CITAS
Dar a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que es de Dios
“Amaras al Señor tu Dios”…Deuteronomio 6,5 y “Amaras a tu prójimo”…Levítico 19,18
San Agustín, «Un ala es “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”. Pero no te quedes con un ala; pues si crees tener un ala sola, no tienes ninguna. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. “Si no amas a tu hermano a quien ves, ¿cómo puedes amar a Dios a quien no ves?” (1 Jn 4,20). Busca, pues, otra ala, y así volarás, así te despegarás de la codicia de lo terreno y fijarás tu amor en lo celeste. Y mientras te apoyas en ambas alas, tendrás arriba el corazón, para que el corazón elevado arrastre arriba a su carne a su debido tiempo» (Sermón 68,13).
«El amor es una perla preciosa que, si no se posee, de nada sirven el resto de las cosas, y si se posee, sobra todo lo demás». Sermón sobre Epístola de San Juan.
«Cuanto más amo, me siento todavía más deudor» (Epístola 192)
«Conocemos en la medida en que amamos».
Bernardo de Claraval, La frase en cuestión, la escribió no Agustín de Hipona, y está en el prólogo del primer capítulo del tratado De diligendo Deo (sobre el deber de amar a Dios), compuesto después de 1126 y no antes de los años 30 del siglo XII. La frase completa es así:
Quieres que te diga por qué y cómo debemos amar a Dios. En una palabra: el motivo de amar a Dios es Dios. ¿Cuánto? Amarle sin medida. ¿Así de sencillo? Sí, para el sabio.
San Bernardo «encontrar el corazón del prójimo en el propio corazón».
San Francisco de Asís, Amemos todos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y poder, con todo el entendimiento, con todas las energías, con todo el empeño, con todo el afecto, con todas las entrañas, con todos los deseos y quereres, al Señor Dios… Primera regla, § 23
San Ignacio: «Dame sólo tu amor y tu gracia, eso me basta».
San Alfonso María de Ligorio, Haz que te ame y que yo sea amado por Ti; no deseo ni desearé otra cosa.
Santo Tomás de Aquino, Cuando es amado el hombre, es amado Dios ya que el hombre es imagen de Dios.
San Juan de la Cruz: «A la tarde nos examinarán en el amor»
Santa. Teresa, «Amémonos mucho»
S. Francisco de Sales, «Algunos cifran la perfección en la austeridad de la vida; otros, en la oración; quiénes, en la frecuencia de sacramentos y quiénes, en el reparto de limosnas; más todos se engañan, porque la perfección estriba en amar a Dios de todo corazón, pues las restantes virtudes, sin caridad, son solamente montón de escombros. Y si en este santo amor no somos perfectos, culpa nuestra es, pues no acabamos de entregarnos por completo a Dios». (citado por S. Alfonso Mª. de Ligorio en «Práctica del amor a Jesucristo»)
D. Bonhoeffer, «¿Has vivido en el amor a Dios y a los hombres, o bien has vivido sólo para ti mismo?» (Memoria e fedelta, Qiqajon, Magnano 1995, 226-230, passim).
Catecismo de la Iglesia Católica, El Decálogo debe ser interpretado a la luz de este doble y único mandamiento de la caridad, plenitud de la Ley. (2055)
«La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos (S. Agustín)» (1829).
«O nos apartamos del mal por temor del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el bien mismo del amor del que manda…y entonces estamos en la disposición de hijos (S.
Benedicto XVI, Los santos –pongamos por ejemplo a la beata Teresa de Calcuta- en su encuentro con el Señor en la Eucaristía, han sacado toda su capacidad de amar al prójimo de manera siempre nueva y, recíprocamente, este encuentro ha adquirido todo su realismo y toda su profundidad precisamente gracias a su servicio a los otros.
El amor crece con el amor. El amor es «divino» porque viene de Dios y nos une a Dios y, a través de este proceso de unificación, nos transforma en un Nosotros, que sobrepasa nuestras divisiones y nos hace llegar a ser uno hasta que, al final, Dios sea «todo en todos». Carta Encíclica «Deus caritas est» n. 18.
«El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado al prójimo.»
Papa Francisco, Amar a Dios en los hermanos es amar a los hermanos en Dios.
