuando había mucha tensión entre la Europa cristiana y el Imperio Otomano, Hungría ganó una batalla importante en Belgrado contra las fuerzas turcas demorando el avance otomano durante setenta años.
La noticia de esta victoria se conoció en Roma el 6 de agosto de 1456. Como muestra de gratitud, el Papa Calixto II, que había pedido a todos los cristianos que rezaran por la victoria, fijó ese día como fecha inamovible en la Iglesia para la celebración de la Transfiguración.
Tomado de EWTN
CHISTE
CONVERSACIÓN INTERMUNDOS
Una viuda se pone en contacto con su marido a través de una medium:
– Pepe. mi querido Pepito, ¿estás ahí?
– Sí, aquí estoy.
– ¿Y qué tal estás?¿Mejor que aquí en la Tierra conmigo?
– Sí, sí. La verdad es que mucho mejor.
– ¡Pepito cuéntame, ¿cómo es el Cielo?
– ¿El Cielo? ¡Pero si yo estoy en el Infierno!
POEMA
LA FONTE
Desde principios de diciembre de 1577 a mediados de agosto de 1578 san Juan de la Cruz estuvo encarcelado en Toledo, sin posibilidad de celebrar la misa ni de comulgar. En este contexto compuso varias poesías. Entre ellas, con motivo de las fiestas de la Santísima Trinidad y del Corpus Christi, un precioso poema trinitario y eucarístico, en el que afirma que en la oscuridad de la fe conoce bien dónde se encuentra la fuente de la vida (Dios mismo), que por amor a nosotros sale de sí mismo y nos crea para comunicarnos su vida. Mientras caminamos en la tierra, se queda con nosotros para no dejarnos solos, permanece escondido en el pan de la Eucaristía. Lo titula: «Cantar del alma que se huelga [=que se goza, que se alegra] de conocer a Dios por fe». Primero copio la poesía entera y, a continuación, explico cada uno de sus versos.
Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche.
1. Aquella eterna fuente está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
2. Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen de ella tiene,
aunque es de noche.
3. Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben de ella,
aunque es de noche.
4. Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
5. Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.
San Juan de la Cruz. Poema La Fonte
P. Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d.
ORACIÓN
EL TABOR DE HOY
Mi Tabor de hoy, es el silencio frente al ruido
La búsqueda frente al conformismo
Mi Tabor de hoy, es el ascender para ver
El descender para seguir creyendo
Mi Tabor de hoy, es la fortaleza ante la adversidad
La fe cuando asolan las dudas.
Mi Tabor de hoy, es la alegría de ser creyente
La seguridad de que, Jesús, ilumina el horizonte
Mi Tabor de hoy, es el ser fuerte cuando me siento débil
El no olvidar mí debilidad cuando me encuentro valiente
Mi Tabor de hoy, es estar en sintonía con Dios
Es escuchar su Palabra, llevándola a la práctica
Mi Tabor de hoy, es subir aún a riesgo de bajar
Es ganar mucho, aún a riesgo de perder algo
Mi Tabor de hoy, es mirar lo que soy
Es dejar a Dios que me haga como El quiera
Es vida cristiana en oración
Es oración con vida cristiana
Javier Leoz
LEVÁNTAME Y TRANSFIGÚRAME
Tú, que subiste a lo más alto.
Tú, Señor, que te elevas y transfiguras.
Tú, que elevas y transfiguras a la carne humana
y la vistes de dignidad y belleza,
elévame, transfigúrame;
haz que reverbere en mi rostro
la luz de tu cuerpo y tus vestidos.
Tú, Señor, que has venido a levantar al hombre,
a decir a la niña: «Levántate»,
y a la mujer encorvada: «Derecha».
Tú, que tendiste la mano a Pedro, que se hundía,
levántame a mí también por encima de mí mismo.
Y Tú, que te dejaste elevar bien alto
para atraer hacia Ti a todos los hombres,
atráeme a mí, atráeme hacia Ti;
y que ya no me despegue.
Tú, que bajaste primero
a lo más profundo de nuestras simas.
Tú que me cogías en los brazos
como a niño pequeño
y me cargaste sobre los hombros
como a la oveja perdida.
Tú, que te inclinaste hacia el herido del camino
y cargaste con él, como un burrito,
después de curarlo.
Tú, que has venido a levantarme del suelo,
elévame, cúrame con tu vino y aceite,
con agua y sangre,
y dime lo que estoy llamado a ser.
Tú, que subiste a lo más alto.
Tú, que subiste los Himalayas de la tierra
y aun lo más alto del cielo, donde habita el Padre,
no te olvides de nosotros que caemos;
sigue tendiendo tu mano fuerte y cariñosa,
curativa y liberadora;
levántanos a Ti.
