CITA
¡Carpe diem!
Horacio
Una señal es suficiente para las personas vigilantes, pero miles de consejos no son suficientes para las negligentes
(Idries Shah)
«Yo duermo, pero mi corazón vela» (Cant 5,2).
«Su primer Milagro fue en una boda en Caná. El último, cuando veas que estás de invitado en la suya».
San Son
Plinio el Viejo “Vivir es velar.” [Naturalis Historia, pr., 18.]
San Agustín, Para mí, en el aceite se significa la caridad
¿Que quieren decir estas palabras: «no llevaban aceite en sus lámparas»? En su vaso, es decir en su corazón…llevadlo en vuestro interior donde sólo mira Dios; llevad allí el testimonio de una buena conciencia… Si evitáis el mal y hacéis el bien para recibir los elogios de los hombres, no tenéis aceite en el interior de vuestra alma… Sermón: No vivas de los elogios de los hombres. Sermón 93.
San Basilio «Ten tus pupilas fijas en la muerte; al levantarte por la mañana piensa que es posible que no veas la tarde; y cuando por la noche te acostares no cuentes en absoluto con la siguiente mañana». ().
San Antonio de Padua, Ahora vivimos en el cielo por la fe y la esperanza; pero poco tiempo después, la Iglesia celebrará sus bodas con su Esposo: «Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero» (Ap 19,9). Sermón: Invitados a bodas.
Tomás de Kempis: Age quod agis, que significa “haz lo que
Conc. Vat. II, Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra, mereceremos entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos, al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde `habrá llanto y rechinar de dientes’ (LG 48).
Catecismo de la Iglesia Católica, El tiempo presente es «un tiempo de espera y de vigilia» (672).
Rainer María Rilke, «Todo lo que es frenético pasará pronto», cantaba un poeta (Sonetos a Orfeo).
San Juan Pablo II, Para el encuentro con el misterio se requiere paciencia, purificación interior, silencio y espera. Miércoles 26 de julio de 2000
Papa Francisco: El problema no es “cuándo” sucederán las señales premonitorias de los últimos tiempos, sino el de estar preparados para el encuentro. Estamos llamados a vivir el presente, construyendo nuestro futuro con serenidad y confianza en Dios.
No temamos nunca el juicio final, al contrario, nos debe empujar a vivir mejor el presente. Dios nos ofrece con misericordia y paciencia este tiempo para que aprendamos cada día a reconocerlo en los pobres y los pequeños, para que nos comprometamos con el bien y estemos vigilantes en la oración y el amor. Y que el Señor, al final de nuestra existencia y de la historia, nos reconozca como siervos buenos y fieles ().
Fray Marcos, El aceite y la luz son las obras que manifiestan una actitud adecuada. Jesús había dicho: “Yo soy la luz del mundo”. Y también: “Vosotros sois la luz del mundo”. El ser humano es luz cuando ha desplegado su verdadero ser; es decir, cuando trasciende y va más allá de lo que le pide su simple animalidad. No es que nuestra condición de animales sea algo malo, al contrario, es la base para alcanzar nuestra plenitud, pero si no vamos más allá cercenamos nuestras posibilidades de humanidad.
J. A. Pagola: «El Evangelio nos invita a la vigilancia. La esperanza cristiana no instala en la inconsciencia. Al contrario, inquieta; anima nuestra responsabilidad y creatividad; no nos deja descansar. Una persona que mantiene encendida la lámpara de la esperanza es una persona eternamente insatisfecha, que nunca está del todo contenta ni de sí misma ni del mundo en que vive. Por eso, precisamente, se la ve comprometida allí donde se está luchando por una vida mejor y más liberada.
Estos son los creyentes <sensatos> que tanto necesita nuestra sociedad. Personas de esperanza incansable. Hombres y mujeres que saben que el crecimiento del nivel de vida no es la última salvación que apaciguará al ser humano. Creyentes que luchan por un mundo más humano, pero que saben que nunca será un puro desarrollo de nuestros esfuerzos, sino regalo de Aquel en quien encontraremos un día la plenitud».
