CITAS
Fe es creer en lo que no se ve; y la recompensa es ver lo que uno cree.
San Agustín de Hipona
La Fe no tiene fronteras, acepta siempre el reto
Atreverse es una de las características del hombre y de la mujer de fe.
«Contra el vicio de pedir la virtud de no dar».
“Quien come con un pagano
es como quien come con un perro”
Rabí Eliezer
Confucio La voluntad de ganar, el deseo de triunfar, y la necesidad de alcanzar tu máximo potencial, esas son las claves que abrirán la puerta a la excelencia personal ()
San Atanasio de Alejandría, El Señor otorgó a la mujer el fruto de su fe…Quien se acerca a Dios, ante todo es necesario que crea en él, y entonces él le concederá lo que pide. Cartas Pascuales n. 7, 6-8: PG 26, 1393-1394
San Agustín, «Dios escucha tu llamada si le buscas a él. No te escucha si, a través de él, buscas otra cosa».
Isaac de la Stella, «Yo no he sido enviado, declara el Señor, más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel». Se puede decir en breve…: fue enviado a aquél a quien él fue prometido. Sermón 35, 3º para el 2º domingo de Cuaresma; SC 207.
Juan Taulero, Ni Dios, ni ninguna criatura podrá apretaros, anonadaros, si permanecéis en la verdad, en confiada humildad. Os podrán hacer soportar afrentas, menosprecios, repulsas, pero permaneceréis firmes en la perseverancia, y os adentraréis todavía más profundamente, animados de entera confianza y veréis aumentar todavía más vuestro celo. Todo depende de eso, y el que llega a ese punto, éste sale vencedor. Estos y sólo estos caminos conducen, en verdad y sin parada intermedia, hasta Dios. Pero perseverar hasta ese alto grado de humildad, con perseverancia, con entera y verdadera certeza, como lo hizo esta pobre mujer, son pocos los que llegan a él. Sermón: Penetrar en el fondo de la verdad Sermón 9.
San Juan María Vianney, Vemos muchas veces que el Señor no nos concede enseguida lo que pedimos: esto lo hace para que lo deseemos con más ardor, o para que apreciemos mejor lo que vale. Tal retraso no es una negativa sino una prueba que nos dispone a recibir más abundantemente lo que pedimos (Sermón sobre la oración).
San Juan Pablo II, ¡Es un suceso difícil de olvidar, sobre todo si se piensa en los innumerables “cananeos” de todo tiempo, país, color y condición social que tienden su mano para pedir comprensión y ayuda en sus necesidades! 16 de diciembre de 1987,
Benedicto XVI, Nosotros estamos llamados a crecer en la fe, a abrirnos y acoger con libertad el don de Dios, a tener confianza y gritar asimismo a Jesús: «¡Danos la fe, ayúdanos a encontrar el camino!». Ángelus (14-08-2011)
Papa Francisco: “Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes: ¡El Señor también te llama a formar parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor!”
“En la Iglesia hay espacio para todos y, cuando no haya, por favor, esforcémonos para que haya, también para el que se equivoca, para el que cae, para el que le cuesta. Porque la Iglesia es, y deber ser cada vez más, esa casa donde resuena el eco de la llamada que Dios dirige a cada uno por su nombre. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos; nos lo muestra Jesús en la cruz. Él no cierra la puerta, sino que invita a entrar; no aleja, sino que acoge”. JMJ Portugal, 2023,
La petición de la mujer cananea es el grito de toda persona que busca amor, acogida y amistad con Cristo. Es el grito de tantas personas en nuestras ciudades anónimas, de muchos de nuestros contemporáneos y de todos los mártires que aún sufren persecución y muerte en el nombre de Jesús: “Señor, ayúdame”. Este mismo grito surge a menudo en nuestros corazones: “Señor, ayúdame”. No respondamos como aquellos que rechazan a las personas que piden, como si atender a los necesitados estuviese reñido con estar cerca del Señor. No, tenemos que ser como Cristo que responde siempre a quien le pide ayuda, con amor, misericordia y compasión
«Debemos siempre buscar al Señor: todos nosotros sabemos cómo son los momentos malos, momentos que nos derrumban, momentos sin fe, oscuros, momentos en donde no vemos el horizonte, no somos capaces de levantarnos, todos lo sabemos. Pero es el Señor que viene, nos reconforta con su pan y con su fuera y nos dice «álzate y sigue adelante, camina. Por ello, para encontrar al Señor debemos estar así: en pie y en camino; después esperar que Él nos llame: corazón abierto. Y Él nos dirá «soy yo»; y ahí la fe se hará fuerte. Pero la fe, ¿es para mí, para conservarla? No, es para ir y darla a los demás, para ungir a los demás, para la misión. Por lo tanto, en pie y en camino; en silencio para encontrar al Señor; y en misión para llevar este mensaje, esta vida a los demás. Precisamente esta es la vida del cristiano». (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de junio de 2016, en santa Marta).
Justo Luis Rodríguez Sánchez de Alva Esta mujer cananea es el símbolo de la Iglesia que clama a Dios, día y noche, año tras año, a lo largo de los siglos para que la libre del mal. Hay etapas de su historia, en las que parece que Dios calla. Pero no es así. La Iglesia cree en la salvación ofrecida por Dios aunque el mal parezca triunfar como creyó esta mujer sin haber visto la curación de su hija. “Por esto que has dicho, vete, el demonio ha salido de tu hija”, dijo Jesús. “Y al regresar a su casa, encontró a la niña en la cama, y que el demonio había salido”. La fe permite ver el final anticipadamente.