No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. Ángelus(26-10-2014)
¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. (Ibid)
“Si quieres llegar al corazón de Dios, toma el camino de la misericordia”
Louis Evely Los cristianos se preocuparon enseguida de poner a Dios en su sitio, en el primer lugar, de edificar templos, de reinventar cultos, de ponerse apasionadamente al servicio de Dios y de su ley, como el sacerdote y el levita de la parábola… ¡dejando desdeñosamente al hombre herido en la cuneta! El ateísmo de los cristianos Verbo Divino 1970, p. 20 s
Tony de Mello «Debes comprender que, al igual que la música, la vida está hecha de sentimiento y de instinto, más que de normas». ()
Javier Gafo A esto estamos llamados los cristianos: a vivir en el amor. No a amar a éste o a aquél, sino a vivir en un amor que penetre todas nuestras actitudes y relaciones humanas. El que vive en el amor no puede amar a uno y odiar a otro, sino que el amor moldea todas sus relaciones. Palabras en el corazon/a Mensajero/burgos 1992.pág. 243 ss.
Pagola “Jesús establece una estrecha conexión entre el amor a Dios y el amor al prójimo. Son inseparables. No es posible amar a Dios y desatenderse del hermano”.
F. Jalics «La única forma de reconocer con seguridad nuestra relación con Dios es reunir y revisar todas nuestras relaciones humanas. Lo que existe en estas relaciones, también existe en nuestra relación con Dios. (…) Mientras menosprecie a una sola persona, desprecio también a Dios. (…) Mientras ignore o envidie a una sola persona, ignoro o envidio también a Dios. (…) Esta identificación de las relaciones entre los hombres y Dios es la única forma de saber cómo la fe está o no plenamente arraigada en la vida.» ()
Paulo Coelho, «en toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo».
Enrique Martínez Lozano “Cuando comprendes lo que somos, amas lo que es y vives la unidad -el amor- con todo”.
El amor al prójimo como a sí mismo es inseparable del amor a Dios, porque el prójimo es mi hermano al ser hijo del mismo Padre, que lo ama como a mí. No podemos no amar a quien Dios ama. P. Félix Castro Morales
El amor de Dios y el amor al prójimo son dos hojas de una puerta que sólo pueden abrirse y cerrarse juntas. Sören Kierkegaard
El camino del amor a Dios y a los demás, es la senda auténtica de la vida feliz. P. Llucià Pou Sabaté
El cristiano entra en la iglesia para amar a Dios y sale para amar al prójimo. Autor desconocido
Si alguno dice ‘amo a Dios’ y odia a su hermano, es un mentiroso; porque quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (1 Jn 4,20)
Si Dios es amor…, ama a Dios el que ama el amor…, y ama al amor el que ama al hermano… Cuando amamos al hermano con amor verdadero…, le amamos con un amor que viene de Dios… Y el que no ama al hermano, no está en el amor…, y el que no está en el amor no está en Dios porque Dios es amor… San Agustín de Hipona
Si quieres amar a Cristo…, extiende tu amor a todo el mundo…, porque los miembros de Cristo están por todo el mundo… San Agustín de Hipona
CONTO
DE DIOS SE HABLA A TRAVÉS DEL AMOR
Cuentan que un sacerdote se aproximó a un herido en medio del fragor de la batalla y le preguntó:
– ¿Quieres que te hable de Dios?
– Primero dame agua que tengo sed – dijo el herido.
El sacerdote le entregó el último trago de su cantimplora, aunque sabía que no había más agua en kilómetros a la redonda.
– ¿Ahora puedo?, preguntó de nuevo.
– Primero, dame de comer – suplicó el herido.
El sacerdote le dio el último mendrugo de pan que atesoraba en su mochila
– Tengo frío – fue el siguiente clamor y el hombre de Dios se despojó de su abrigo pese al frío y cubrió al lesionado.
– Ahora sí – le dijo al sacerdote – ahora puedes hablarme de ese Dios que te hizo darme tu última agua, tu último pedazo de pan y tu único abrigo. Ahora sí quiero conocer a tu Dios.
Tomado de P. Diego Millán
ANÉCDOTA
Federico II (1194-1250), emperador del Sacro Imperio Romano y rey de Sicilia, mandó a algunas nodrizas educar a unos niños sin permitirles que hablasen con ellos, con el fin de saber qué idioma hablarían. Como resultado de este «experimento», que impidió una relación afectiva normal, los niños murieron. Le dieron todo lo necesario menos Amor.
Tomado de D, Juan Figueiras
JUDAÍSMO, ISLAMISMO y CRISTIANISMO
Una vez escuché o leí que el judaísmo es la religión de la esperanza; el islamismo la religión de la fe; y el cristianismo la religión del amor. No sé si esta división es correcta del todo, pues judaísmo, islamismo y cristianismo cultivan en ellas tanto la fe, como la esperanza y el amor. Pero en todo caso me gustó que se definiera al cristianismo como la religión del amor, pues para mí ése es el meollo del mensaje de Jesús y el resumen del Evangelio, como se nos dice en la lectura de hoy.