Es una insensatez seguir escuchando el evangelio sin hacer un esfuerzo mayor para convertirlo en vida: es construir un cristianismo sobre arena. Y es una necedad confesar a Jesucristo con una vida apagada, vacía de su espíritu y su verdad: es esperar a Jesús con las «lámparas apagadas». Jesús puede tardar, pero nosotros no podemos retrasar más nuestra conversión.
María Luisa Brey Cuando llegue el esposo, no vale volverse a los vecinos, desesperadamente: «Dame un poco de tu fe, de tu justicia, de tu verdad, de tu pobreza, de tu amor».
Ruiz de Galarreta desarrolló en su día la idea de la urgencia con la fuerza y la lucidez que le eran características, y nos van a permitir incluir aquí lo que decía:
«La urgencia es que millones de hermanos míos se mueren de hambre. La urgencia es que millones de niños son prostituidos. La urgencia es que millones personas no pueden creer en Abbá porque no ven en su vida nada de hermandad, ni han tenido nunca cariño. La urgencia es que tampoco en nosotros ven amor y solidaridad, y lo que sí ven es que no damos soluciones a los problemas del mundo. La urgencia es que nos preocupamos más de invertir bien nuestro dinero que de dar de comer al hambriento.».
«La urgencia es que nosotros la Iglesia nos preocupamos mucho más de nuestros problemas internos que de la explotación de los miserables. La urgencia es que, por todo eso y por mucho más, no creen en nosotros la Iglesia, y así no pueden creer que Dios les quiere… La urgencia es que la frase terrible de Jesús a los escribas y fariseos «¡ay de vosotros que ni entráis ni dejáis entrar!», nos concierne de lleno».
«Hay muchas personas, seguidoras de Jesús, que hacen presente por todo el mundo el amor del Padre trabajando heroicamente por sus hijos. Pero entre nosotros, la magnífica Iglesia del primer mundo, somos más los que dormimos con las lámparas apagadas. Y ésa es nuestra propia y personal urgencia. Nosotros nos estamos perdiendo la fiesta, nosotros no esperamos al Novio, nosotros tenemos poco que ver con el Reino… Ésa es nuestra urgencia personal» …
SABIDURÍA
De Dios venimos y a Dios vamos: esta realidad constituye, en el fondo, la síntesis de la sabiduría cristiana. Mon. Javier Echevarría
Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia; más vale su ganancia que la ganancia de la plata, su renta es mayor que la del oro. Pr 3, 13-14.
Don de sabiduría que nos hace comprender la maravilla insondable de Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las cosas y en medio de nuestro trabajo y de nuestras obligaciones. Padres de la Iglesia
El mejor indicio de la sabiduría es la concordancia entre las palabras y las obras. Lucio Anneo Séneca
El temor de Dios es el principio de toda sabiduría. Adolfo Kolping
Es tan difícil a los ricos adquirir la sabiduría como a los sabios adquirir las riquezas. Epicteto
La sabiduría consiste no sólo en ver lo que tienes ante ti, sino en prever lo que va a venir. Terencio
Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría a los mortales, mas ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho más los descubre. San Juan de la Cruz
PRUDENCIA
Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia; más vale su ganancia que la ganancia de la plata, su renta es mayor que la del oro Pr 3, 13-14.
«La prudencia es un amor que elige con sagacidad.» San Agustín
La prudencia es un amor que elige, un amor a la propia verdad o a la propia acción que emprendemos. Y se cuida lo que se ama. P. José Luis Martín Descalzo
«La prudencia es una virtud que se refiere a los medios y nos dice cómo debemos hacer lo que debemos hacer». Santo Tomás
La temeridad acompaña a la juventud, como acompaña la prudencia a la vejez. Marco Tulio Cicerón
Un hombre prudente no pone todos sus huevos en el mismo cesto. Miguel de Cervantes Saavedra
CONTO
Un grupo de turistas iba a emprender una excursión por las montañas. La carretera era estrecha y llena de curvas peligrosas.