Julián de Vézelay, Tú también, si tu fe es grande, una fe viva de la que vive el justo, (Rm 1,17) y no una fe muerta, sin alma, es decir, sin caridad, tú también obtendrás no sólo la salud completa de tu familia, de tu alma, sino tendrás poder para mover montañas.” Sermón 17 (SC 93)
P. Gheddo, Estar enamorado de Jesús constituye la clave de bóveda de la vida, lo que da sentido y alegría a la existencia, lo que llena los días y las noches con un sentimiento inexpresable de plenitud, serenidad, paz del corazón, dulzura, ternura, fuerza, optimismo, júbilo, juventud… Eso es Jesucristo para mí: el único amor de mi vida (La tentazione di credere, Piemme, Casale M. 1999, 91-94, passim).
R Pikaza, comentando este relato bíblico, llama a la mujer cananea ”catequista de Jesús”.
Raniero Cantalamessa, Aquella mujer se convirtió en una «creyente», una de las primeras creyentes procedentes del paganismo. Una pionera de la fe cristiana. Nuestra predecesora.
F. Mauriac «Los hombres tienen con frecuencia bastante religión para sentirse enemigos de los que tienen otra; y muy pocas veces tienen la religión necesaria para amarse los unos a los otros».
«Al católico le es muy difícil no creerse mejor que los otros hombres».
Huguenin «El creer que creía en Dios me ha perjudicado más que la blasfemia» ().
Jose Antonio Pagola La humilde mujer cananea, arrodillada con fe a los pies de Jesús, puede ser una llamada y una invitación a recuperar en nuestra vida el sentido de la súplica confiada al Señor.
Chesterton: «Es cierto que podemos ver la luna y las cosas a la luz de la luna, pero la luna es la madre de los lunáticos.»
Enrique Martínez Lozano, La persona sabia no es rígida en sus ideas ni opiniones. Porque no se identifica con su mente, no pone en ellas su seguridad y sabe que, en última instancia, toda creencia es solo una construcción mental sin valor en sí misma. Es flexible y modifica sus opiniones o creencias anteriores, en virtud de nuevos datos que le abren a un horizonte de más verdad.
FRASES SOBRE “FE”
Aquel que tiene fe no está nunca solo. Thomas Carlyle
Como es su fe, así es el hombre y su obra. Adolfo Kolping
Cuando no podamos ver el rostro de Dios, tengamos confianza bajo la sombra de sus alas. Charles H. Spurgeon
Da el primer paso en la fe. No necesitas ver toda la escalera, sólo dar el primer paso. Martin Luther King
De acuerdo con tu fe, asi te irá en la vida. Eliphas Levi
Dudar, caer, arrepentirse, llorar, cansarse, reír, suspirar, levantarse; esto es la Fe. Autor desconocido
El más sublime acto de Fe es el que sube a nuestros labios en la noche, en la inmolación, en el dolor, en el esfuerzo inflexible hacia el bien. San Pío de Pieltrecina
El que no desea la fe no será creyente. A. Palacios Valdes
El que no tiene fe, no puede pedir fe a los demás. Lao-Tse
En la fe no hay espacio para la desesperación. Mahatma Gandhi
Enseñar a alguien para traerlo a la fe es tarea de todo predicador e incluso de todo creyente. Santo Tomás de Aquino
Es infinitamente más hermoso dejarse engañar diez veces, que perder una vez la fe en la humanidad. Heinz Zschokke.
Es propio de la fe hacernos humildes en los sucesos felices e impasibles en los reveses. Santa Clara
La fe abarca lo invisible, no conoce la limitación de los sentidos; además trasciende los límites de la razón humana, el proceso de la naturaleza, los términos de la experiencia. San Bernardo
Fe adulta: la que se apoya en Dios mismo y se abandona en Él. Autor desconocido
Fe es creer en lo que no se ve; y la recompensa es ver lo que uno cree. San Agustín de Hipona
Fe es la fuerza de la vida. Liev Nikolayevich Tolstoi
Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña. Miguel de Cervantes Saavedra
Fé es vivir en comunión permanente con Dios que se esconde detrás de todo y habita el corazón del universo y de las personas. Leonard Boff
Fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios. SS. Francisco (Lumen Fidei)
Gran parte del conocimiento de las cosas divinas se nos escapa por falta de fe. Heráclito
Ha llegado el fin de todo lo humano, cuando no queda otra cosa que la fe en los intereses materiales. Quintiliano
La fe es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe ha de ser firme, y por eso tiene que ser cierta, clara, contrastable, y en plena comunión con lo que hemos recibido de los primeros testigos, empezando por Pedro. Fr. Nelson Medina F., O.P
La fe a veces se vuelve transparente. Madre Maravillas de Jesús
La fe comienza donde termina el orgullo. Lamennais
La fe cristiana es, fe en el Amor pleno, en su poder eficaz, en su capacidad de transformar el mundo e iluminar el tiempo. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe cristiana es fe en la encarnación del Verbo y en su resurrección en la carne; es fe en un Dios que se ha hecho tan cercano, que ha entrado en nuestra historia. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe de los hombres queda sellada en sus acciones, les modela sus facciones y les resplandece la mirada. Santo Tomás de Aquino
La fe, en cuanto memoria del futuro, memoria futuri, está estrechamente ligada con la esperanza. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe es la decisión de vivir con la certeza de que lo que es, no lo es todo. Roger Garaudy
«La fe» es la humildad de la razón, que renuncia a su propio criterio y se postra ante los juicios y la autoridad de la Iglesia. San Josemaria Escriva de Balaguer. Surco, 259
La fe es la que nos dirige a través de océanos turbulentos. Mahatma Gandhi
La fe es un camino de iluminación: parte de la humildad de reconocerse necesitados de salvación y llega al encuentro personal con Cristo, que llama a seguirlo por la senda del amor. Evangeli.net