Tú, que subes a lo más alto.
Alforjas de pastoral
MEDITACIÓN
Todo va cambiando en mi alma. Lo que antes me hacía sufrir… ahora me es indiferente… Lo que antes me humillaba, ahora casi me causa risa. Ya no me importa mi situación de oblato en el monasterio… Veo que el último lugar es el mejor de todos; me alegro de no ser nada ni nadie, estoy encantado con mi enfermedad que me da motivos para padecer física y moralmente… ¿Qué más da comer solo que acompañado, lentejas que patatas, padecer hambre o sed, vivir hacia la derecha o hacia la izquierda? Todo me es igual. Sólo quiero amar a Dios y cumplir su voluntad. ¿Qué hay fuera de eso?” … Si de veras estamos unidos por amor a su voluntad, nada desearemos que Él no desee, nada amaremos que Él no ame, y estando abandonados a su voluntad, nos será indiferente cualquier cosa que nos envíe, cualquier cosa que nos ponga… Todo lo que Él quiera de nosotros no solamente nos será indiferente, sino que será de nuestro agrado.
San Rafael Arnaiz Barón
Tomado de Sobrado 2021
En Marcos, Jesús nos habla con sus hechos.
El mayor atractivo de Jesús es su coherencia.
En él, lo que pensaba, lo que decía y lo que hacía era todo uno.
Esa autenticidad es la clave de un verdadero ser humano.
Jesús era verdad, modelo de humanidad y divinidad.
Ahí tenemos la divinidad, manifestada.
Fray Marcos
LIBRO
TABOR. EL DIOS OCULTO EN LA EXPERIENCIA
En un mundo que se seculariza a pasos agigantados, aparece la paradoja de una nueva búsqueda de la experiencia religiosa que, en muchas ocasiones rechaza a la religión y en otras se confunde con un narcisismo hedonista que deja a Dios de lado. Sin embargo, no podemos olvidar que, como en el Tabor, Dios se oculta en la experiencia, y así sale al encuentro de los hombres en el momento más inesperado y de las maneras más sorprendentes. Desde esta perspectiva y, apoyándose en los escritos de Simone Weil, Josep Otón realiza una lúcida reflexión sobre el rol de la experiencia en la vivencia religiosa del hombre posmoderno.
¿Por qué leer «Tabor. El Dios oculto en la experiencia»?
Porque puede ayudarnos a comprender que la fe y la experiencia no son contradictorias, y así constatar que «hoy, se hace necesaria una propuesta teológica para proteger espiritualmente la experiencia. Que no la ahogue, pero que tampoco la deje a merced de credulidades, distorsiones y manipulaciones. Que ayude a entender y a discernir lo que se vive. Que rompa el techo de cristal que separa la oración y el estudio» (p. 15).
Porque el libro nos ayuda a leer nuestra realidad líquida y secularizada desde un punto de visto religioso. O, mejor aún, nos hace comprender que, en muchas de las búsquedas de lo trascendente de nuestros contemporáneos, o en expresiones de la fe que podrían parecer ya superadas o de otra época, late una búsqueda de espiritualidad que nace de la desconfianza posmoderna de las religiones convencionales y la búsqueda de la experiencia en lo desinstitucionalizado. Dentro de esta corriente, se engloban las prácticas provenientes de las espiritualidades orientales (incluso en su vertiente más secularizadas), la recuperación de la religiosidad popular, los encuentros masivos o con tintes de espectáculo de algunos eventos religiosos, las peregrinaciones en las que el límite entre lo deportivo, lo cultural y lo religioso no está claro, el góspel, las nuevas modalidades de retiros basadas en la experiencia etc.
De la mano del autor, se descubre que no todo es peligro ni todo es oportunidad en este tipo de manifestaciones que, por otro lado, se enmarcan perfectamente dentro de nuestro mundo sensitivo y experiencial. Por ello, afirma que «encontrar el equilibrio adecuado es uno de los retos de la pastoral de la posmodernidad. Hay que buscar una experiencia auténtica que suscite y reafirme la fe y, a la vez, una fe capaz de generar vivencias que involucren toda la persona. Hay que evitar que la experiencia personal escape de la criba de la crítica racional. Pero también resulta peligroso confundir la fe con un determinado discurso intelectual. La fe sin experiencia languidece. La experiencia sin reflexión y sin compromiso se corrompe» (p. 54).
CANTO
Athenas – Qué Bien Se Está Aquí
No Me Fallarás (Aún Así) | Christine D’Clario
Majo Solís – Bueno es Dios //Bethel Music
VIDEO
nº 110 ¿Cuál es el significado de la Transfiguración?
¿Cómo es el Cielo? – P. Juan José Paniagua