El conductor estaba nervioso, era la primera vez que hacía ese recorrido. Antes de comenzar la excursión se plantó delante del autobús y dijo sus oraciones.
A penas recorridos unos kilómetros, el motor comenzó a calentarse. No había agua en el radiador. Eso tenía un arreglo fácil. Pero faltando muchos kilómetros para la meta, el autobús se paró. No había gasolina en el tanque. Se quedó vacío. Los turistas tuvieron que esperar largas horas antes de ser auxiliados.
El conductor había orado antes de salir pero no había echado agua al radiador y no había llenado el tanque de gasolina.
Tomado de P, Félix Jiménez
LAS CUATRO ESPOSAS
Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas más finas. Sólo le daba lo mejor. También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.
También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles. La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa y aunque ella le amaba profundamente, apenas si el se fijaba en ella. Un día, el rey enfermó y se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré solo».
Así que le pregunto a su cuarta esposa: «Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo,¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?»
«¡Ni pensarlo!», contestó la cuarta esposa, y se alejó sin decir más palabras. Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo afilado.
El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa:
«Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿Estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?»
«!No!», contestó su tercera esposa. «¡La vida es demasiado buena! Cuando mueras, pienso volverme a casar!»
Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío.
Entonces preguntó a su segunda esposa: «Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?»
«¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!», contestó la segunda esposa. «Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte». Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey.
Entonces escuchó una voz:
«Me iré contigo y te seguiré dondequiera que tu vayas». El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición.
Profundamente afectado, el monarca dijo: Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!»
En realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas.
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir bien, nos dejará cuando muramos.
Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a parar a otros.
Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.
Y nuestra primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará dondequiera que vayamos. Así que, cultívala, fortalécela y cuídala ahora! Es el regalo más grande que puedes ofrecerle al mundo. ¡Déjala brillar!
Web católico de Javier
YO ESTOY DE PASO
Se cuenta que el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El Cairo (Egipto) con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
-¿Dónde están sus muebles? – preguntó el turista.
Y el sabio también preguntó:
-¿Y dónde están los suyos…?
-¿Los míos? – se sorprendió el turista – ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
– Yo también… – concluyó el sabio.
La vida en la tierra es solamente temporal; sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices. El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.
Las cosas son sólo medios. `Por eso recuerda:
no importa qué modelo de auto usabas;
importa a cuánta gente llevaste.
no importan los metros cuadrados de tu casa;
importa cuánta gente recibiste en ella.
no importa la marca de la ropa en tu armario;
importa a cuántos ayudaste a vestirse.
no importa cuán alto era tu sueldo;
importa si vendiste tu conciencia para obtenerlo.
no importa cuál era tu título;
importa si hiciste tu trabajo con lo mejor de tu capacidad.
no importa cuántos amigos tenías;
importa cuánta gente te consideraba su amigo.
no importa en qué vecindario vivías;
importa cómo tratabas a tus vecinos.
no importa el color de tu piel;
importa la pureza de tu interior.
Anónimo
Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías
ANÉCDOTA
LA BODA JUDÍA.
«Entre los judíos, el matrimonio legal se realizaba, después de algunas gestiones preparatorias, mediante dos procedimientos sucesivos, que eran los desposorios y las nupcias.
Los desposorios no eran, como hoy entre nosotros, la simple promesa de matrimonio futuro, sino el perfecto contrato legal de matrimonio, o sea el verdadero matrimonium ratum. Por lo tanto, la mujer desposada era esposa ya, podía recibir el acta de divorcio de su desposado-marido, a la muerte de éste pasaba a ser viuda en regla, y en caso de infidelidad era castigada como verdadera adúltera conforme a las normas del Deuteronomio (22, 23-24).