La fe es compañera de vida y es el encuentro con una Persona que ofrece un nuevo horizonte a la vida. Luis Javier Moxó Soto
La fe es un encuentro con Dios. S. Benetti
La Fe en acción es amor y el amor en acción es servicio. Beata Madre Teresa de Calcuta
La fe es como el amor: no puede ser impuesta por la fuerza. Schopenhauer
La fe es encuentro personal con Dios, dentro de su Iglesia, a través de la escucha de su palabra y abandono confiado en Él. P. Félix Castro Morales
La fe es la respuesta a una Palabra que interpela personalmente, a un Tú que nos llama por nuestro nombre. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe está vinculada a la escucha. Abrahán no ve a Dios, pero oye su voz. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe puesta en obras mediante la oración, la fe puesta en obras mediante el servicio; ambas cosas son lo mismo, el mismo amor, la misma compasión. Madre Teresa de Calcuta
La persona de fe es eterna en su esperanza. F. de Ayala
La fe es algo indispensable en el hombre. Desgraciado aquel que no cree en nada. Víctor Hugo
La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. (CEC 150)
La fe es como el amor: no puede ser impuesta por la fuerza. Arthur Schopenhauer
La fe es el antiséptico del alma. Walt Whitman
La fe es el poder de Dios a nuestra disposición. Autor desconocido
«La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven» (Hb 11,1)
La fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe es la fuente de la realidad, porque es la vida; creer es crear. Miguel de Unamuno
“La fe es por la predicación” de la Iglesia (Rm 10,17)
La fe es un don de Dios. Es obra de Dios. Una acción continua de su gracia que nos llama. A la vez, es respuesta de la libertad del hombre que puede o no responder a Dios. P. Mariano Esteban Caro
La fe es un don sin el que no se puede venir a la Iglesia; sin el que no se puede seguir en la Iglesia. Venerable. John Henry Newman
La fe hace posible lo que por razón natural no lo es. Santa Teresa de Jesús
La fe también implica un trabajo, de perseverancia, de esfuerzo, de producir santidad, de hacer presente a Dios en nuestra vida. Prof. José Roberto Cosio
La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe no es ciega, el corazón la ve. Zenaida Bacardí de Argamasilla
La fe no es creer lo que no vimos, sino creer lo que no vemos. Miguel de Unamuno
La fe no es solamente un conjunto de dogmas y verdades abstractas. Ni es ideología ni un movimiento social, sino encuentro con la persona de Cristo. P. Mariano Esteban Caro
La fe no es una abstracción, tiene corazón, sangre y nervios. Newman
La fe no habita en la oscuridad, sino que es luz en nuestras tinieblas. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe no le hace feliz a uno, sólo le hace más feliz. Martin Gardner
La fe no necesita pruebas, pero necesita al menos signos en los que apoyarse. José Gómez Caffarena
La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe no tiene miedo. Proverbio Latino
La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe nos guía, inclusive a nosotros, y seguimos su luz segura en el camino que nos conduce a Dios y a su Patria Celestial. San Pío de Pieltrecina
La fe que no actúa, ¿será fe? Jean Baptiste Racine
La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe no es para guardarla, sino para compartirla. Todo cristiano ha de ser un apóstol. SS. Francisco
La fe no es un mero asentimiento intelectual del hombre frente a las verdades en particular sobre Dios; es un acto por el cual me confío libremente a un Dios que es P. y me ama. P. Félix Castro Morales
La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe reconoce el amor de Dios manifestado en Jesús como el fundamento sobre el que se asienta la realidad y su destino último. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano. Santo Tomás de Aquino
“La fe sin obras está muerta” Santiago 2,17
La fe tiene una configuración necesariamente eclesial, se confiesa dentro del cuerpo de Cristo, como comunión real de los creyentes. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La Iglesia nunca presupone la fe como algo descontado, sino que sabe que este don de Dios tiene que ser alimentado y robustecido para que siga guiando su camino. SS. Francisco (Lumen Fidei)
La intranquilidad, la precipitación y la angustia son síntomas de inmadurez o de falta de fe. P. Tadeusz Dajczer
La luz de la fe ilumina todas nuestras relaciones y nos ayuda a vivirlas en unión con el amor de Cristo, para vivirlas como Él. SS. Francisco
La manera de ver según la fe es cerrar los ojos de la razón. Benjamín Franklin
La mayor perturbación mental consiste en permitir que la voluntad dirija la fe. Luis Pasteur
La persona de fe es eterna en su esperanza. Lucas Fernández de Ayala
La prueba de la fe perseverante autentifica la cualidad de la oración. Jean Lafrance
La seguridad de la fe no nos inmoviliza o encierra, sino que nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos. SS. Francisco
La vida no es por sí misma demasiado problemática, es el hombre quien carece de fe. P. Jacques Philippe
“Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande” (Mt 8, 10)
Lo contrario de la fe no es la razón sino la superstición. Vittorio Messori
Lo que el ojo nunca vio, ni oreja oyó, ni hombre alguno ha imaginado (1Co 2,9) la fe lo lleva cerrado y lo guarda sellado dentro de sí misma. San Bernardo
“Los apóstoles dijeron al Señor: ‘Auméntanos la fe’. El Señor contestó: ‘Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y os obedecería’.» (Lc 17, 5-6)
Los evangelistas han situado en la hora de la cruz el momento culminante de la mirada de fe, porque en esa hora resplandece el amor divino en toda su altura y amplitud. SS. Francisco (Lumen Fidei)