Tomado de P. Diego Millán
613 MANDATOS
¡El estudio de la ley de Moisés había llevado a encontrar en ella 365 prohibiciones, tantas como los días del año, y 248 mandamientos, tantos como los componentes del cuerpo humano! Todo ello tenía que regir la vida de un judío piadoso, y los rabinos se esforzaban en demostrar con toda minuciosidad la importancia de cada mandamiento y de cada prohibición. La pregunta era comprometida y, cuando se le plantea a Jesús, es «para ponerlo a prueba».
Tomado de Bastin-Pinckers-Teheux, Dios cada día: La ley de la vida
Siguiendo el Leccionario Ferial (4). Semanas X-XXI T.O. Evangelio de Mateo.
Sal Terrae (1990), pp. 219-221.
LA RECOMPENSA: UNA LARGA VIDA
Se distinguían ordinariamente 613 mandatos: 248 eran positivos y 365 negativos. De ellos, en las listas que se elaboraban, a unos se los califica de graves, y a otros, de leves. Aunque en la época de Cristo este número no hubiese estado cerrado y fijo, existían ya listas, clasificaciones y discusiones en torno a ello. Frecuentemente se buscaba cuál fuese el primero de estos mandamientos. Se lee en una parábola sobre el Deuteronomio 22:7: “El Santo (Dios) no ha revelado qué recompensa guarda sino sólo a dos preceptos, el más importante entre los importantes: Honra a tus padres (Ex 20:22), y el más pequeño entre los pequeños: Deja libre a la madre cuando cojas a los pajaritos (Dt 22:7). Para estos dos mandamientos ha fijado la recompensa: una larga vida.”
248, UNO POR CADA PARTE DEL CUERPO
Fariseos y escribas recopilaron todas las leyes contenidas en los antiguos escritos de la Ley de Dios (Torá). A estas leyes escritas añadieron los preceptos que se habían incorporado según tradiciones. Así elaboraron 613 mandatos. 365: uno por cada día del año; más 248, uno por cada parte del cuerpo humano según la anatomía de la época. Tal cantidad de leyes religiosas era imposible de ser comprendida por la gente sencilla, que se veía agobiada por tantos preceptos.
Pepe Gómez, Tiempo Interior
«DIOS LO VE».
En Alemania, en la ciudad de Colonia, hay una catedral hermosísima con torres muy muy altas. Han tardado varios siglos• para terminarla. Un día una turista recibió el permiso de subir a una de las torres y arriba encontró a un picapedrero que con el mayor esmero estaba cincelando una flor en la piedra. «Pero, buen hombre,-le dijo el turista, ¿por qué tanto trabajo, nadie ve lo que usted hace?». El artista continuaba imperturbable su labor contestando:» Dios lo ve».
Tomado de MSC
CHISTE
LOS 10 MANDAMIENTOS
Dios le preguntó a los romanos:
– ¿ Ustedes quieren un mandamiento?
– ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
– ¡No matarás!
– No, gracias. Eso interrumpiría nuestras continuas conquistas.
Entonces Dios le preguntó a los egipcios:
– ¿Ustedes quieren un mandamiento?
– ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
– ¡No cometerás adulterio!
– No, gracias. Eso arruinaría nuestros fines de semana.
Dios entonces les preguntó a los sirios:
– ¿Ustedes quieren un mandamiento?
– ¿Cuál sería el mandamiento, Señor?
– ¡No robarás! No, gracias. Eso arruinaría nuestra economía.
Y así Dios fue preguntando a todos los pueblos hasta llegar a los judíos:
– ¿Ustedes quieren un mandamiento?
– ¿Cuánto costaría?
– Es gratis.
– Entonces mándanos diez…
Tomado de chistes21
POEMA
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
* * * * *
Han sido muchos los intentos de atribución de este soneto a uno u otro autor, sin que la crítica se haya sentido suficientemente comprometida a corroborar una autoría, falta de argumentos probatorios suficientes. San Juan de la Cruz, santa Teresa, el P. Torres, capuchino, y el P. Antonio Panes, franciscano perteneciente a la Provincia de Valencia, figuran entre otros de probabilidad más dudosa. La atribución a los dos carmelitas responde al tema del amor desinteresado, que anticipa la mística franciscana, de donde bebe santa Teresa, al menos. El estilo que muestra el soneto, rico en juegos formales, no nos recuerda la riqueza imaginativa que singulariza al de Fontiveros, ni el más simple y llano de la santa abulense. Consta, además, en cartas que conserva la Orden, que antes de las fechas en que vive el P. Torres, los misioneros franciscanos enseñaban este soneto y el Bendita sea tu pureza, del P. Panes, a sus indios americanos, como oraciones cotidianas de la propia devoción seráfica.