Esta situación jurídica es definida con exactitud por Filón cuando afirma que entre los judíos, contemporáneos de él y de Jesús, el desposorio valía tanto como el matrimonio. Cumplido este desposorio-matrimonio, los dos desposados-cónyuges permanecían algún tiempo todavía con sus respectivas familias.
Semejante tiempo, habitualmente, se extendía hasta un año si la desposada era virgen y hasta un mes si viuda, y se empleaba en los preparativos de la nueva casa y del equipo familiar. (…) Las nupcias se celebraban una vez transcurrido el tiempo susodicho y consistían en la introducción solemne de la esposa en casa del esposo. Empezaba entonces la convivencia pública y con esto las formalidades legales del matrimonio estaban cumplidas» (G. Ricciotti).
Según la misma costumbre judía las nupcias comenzaban al ponerse el sol. Acompañada por sus amigas y por un cotejo de vírgenes, es decir, jóvenes aún no desposadas, la esposa esperaba en su casa la llegada del esposo. Estas iban a casa de la esposa con una lámpara encendida, no tanto para alumbrarse en el camino como para aumentar la alegría de la fiesta.
El esposo, acompañado por un grupo de amigos y familiares, venía a casa de la esposa para llevarla a su casa. El traslado se realizaba en medio de un cotejo festivo. La esposa, hermosamente vestida y engalanada, era llevada en una litera. Los cantos jubilosos acompañaban al cotejo a lo largo del camino. Ya en la casa de los esposos se celebraba el banquete de bodas.
Tomado de Dies Domini
JOVENES
Ya sean «necias» o «sensatas», «previsoras» o «fatuas», a las diez doncellas se las denomina con un término que la tradición ha guardado cuidadosamente; se hablaba entonces de la parábola de las «diez vírgenes». A decir verdad, el término griego «parthenos» no tiene necesariamente la precisión de su traducción castellana habitual; puede designar a cualquier persona joven del sexo femenino. Así se explica la traducción literal de las «diez jóvenes». (…) Lo esencial sigue siendo eso: la prudencia previsora que se concreta en la vigilancia: «Velad». Abrid las puertas a la Sabiduría para que un día el Esposo nos abra las puertas y nos introduzca con él en la sala de bodas.
Louis Monloubou Leer Y Predicar El Evangelio De Mateo
Edit. Sal Terrae Santander 1981.Pág. 280
VIGILAR NO ES VIVIR ANGUSTIADO
San Luis Gonzaga estaba un día jugando al frontón y le preguntó un compañero: «Hermano Luis, si supieras que ibas a morir dentro de poco, ¿qué harías?». Y él respondió: «Seguir jugando». Murió a los 23 años y fue proclamado patrono de la Juventud.
(Y este seguimiento del Evangelio no era una actitud ñoña como a veces se ha pintado, sino una actitud seria de amor constante: ¡murió a los 23 años atendiendo a los enfermos de cólera en un hospital de Roma!).
Tomado de J.L. Sicre
ACEITE-AMOR
El aceite de oliva era símbolo de riqueza y bendición de Dios en la antigüedad bíblica. Maravillosa fuente de recursos: ayuda para preparar comidas, medicamento, cosmético tonificante y abrillantador de la piel, combustible de lámparas, componente de los más variados perfumes, artículo importante de exportación al mercado común del Antiguo Oriente; en las excavaciones del palacio real de Samaria (S.IX a.C.) se encontraron óstraca -fragmentos de vasos de arcilla- con la inscripción «shemen rahus», aceite purificado, refinado, podríamos traducir.
CHISTE
NO DEJES FUERA AL PILOTO
En el aeropuerto de una ciudad del Extremo Oriente se declaró un furioso temporal. Los pasajeros atravesaron corriendo la pista para subir sobre un DC3 a punto de partir para un vuelo interno.
Un misionero, calado hasta los huesos logró encontrar un sitio libre junto a la ventanilla. Una simpática azafata ayudaba a los otros pasajeros a irse acomodando.
El avión estaba a punto de despegar y un miembro de la tripulación cerró la pesada puerta de embarque.