Los seres humanos son capaces de obrar milagros cuando tienen fe. Thomas Carlyle
Los sistemas ejercitan el entendimiento, pero la fe lo ilumina y lo guía. Jean-Baptiste Poquelin Molière
La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. (CEC 148)
Más verdad dice la fe que los ojos. Francisco Quevedo
“Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe” Sant 2, 14-18
Nadie puede infundir fe a no ser que la posea. Sólo el que está persuadido puede persuadir. Joseph Joubert
No basta ser creyente, hay que ser creíble. Pedro Casaldáliga
No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano; no se ensucia porque alguna de sus gotas estén sucias. Mohandas Karamchand Gandhi
No hay persona sabia sin fe. Tertuliano
No necesitas transferir tu fe a la vida cotidiana. De tu vida cotidiana puedes deducir cómo es de grande tu fe. Franz Jalics
No pierdas la fe, ¡porque te derrumbarías! Zenaida Bacardí de Argamasilla
No se puede honrar de mejor manera a Dios, nuestro Padre, que a través de una confianza sin limites. San Alfonso María de Ligorio
No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree algo. León Tolstoi
Nuestra fe no es una teoría, sino un acontecimiento: un encuentro con Dios. SS. Benedicto XVI
« Nunca lo olvidemos, el simple deseo de Dios es ya el comienzo de la fe. » Taize
Nunca se cansa el que confía. Francisco Quevedo y Villegas
Para la fe, Cristo no es sólo aquel en quien creemos, la manifestación máxima del amor de Dios, sino también aquel con quien nos unimos para poder creer. SS. Francisco (Lumen Fidei)
Pecadores e ignorantes son enviados a predicar, para que se comprenda que la fe de los creyentes está en la virtud de Dios, no en la elocuencia ni en la doctrina. San Beda
”Permaneced estables en la fe con una firme esperanza en el Señor” SS. Francisco. (28 de Abril 2013)
Poca fe bastará para llevarnos al cielo, mas una gran fe traerá el cielo hasta nosotros. C.H. Spurgeon
Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece. (Heb. 11,3)
¿Por qué arrancáis a los pobres la fe en Dios, si no tenéis otra cosa mejor que darles? Carmen Silva
Por la fe vemos a todos los seres humanos como compañeros de viaje hacia la eternidad. Santiago Alberione
Porque les aseguro que si tuvieran fe como un grano de mostaza, le dirían a este monte: ‘Trasládate de aquí allá’, y se trasladaría. Mateo 17,20
« Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones » (Ef 3,17).
Que paz experimentamos cuando nos dejemos guiar por la fe, ”en tus manos me pongo”, oramos con largas palabras y disertaciones, solo hace falta una frase “en tus manos me pongo”. Josefina F. Jiménez Laguna
Que nadie vaya a pensar que con sólo decir “yo creo” está todo arreglado. Nuestra fe tiene que demostrarse en la forma en que actuamos con los demás. P. Arnaldo Bazan
« ¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá? » o « ¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá? » (cf. Dt 30,11-14).
Quien pierde su fe no puede perder más. Quintiliano
¿Racionalizar la fe?. Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en Cristo. Miguel de Unamuno
« según la medida de la fe que Dios otorgó a cada cual » (Rm 12,3).
« Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido » (1 Co 15,17).
Si alguien te pregunta por tu fe, llévalo a la Iglesia y muéstrale los iconos. San Juan Damasceno
«si fuéramos consecuentes con nuestra fe, al mirar a nuestro alrededor y contemplar el espectáculo de la historia y del mundo, no podríamos menos de sentir que se elevan en nuestro corazón los mismos sentimientos que animaron al de Jesucristo. San Josemaría Escrivá de Balaguer
«Si la fe no pasa por los excluidos y los marginados ,no es fe, es solo una ilusión religiosa» Abdón Moretón
Si no tengo FE el pan seguirá siendo pan y el vino seguirá siendo vino después de la Consagración porque no tengo FE. +Mons. Ruben Oscar Frasia
Si no tengo FE, no descubro la fuerza del Bautismo que cambia la vida de la persona que se bautiza. +Mons. Rubén Oscar Frassia
Si no creéis, no comprenderéis. (cf. Is 7,9)
Si no tengo FE, no voy a descubrir en el otro a mi hermano. +Mons. Rubén Oscar Frassia
Si tienes fe, alcanzarás el objetivo de tu anhelo. Sri Ramakrishna
Si tienes fe como un granito de mostaza, le dirás a ese árbol que está ahí: arráncate y plántate en el mar, y el árbol obedecerá. Lc 17, 6
Si tienes fe, hallarás que el camino de la virtud y de la felicidad es muy corto. Quintiliano
Si todo fuese seguridad y certeza con facilidad, nuestro camino en la fe, se transformaría en un dejar de lado nuestra libertad y se llenaría de comodidad. P. Martín Ponce de León SDB
«sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan». (Heb. 11,6)
“Sin fe es imposible agradar a Dios” (Heb 11,5-6; Mc 16,16; Jn 3,18).
Sin fe ni confianza el mundo no se mantiene unido. Adolfo Kolping
Sin fe no es posible aceptar el camino exigente del evangelio, ni los sacrificios que conlleva la entrega a los demás. P. Luis Carlos Aparicio Mesones SM
Sin fé no hay teología. Juan Pablo II
Sin fe, se puede perder un juego cuando ya está casi ganado. Paulo Coelho
«Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que los que creen en él, tengan vida eterna.» (Jn 3,14-21)
Tener fe es construir sobre lo que sabemos que está aquí, para poder alcanzar lo que sabemos que está allá. Cullen Hightower
Tener fe es dudar y buscar pero, igualmente, caminar y buscar. P. Martín Ponce de León SDB
Tener fe no es conocer el misterio del universo, sino estar convencido de que hay tal misterio y de que es más grande que nosotros. Rabino David Wolpe
Tengamos fe que la razón es poderosa; y con esa fe, avancemos hasta el fin, haciendo la parte que nos toca, siguiendo siempre la verdad. Abraham Lincoln
« ¿Tienes algo que no hayas recibido? » (1 Co 4,7).