El soneto, por su perfecta factura, figura como modélico en todas las antologías que se precien, desde que lo incluyó en la suya de las Cien Mejores Poesías de la lengua castellana don Marcelino Menéndez Pelayo.
Tomado de Franciscanos.org
“Soy la misma relación en todo encuentro.
Si en verdad soy contigo fuego,
con sólo abrir los ojos y dar un paso,
no seré con el hermano, hielo”.
Benjamín González Buelta, S.J.
ORACIÓN
Señor, tú me complicas seriamente la vida.
Tu mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas
hubiera sido fácil de seguir,
sin tener que dar cuenta a nadie, sino a ti
Pero lo has unido al segundo
y nos has mandado amar al prójimo,
amar al otro, a todos los otros,
amarlos siempre
y amarlos como a nosotros mismos.
Y eso no es fácil, Señor.
Es difícil amar al prójimo que veo,
más difícil es amar a los que no veo,
comprometerme con ellos y por ellos,
luchar contra las estructuras hostiles,
empeñarme en la imposible igualdad.
Hubiera sido más fácil dar limosnas,
desprenderme de lo que me sobra,
regalar lo que tengo a medio uso,
prescindir de ciertas cosas superfluas,
repartir aguinaldos,
hacer beneficencia.
Pero nos mandas amar.
Y pones por medida amar como a nosotros mismos.
Y eso ya es demasiado para mi egoísmo.
¿Cómo cobrar todos los mismo o parecido?
¿Cómo disponer de viviendas dignas para todos?
¿Cómo acabar con las clases y las desigualdades?
Pero quiero seguirte, Señor,
y estoy dispuesto al amor,
dispuesto a amar a los demás como a mí mismo,
dispuesto a luchar por la igualdad,
dispuesto, al menos, a luchar contra las desigualdades.
Todos iguales, Señor, todos iguales,
porque todos somos hermanos,
porque todos somos tus hijos,
porque todos hemos recibido de ti lo mismo.
EUCARISTÍA 1990/49
MEDITACIÓN
AMAR
Amar é crer na outra persoa.
Amar é descubrir á outra persoa.
Amar é darse á outra persoa.
Amar é aceptar á outra persoa.
Amar é valorar á outra persoa.
Amar é facer medrar á outra persoa.
Amar é abrirse con toda sinceridade á outra persoa.
Amar é buscar a felicidade da outra persoa, e buscándoa, atopar a propia.
Amar é unha experiencia humana, entrañable, de cada día, difícil de describir, sempre máis grande.
O amor é confianza.
O amor é responder ás necesidades da outra persoa.
O amor pónsenos nas mans, para facelo medrar co noso esforzo.
O amor é verdadeiro cando é de cada día e de todos os días.
O amor apóiase no ser, non no ter.
O amor que se traballa, non morre nunca.
SIN AMOR…
El hogar sin amor es una pensión. . .
La sinceridad sin amor es una crueldad. . .
La riqueza sin amor es egoísmo. . .
La religión sin amor es superstición. . .
La verdad sin amor es lacerante. . .
El sexo sin amor es gimnasia o prostitución. . .
La amistad sin amor es manipulación o coincidencia de egoísmos. . .
La autoridad sin amor es tiranía. . .
La fe sin amor es radicalismo fundamentalista. . .
La prudencia sin amor es cobardía. . .
La política sin amor es cinismo. . .
La maternidad sin amor es aborto. . .
La profecía sin amor es insulto o falta de respeto. . .
La educación sin amor es adiestramiento. . .
La libertad sin amor es libertinaje y así hasta el infinito.
El amor es la actitud fundamental que se necesita para que la historia, con sus acontecimientos o anécdotas, sea leída como una armonía salvífica, como un canto de alabanza al Creador. El amor es la actitud fundamental para ser ciudadano del Reino, para ser como Dios manda.
Benjamin Oltra Colomer Ser Como Dios Manda
EDICEP. VALENCIA-1995. Págs. 123-125
CANTO
Amar a Dios al Prójimo Luis Alfredo Díaz
AMARTE A TI, SEÑOR Cristóbal Fones