De repente se vio a u hombre que corría hacia el avión, protegiéndose de la lluvia lo mejor que podía con un impermeable. El pasajero retrasado golpeó con fuerza la puerta del avión gritando que le abrieran. La azafata le explicaba con gestos que era demasiado tarde. El hombre redobló los golpes contra la portezuela del avión. La azafata trataba de convencerlo de que desistiera.
-No es posible. Ya es demasiado tarde…Tenemos que partir – intentaba hacerse comprender por señas desde la puerta de embarque.
No había nada que hacer: el hombre insistía pidiendo a voces que le abrieran. Por fin, la azafata acabó por ceder y abrió la portezuela. Estiró la mano y ayudó al pasajero retrasado a subir a bordo.
Y se quedó boquiabierta. Aquel hombre era el piloto del avión.
Tomado de P, Diego Millán
REGALO DE ANIVERSARIO
El marido le dice a la esposa:
¡¡¡Amorcito, en este Aniversario te voy a regalar una lámpara de Aladino…!!!
Ella le contesta:
¿¿¿Y para qué quiero yo esa porquería…???
A lo que el marido le responde:
¡¡¡PARA QUE GUARDES ESE PUTO GENIO QUE TIENES…!!!
POEMA
«Y después no habrán instancias, ni mudanzas ni glosas.
Se enclavará el destino de todo ser creado
Y allí donde han caído y así como han quedado,
quedarán, in eternum, las cosas.
Tomado de MSC
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el ángel me decía:
Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía.
!Y cuántas, hermosura soberana:
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!
LOPE DE VEGA
ORACIÓN
TENGO SED DEL DIOS VIVO
Podría seguir así, ir tirando más o menos..
¿Por qué complicarme la vida?
Tampoco es para tomárselo tan en serio ¿no?
Pero tengo sed del Dios vivo.
Quisiera no tener que elegir
No tener que tomar una decisión,
Preferiría no hacer una opción.
¿Para qué tanta exigencia?
Tampoco es para ponerse tan radical ¿no?
Pero tengo sed del Dios vivo.
Hasta aquí he llegado, y aquí me paro
A mí que no me despierten, estoy cansado.
Ya está bien ¿no? Total… ¿para qué?
Pero tengo sed del Dios vivo.
No quisiera renunciar a nada.
¿No sería mejor apuntarse a todo?
Sin decidirse por nada,
Sin arriesgar nada.
Pero tengo sed del Dios vivo.
Pienso que Jesús fue un buen hombre
Que dijo cosas buenas y las hizo,
Lo mataron cruel e injustamente.
Soy un admirador de su figura histórica.
Pero tengo sed del Dios vivo.
Creo en Cristo y en su mensaje,
La suya sí que es verdadera religión.
Creo que tengo fe,
A pesar de tanta duda y confusión
Creo que aún me queda esperanza
A pesar de lo que veo.
Pero tengo sed del Dios vivo.
Soy bastante religioso a mi manera.
Ni soy un santo de altar
Ni una mala persona, creo yo.
Un cristiano de siempre, de toda la vida
Vamos, como todos
Un tanto rutinario
Y no muy cumplidor, es verdad.
Pero tengo sed del Dios vivo.
Tomado de Pastoral Sj
MEDITACIÓN
«¡QUÉ LLEGA EL ESPOSO! SALID A RECIBIRLO!» (MT 25,6).
Mi Dios, mi dulce Noche, cuando me llegue la noche de esta vida, hazme dormir dulcemente en ti, y experimentar el feliz descanso que has preparado para aquellos que tú amas. Que la mirada tranquila y graciosa de tu amor, organice y disponga con bondad, los preparativos para mi boda. Con la abundancia de tu amor, cubre… la pobreza de mi vida indigna; que mi alma habite en las delicias de tu amor, con una profunda confianza.