Toda justicia humana terrenal tiene su fundamento verdadero sólo en la fe, en las verdades religiosas dadas por Dios. Adolfo Kolping
Toda la vida cristiana tiene su principio en la fe. Trento 1547: Dz 1532
Todo esto de la fe es una cuestión de Dios y, por lo tanto, lo nuestro debe reducirse a un dejarle hacer. P. Martín Ponce de León SDB
Todo lo que he visto me enseña que debo confiar en el Creador a quien no he visto. Ralph Waldo Emerson
Todas las cosas creadas están en la mano de Dios; los sentidos ven tan sólo la acción de las criaturas, pero la fe ve en todo la acción de Dios. P. Jean Pierre De Caussade, S.J
Tú crees porque has visto; felices los que creen sin haber visto. Jn 20, 29
Un hombre sin fe es alguien que navega a merced de las circunstancias. J.C.Hare
Un ser humano que tiene fe ha de estar preparado, no sólo a ser un mártir, sino a ser un loco. Gilberto Keith Chesterton
Una fe no encarnada en las obligaciones cotidianas termina por hacerse abstracta o estéril. Juan Pablo II
TOMADAS DE PENSAMIENTOS.ORG
FRASES CITABLES DE FE
«La fe es el coraje de no resignarse» Daisaku Ikeda
- «Actúa como si tuvieras fe y la fe nacerá en ti.»
- Paul Newman, actor norteamericano, en Veredicto final
- «Creer significa ser capaz de soportar la duda.»
- John Henry Newman
- «Cuando pones fe, esperanza y amor, juntos puedes criar niños positivos en un mundo negativo.»
- Zenón de Elea.
- «Da el primer paso en la fe. No necesitas ver toda la escalera, sólo dar el primer paso.»
- Martin Luther King.
- «El conocimiento es poder, la fe es una debilidad.»
- Manuel Caballero, historiador venezolano
- «El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.»
- Madre Teresa de Calcuta.
- «El más sublime acto de Fe es el que sube a nuestros labios en la noche, en la inmolación, en el dolor, en el esfuerzo inflexible hacia el bien.»
- Pío de Pieltrecina.
- «El que no desea la fe no será creyente.»
- Armando Palacio Valdés, escritor español.
- «El rock puede ser violento y sexual; los demonios pueden aparecer y ser exorcizados, pero la ternura y la espiritualidad, las cuestiones reales de la gente, no estaban cubiertas. Y ese viaje espiritual, la fe, es lo importante de U2.»
- Paul Hewson, apodado Bono, cantante de rock.
- «En la vida real, cualquier gran empresa empieza y da su primer paso adelante por fe.»
- Friedrich von Schlegel, escritor alemán.
- «Es infinitamente más bello dejarse engañar diez veces que perder una vez la fe en la Humanidad.»
- Heinz Zschokke, directo de cine alemán.
- «¿Es una fe sincera la fe que no actúa?»
- Jean Racine
- «Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña.»
- Miguel de Cervantes.
- «Fe significa no querer saber la verdad.»
- Friedrich Nietzsche.
- «Gran parte del conocimiento de las cosas divinas se nos escapa por falta de fe.»
- Heráclito
- «Ha llegado el fin de todo lo humano, cuando no queda otra cosa que la fe en los intereses materiales.»
- Quintiliano, filósofo romano.
- «La ciencia sin la religión es coja, la religión sin la ciencia es ciega.»
- Srīla Prabhupāda, líder de los Hare Krishna
- Atribuida a Albert Einstein
- «¿La cuestión de la fe? Me la planteo todos los días, sin cesar. He dicho no. He dicho no a Dios, si se me permite expresarme de esta manera brutal; pero la cuestión se replantea a cada instante. Estoy obsesionado, digámoslo claramente, obsesionado, si no por Dios, por el no-Dios.»
- Jean Rostand
- «La fe comienza donde termina el orgullo.»
- Félicité de Lamennais, Teólogo francés.
- «La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos propone creer, dado que Dios es la verdad misma. Por la fe el hombre se abandona libremente a Dios; por ello el que cree trata de conocer y hacer la voluntad de Dios, ya que la fe actúa por la caridad (Gal 5, 6).»
- Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n.386.
- «La fe es esencial, y también lo es la duda. No se va a ninguna parte con sólo una de estas dos cosas.»
- Bruce Springsteen
- «La fe es la decisión de vivir con la certeza de que lo que es, no lo es todo.»
- Roger Garaudy, escritor francés.
- «La fe engaña a los hombres, pero da brillo a la mirada»
- Rabindranath Tagore
- «La fe es algo indispensable en el hombre. Desgraciado aquel que no cree en nada.»
- Víctor Hugo
- «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.»
- La Biblia, Carta de San Pablo a los hebreos, 11:1.
- » La fe, incluso la más profunda, nunca es completa »
- Jean-Paul Sartre
- » La fe puede ser sucintamente definida como una creencia ilógica en que lo improbable sucederá »
- Henry-Louis Mencken
- «Lo contrario de la fe no es la razón, sino la superstición.»
- Vittorio Messori, periodista italiano.
- «Más verdad dice la fe que los ojos.»
- Francisco de Quevedo
- «Los sistemas ejercitan el entendimiento, pero la fe lo ilumina y lo guía.»
- Molière
- «No hay persona sabia sin fe.»
- Tertuliano, religios cartagines
- «Pecadores e ignorantes son enviados a predicar, para que se comprenda que la fe de los creyentes está en la virtud de Dios, no en la elocuencia ni en la doctrina.»
- San Beda, religioso inglés.
- » Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo, y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe »
- La Biblia, Primera epístola de San Juan 5:4.
- » Quien pierde la fe ya no puede perder más »
- Atribuida a Publio Siro y Quintiliano.
- » Religión sin filosofía es sentimentalismo o fanatismo y filosofía sin religión sólo es especulación mental. »
- Srīla Prabhupāda, líder de los Hare Krishna
- » Se otorga poca fe a los que tienen poca fe »
- Lao Tse
- «Sin fe ni confianza el mundo no se mantiene unido.»
- Adolf Kolping
- «Sin fe no hay teología.»
- Juan Pablo II.
- «La fe debe sofocar toda razón, sentido común y entendimiento.»
- Martín Lutero
Santo Tomás de Aquino
- «La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.»
- » Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia «
- Thomas Carlyle
- «Aquel que tiene fe no está nunca solo.»
- » Si se siembra la semilla con fe y se cuida con perseverancia, solo será cuestión de recoger sus frutos «
Mahatma Gandhi
- «En la fe no hay espacio para la desesperación.»
- » No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias «
San Agustín de Hipona
- «Fe es creer en lo que no se ve; y la recompensa es ver lo que uno cree.»
- «La comprensión es la recompensa de la fe, por tanto no trates de comprender que puedes creer, pero cree que puedes comprender.»
- «Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula.»
León Tolstói
- «Durante treinta y cinco años de mi vida he sido nihilista en la exacta acepción de la palabra, […] un hombre que no cree nada. Hace cinco años obtuve la fe; creí en la doctrina de Jesús, y toda mi vida cambió de repente.»
- Fuente:La Atalaya 1 de diciembre de 2008. Artículo: Jesús, un hombre fuera de lo común.
- «No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree algo.»
- «Fe es la fuerza de la vida.»
Miguel de Unamuno
- «El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él.»
- «La fe es la fuente de la realidad, porque es la vida; creer es crear.»
- «La fe no es creer lo que no vimos, sino creer lo que no vemos.»
- «¿Racionalizar la fe? Quise hacerme dueño y no esclavo de ella, y así llegué a la esclavitud en vez de legar a la libertad en Cristo.»
Tomado de Anecdonet
CONTOS
Desde lo profundo de su corazón la mujer le dijo: “El Dios del cielo tiene paciencia con los malos. No tiene prisa en hacerles pagar sus deudas y no revelar los secretos de nadie para que no se avergüencen y no dejen de dirigirse a El y no les oculta su rostro.
Y sin embargo, usted el rabino, no ha podido aguantarse y ha revelado lo que el Creador tiene oculto”.
Desde ese día el rabino de Apt solía decir: “Nadie había podido conmigo hasta que ese día una mujer me dio la mejor lección”.
Tomado de P. Félix Jiménez
LA SENCILLEZ DE LA FE
El pequeño Roberto asistía a la primaria y la maestra les encargó una tarea: “investigan qué es la fe en Dios”. Intrigado, de regreso a casa le preguntó a su tío
“¿Qué es la fe en Dios? Me la dejaron de tarea en la escuela”. Con una amplia sonrisa, su tío le respondió:
“¿En verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?”.
“Si”, respondió Roberto.
Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía en las paradisíacas playas de Cancún. Una vez que llegaron, le entregó el chaleco salvavidas y las aletas. “Pero yo no sé nadar” dijo Roberto. “Lo sé”, le dijo el tío, “póntelos de todas maneras”. Lo hizo.
Ahora, comienza a caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás, ya que el chaleco te hará flotar”. Roberto estaba aterrado “No tío, no quiero”.
“ᄀHazlo!” Le respondió “Estaré junto a ti para que no temas. Así que tranquilo”. Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su tío, aparte de que lo tenía cerca. En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz. Ambos salieron del mar. Camino a casa, su tío le explico:
“En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder el suelo, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en EL, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con él, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y tranquilidad”.
Tomado de P. Diego Millán
ANÉCDOTAS
«perros» era un apelativo frecuente con el que los judíos se referían a quienes no lo eran.
«Perros» era un apelativo frecuente con el que los judíos se referían a quienes no lo eran. Dice, por ejemplo, el rabí Eliecer: «Quien come con un idólatra es como el que come con un perro».
Tomado de Mercaba
«MUJER CANANEA».
No se especifica a qué raza concreta pertenecería la mujer, pero en cualquier caso los «cananeos» habían sido, a lo largo del AT, los adversarios más inmediatos de Israel.
Por la manera de presentarla, esta mujer, aunque no es judía de raza, vive de siempre en Palestina y conoce las tradiciones del pueblo de Israel; no se explicaría, si no es así, que llamara a Jesús «Hijo de David»
Se llamaban cananeos los fenicios que vivían en el territorio ocupado después por los hebreos. Esta designación arcaica indica que la mujer, aunque pagana, vive entre las israelitas (Mc, «griega», es decir, pagana, «fenicia de Siria»).
Tomado de Mercaba
El país de Tiro y Sidón está situado al norte de Galilea y estaba habitado por gentiles y hasta por enemigos de los judíos.
Tomado de Mercaba
San Agustín era un gran admirador de la Cananea. Aquella mujer le recordaba a su madre, Mónica. También ella había seguido al Señor durante años, pidiéndole la conversión de su hijo. No se había desalentado por ningún rechazo. Había seguido al hijo hasta Italia, hasta Milán, hasta que vio que regresaba al Señor. En uno de sus discursos, recuerda las palabras de Cristo: «Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; tocad y se os abrirá», y termina diciendo: «Así hizo la Cananea: pidió, buscó, tocó a la puerta y recibió». Hagamos nosotros también lo mismo y también se nos abrirá.
