E Algo + no Domingo XXIII

CITA

Juan Taulero Y el Verbo habla sin cesar al hombre…Pero el hombre no puede escuchar ni entender todo lo que se le dice, a causa de la sordera de la que está afectado.Pero viene Nuestro Señor: mete su dedo sagrado en la oreja el hombre, y la saliva en su lengua, y el hombre encuentra de nuevo la palabra. Sermón: ¿De dónde nos viene la sordera?Sermón 49

Benedicto XVI Debemos preguntarnos: ¿no habrá sucedido que los cristianos nos hemos quedado demasiado mudos? ¿No nos falta la valentía para hablar y dar testimonio como hicieron los que fueron testigos de la curación del sordomudo en la Decápolis? Homilía (25-01-2007)

Papa Francisco En el Bautismo, están el gesto y la palabra de Jesús: “¡Effatá!-¡Ábrete!” Y el milagro se cumplió: en el Bautismo hemos sido curados de la sordera del egoísmo y del mutismo de la cerrazón y del pecado y hemos sido incorporados a la gran familia de la Iglesia; podemos escuchar a Dios que nos habla y comunicar su Palabra a cuantos no la han escuchado nunca o a quien la ha olvidado y sepultado bajo las espinas de las preocupaciones y de los engaños del mundo. Angelus 2015

Agustín de Hipona, Las Confesiones

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,

tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera,

y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era,

me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.

Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.

Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que,

si no estuviesen en ti, no existirían.

Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera;

brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera;

exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo;

gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;

me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti.

REFRÁN

“No hay peor sordo que el que no quiere oir”

“La mejor palabra siempre es la que queda por decir”

“Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco.

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.

Sé  el  que  apartó  la  piedra  del  camino,  el  odio  entre  los  corazones  y  las dificultades del problema.

Hay alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa alegría de servir.

Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender.

Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios;  adornar  una  mesa,  ordenar  unos  libros, peinar una niña.

Aquél es el que critica; éste es el que destruye. Tú sé el que sirve. El servir no es tarea sólo de seres inferiores. Dios que da el fruto y la luz que sirve, pudiera llamarse EL QUE  SIRVE. Y  tiene  sus  ojos  fijos  en  nuestras  manos  y  nos  pregunta  cada  día:  ¿Serviste hoy? ¿A quién? ¿Al árbol? ¿A tu amigo? ¿A tu madre?”.

(Gabriela Mistral)

CONTO

Un viejo fraile salió de viaje llevando consigo un asno, un gallo y una lámpara. Al llegar a una aldea bien entrada la noche, no halló posada y los vecinos le negaron albergue. Él se consoló diciendo:

—Todo lo que hace Dios es para nuestro bien.

Tomó entonces la determinación de pasar la noche al raso en el bosque. Encendió la lámpara a fin de alumbrarse, pero el viento la apagó en seguida.

—Todo lo que hace Dios es para nuestro bien —dijo resignadamente.

Durante la noche, las bestias salvajes devoraron al asno y al gallo.

El fraile volvió a repetir:

—Todo lo que hace Dios es para nuestro bien.

A la mañana siguiente, un leñador que pasaba por allí le dio al fraile la noticia de que un destacamento de soldados alemanes, formado por varias compañías completas, había atacado la aldea y cruzado el bosque esa noche. El fraile comprendió inmediatamente que si la lámpara hubiera estado encendida o si el asno hubiera rebuznado o el gallo cantado en la madrugada, los soldados se habrían alarmado, se habrían dirigido hacia allí y le habrían matado con toda seguridad. Dios había cuidado de que las cosas salieran como salieron, para bien del buen fraile.

—Todo lo que hace Dios es para nuestro bien, dijo entonces éste una vez más.

CANTO

Abre mis ojos oh Cristo – Danilo Montero https://youtu.be/SlRuF9T4AX8

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