¡Oh amor, eres para mi una noche hermosa, que mi alma diga con gozo y alegría a mi cuerpo un dulce adiós, y que mi espíritu, volviendo al Señor que me lo dio, descanse en paz bajo tu sombra. Entonces me dirás claramente… «Que viene el Esposo: sal ahora y únete a él íntimamente, para que te regocijes en la gloria de su rostro» …
¿Cuándo, cuándo te me mostrarás, para que te vea y dibuje en mi, con deleite, esta fuente de vida que tú eres, Dios mío? (Isaías 12,3) Entonces beberé, me embriagaré en la abundante dulzura de esta fuente de vida de donde brotan las delicias de aquel que mi alma desea (Sal 41,3) ¡Oh, dulce rostro, ¿cuándo me colmarás de ti? Así entraré en el admirable santuario, hasta la visión de Dios (Sal 41,5); no estoy más que a la entrada, y mi corazón gime por la larga duración de mi exilio. ¿Cuándo me llenarás de alegría en tu rostro dulce? (Salmo 15,11) Entonces contemplaré y abrazaré al verdadero Esposo de mi alma, mi Jesús… Entonces conoceré como soy conocida (1 Corintios 13,12), amaré como soy amada; entonces te veré, Dios mío, tal como eres (1 Jn ,:2), en tu visión, tu felicidad y tu posesión bienaventurada por los siglos.
Santa Gertrudis de Helfta, monja benedictina
Ejercicios, n° 5: SC 127.
Su experiencia de Dios fue su lámpara encendida.
Dentro de ti debes descubrir el aceite.
Si prende, dará luz que alumbrará tus pasos.
Tú eres la lámpara, el aceite y la luz.
Nadie te los puede prestar, porque es tu propia vida.
Fray Marcos
RELIGIÓN
«Vuestra vida cotidiana es vuestro templo y vuestra religión.
Cuantas veces entréis en ella, llevad con vosotros vuestro ser.
Llevad el arado, la fragua, el martillo, el laúd.
Las cosas que modelasteis en la necesidad o en el placer
Pues en sueños, no podéis elevaros por encima de vuestras realizaciones ni caer por debajo de vuestros fracasos
Y llevad con vosotros a todos los hombres.
Pues en la adoración, no podéis volar por encima de sus esperanzas ni descender por debajo de su desesperación.
Y si queréis a Dios, no os preocupéis por descifrar enigmas.
Mirad, más bien, a vuestro alrededor y Le encontraréis jugando con vuestros hijos,
Y abrid vuestros ojos al espacio y Le veréis caminando por las nubes, extendiendo sus brazos en el relámpago y descendiendo en la lluvia.
Y lo veréis sonriendo en las flores y luego levantándose agitando las manos de los árboles»
Khalil Gibran (El Profeta.).
SOLO POR HOY (DECÁLOGO DE LA SERENIDAD)
San Juan XXIII, un Papa visionario de alma joven que lanzó a la Iglesia a la aventura del Concilio Vaticano II, dejó a los jóvenes algunos consejos prácticos para vivir con intensidad:
1. Solo por hoy trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver los problemas de mi vida todos de una vez.
2. Solo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto; seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé criticar o castigar a nadie, sino a mí mismo.
3. Solo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creado para encontrar la felicidad, no solo en el otro mundo sino en éste también.
4. Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis caprichos y deseos.
5. Solo por hoy dedicaré diez minutos a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Solo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7. Solo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiere ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
8. Solo por hoy me haré un programa detallado para llenar mi día. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Solo por hoy creeré firmemente, aunque las circunstancias me demuestren lo contrario, que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.
10. Solo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
Este decálogo de la serenidad, cuyo autor es San Juan XXIII, se le conoce también con el nombre de decálogo de la cotidianeidad
Web católico de Javier
CANTO
Aceite Fresco | Yahweh Video Oficial Con Letra | New Wine
Pon aceite en mi lampara Señor – RCC
Mi lampara encendida – Daniel Poli
Como Lámpara Encendida Jésed
Como Lámpara de Fuego Jésed