Raniero Cantalamessa
“ISRAEL»
El nombre «Israel» significa «hombres que ven a Dios»: ello se aplica, con razón, a todo espíritu humano. En consecuencia, se puede comprender que «la casa de Israel» abarca también a los ángeles, espíritus poseedores de la visión de Dios… Mientras que 99 ovejas…, disfrutan en la montaña y son el deleite de su pastor, es decir del Verbo de Dios, y caminan y descansan sin temor en abundantes pastos siempre exuberantes de verdor (Sal. 22,2), el buen Pastor descendió desde el Padre, cuando llegó «el tiempo de la misericordia» (Sal. 101,14), y fue enviado misericordiosamente en el tiempo, aquel que había sido prometido desde la eternidad; Vino a buscar a la única oveja que se le había perdido (Lc 15,4s)…
Isaac de la Stella,
Sermón 35, 3º para el 2º domingo de Cuaresma; SC 207.
“NO ES BUENO ARROJARLO A LOS PERRILLOS”
(Era una referencia a la diversidad étnica entre israelitas y cananeos que Jesús, Hijo de David, no podía ignorar en su comportamiento práctico, pero a la que alude con finalidad metodológica para provocar la fe). Y he aquí que la mujer llega intuitivamente a un acto insólito de fe y de humildad. Y dice: “Cierto, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores”. Ante esta respuesta tan humilde, elegante y confiada, Jesús replica: “¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como tú quieres”
San Juan Pablo II,
Catequesis, Audiencia General (16-12-1987)nn. 6-8.
Esta mujer es conocida también con el nombre de «siro-fenicia». Así la llama Marcos (Me 7,24-30). Con ello indica su procedencia: una mujer siria cuya nacionalidad era Tiro. Mateo utiliza un nombre más arcaico al llamarla «cananea». Desde el punto de vista del contenido ambos coinciden. Porque su interés al presentar en escena esta mujer es afirmar que era pagana, no judía. En el Antiguo Testamento Tiro y Sidón designan la tierra de los paganos (esto justificaría la presentación de Marcos). También según el Antiguo Testamento, Canaán era el país pagano (esto justificaría la presentación de Mateo).
Comentarios a la Biblia Litúrgica (NT): La mujer cananea
Paulinas-PPC-Regina-Verbo Divino (1990), pp. 1029-1031.
Jesús acaba de pasar la frontera, al noroeste. Está en la región de Tiro y Sidón, el Líbano actual.
Bastin-Pinckers-Teheux, Dios cada día: Pasar el rubicón
Siguiendo el Leccionario Ferial (4). Semanas X-XXI T.O. Evangelio de Mateo. Sal Terrae (1990), pp. 174-177.
La denominación de Mt, llamándola cananea, acaso mire solamente a indicar que no era judía, gentil, sino que la quiere señalar con la toponimia de los primeros habitantes de Fenicia, que fueron cananeos (Gen 10:15). Pero la denominación de Mc es mucho más precisa. Esta mujer era helénica (έλληνι’ς); con ello se expresa seguramente su lengua y religión. Y por su origen era siró-fenicia. Desde Pompeyo (64 a.C.), Fenicia quedó convertida en provincia romana incorporada a Siria. Ser siró-fenicia quiere decir fenicia perteneciente a la provincia romana de Siria, para distinguirla de los fenicios de Libia: de los “libio-fenicios,” de los que habla Estrabón.
En torno a la mujer cananea se formó una serie de leyendas fabulosas, que recoge el autor de las Homilías clementinas.
Biblia Nácar-Colunga Comentada Curación de la hija de una mujer cananea, 15:21-28 (Mc 7:25-30).
LOS ÁNGELES TRAZABAN LETRAS.
Cuéntase de un Santo, San Bernardo al parecer, que en una iglesia llena de fieles entregados a sus oraciones, tuvo la visión que vamos a referir. A la vera de cada deprecante vio un ángel que con mucha atención trazaba unas letras. Unas las trazaba de oro, otras de plata, otras negras como la pez, y no faltaban los que hacíanlo con agua para que nada se viese. El Santo meditó sobre esta visión y parecióle haber descubierto al fin la escondida significación de las angélicas apariciones. Creyó ver en las letras de oro que los ángeles escribían, la mucha estima de Dios por las oraciones de los que rezaban atentos a lo que decían y encendidos de amor al Todopoderoso. En las de plata, una consideración no tan crecida por los que hacíanlo atendiendo sólo al sentido literal de las preces y con el corazón frío, si bien con alguna voluntad de honrar a Dios. Las letras en negro eran la somera distinción que merecen los que sólo rezan por rezar, sin fijarse en lo que musitan entre dientes y dicen las oraciones de una manera mecánica. Mientras el trazar letras con agua, significaba evidentemente el provecho nulo de los que acuden a la iglesia para pasar el tiempo pensando en otras cosas, a lo mejor harto distantes de las eternas. Dios recompensará y oirá nuestras oraciones según el fervor, tiento, y amor que en ellas pongamos. Procuremos ser fervorosos en nuestras preces, especialmente ante otras personas, a las que edificaremos con nuestro proceder.
UN QUINTAL DE ESTIERCOL
Con frecuencia, cuando nos ponemos en oración, nos parecemos a ese campesino del que habla un antiguo autor espiritual. Ha recibido la noticia de que será recibido en persona por el rey. Es la oportunidad de su vida: podrá presentarle con sus mismas palabras su petición, pedirle lo que quiere, seguro de que le será concedido. Llega el día, y el buen hombre, emocionadísimo, llega ante la presencia del rey y, ¿qué le pide? ¡Un quintal de estiércol para sus campos! Era lo máximo en que había logrado pensar. A veces nosotros nos comportamos con Dios de la misma manera. Lo que le pedimos comparado a lo que podríamos pedirle no es más que un quintal de estiércol, nimiedades que sirven de muy poco, es más, que a veces incluso pueden volverse contra nosotros.
San Agustín era un gran admirador de la Cananea. Aquella mujer le recordaba a su madre, Mónica. También ella había seguido al Señor durante años, pidiéndole la conversión de su hijo. No se había desalentado por ningún rechazo. Había seguido al hijo hasta Italia, hasta Milán, hasta que vio que regresaba al Señor. En uno de sus discursos, recuerda las palabras de Cristo: «Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; tocad y se os abrirá», y termina diciendo: «Así hizo la Cananea: pidió, buscó, tocó a la puerta y recibió».
Tomado de Rainiero Cantalamessa
OS SANTOS NON SON TRATADOS MELLOR CA NÓS.
Santa Tereixa ía nun carro de mulas fundar un mosteiro; tivo que cruzar un río que baixaba en torrente.
Animosa, ordena ás mulas que entren no río, mentres ela berra igual que a cananea:
¡Señor, axúdame! Mulas e Tereixa coas súas pertenzas baixan arrastradas polo río.
Ó saír da auga: Ai, Señor!, así tratas os amigos? non me estraña que teñas tan poucos…
Tereixa secou, e continuou camiño de fundar o seu mosteiro, contenta.
Tomado de Modesto Vázquez, sj
EFECTO PAPAGENO
Se conoce como efecto Papageno al impacto positivo que puede influir en personas que piensan en un posible suicidio, al aportarle ayuda comprometida y contribuir a que pueda encontrar razones para seguir viviendo.
El nombre de este efecto proviene de la Ópera La Flauta Mágica de Mozart y de uno de sus personajes, un hombre humilde que en la obra tratará de quitarse la vida pero que se ve influido por tres espíritus o duendes que conseguirán convencerle de que existen aún muchas alternativas en su vida y que debe seguir viviendo.
Tomado de Anecdonet
MI CASA ES CASA DE ORACIÓN
«Suele entenderse de modo trivial, como si el Señor encendido en santa ira arremetiera contra los mercaderes de lo sagrado. Pero no es tan simple. En el templo no se podía introducir la moneda romana, pues exhibe imágenes paganas, emperadores deificados. La expulsión se produce en el hieron (atrio circundante de los paganos). La naós, es el espacio interior donde solo podían participar del culto los miembros del culto elegido.
El hieron era espacio de acogida a todos los pueblos… Sin embargo ha sido cerrado al culto y se ha convertido en lugar de mercadeo contra la sentencia: «Mi casa es casa de oración para todos los pueblos». Con el falso positivismo del cumplimiento de la ley, se había sofocado la apertura de Jerusalén a todos los pueblos. La expulsión de los mercaderes es también la conquista de un espacio divino en el que quepan los paganos, todos los pueblos de la humanidad deben tener la posibilidad de introducirse en el Templo de Dios».
(Ratzinger, Un canto nuevo para el Señor, p.100. Comentario a la expulsión de los judíos del Templo).
LA FE DE UNA MADRE
Curación instantánea de una hipertensión grave de origen vásculo-renal (17 de mayo de 1992)
Hay gracias que tienen un asombroso paralelismo con algunos de los milagros que nos relatan los Evangelios. La que nos disponemos a relatar en las siguientes líneas recuerda, desde algunos puntos de vista, aquella curación realizada por Jesús, a ruegos de un padre de familia, en la persona de un muchacho que padecía graves crisis convulsivas (Mc 9, 14-29).
Narra San Marcos que, después de la Transfiguración en el Tabor, Jesús bajó al llano y se encontró con sus discípulos y una abigarrada multitud, que trataban de prestar auxilio a un muchacho joven en un estado de crisis evidente. El Evangelio precisa que la enfermedad estaba causada por un espíritu maligno. Nada habían podido hacer los Apóstoles de Cristo, y el padre de la criatura se acercó a Jesús pidiéndole la gracia de la curación. Pero escuchemos el diálogo:
—¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?, preguntó el Señor.
Y el padre:
—Desde niño. Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.
Le respondió Jesús:
—¡Qué es esto de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!
El padre de aquel muchacho, temeroso de que su poca fe impidiera la curación de su hijo, cayó en tierra a los pies del Señor, exclamando:
—¡Creo, ayuda a mi poca fe!
Entonces, movido por ese estupendo acto de fe, el Señor curó a aquel muchacho y se lo devolvió sano a su padre.
Aunque las circunstancias sean claramente distintas, este milagro de Jesús parece reflejarse de algún modo en el siguiente favor atribuido a la intercesión del Beato Josemaría Escrivá. En efecto, hay algo en común que destaca de modo particular. En el caso del Evangelio, el grito de fe de un padre angustiado remueve el corazón de Cristo; en este caso, el grito de una madre angustiada, nacido también de la fe, arranca de la omnipotencia divina la curación humanamente inexplicable de un hijo pequeño.
Un descubrimiento inesperado
Corría el mes de octubre de 1985. El matrimonio formado por Francisco y Ana tuvo la alegría del nacimiento de su primer hijo. Al niño, que vio la luz en Asturias (España), le fue impuesto el nombre de Fernando, como el abuelo..
Los primeros años de su vida fueron normales. Fernando crecía arropado por el cariño de sus padres, a los que Dios bendijo con unos gemelos.
A comienzos de 1988, cuando aún no contaba tres años, Fernando comenzó a sufrir episodios asmáticos, que se desarrollaban en concomitancia con pequeñas infecciones, resfriados, estados febriles ocasionales, etc.
Casi un año después, en enero de 1989, tuvo que ser ingresado de urgencia en el Hospital General de Asturias, con un cuadro de dolores abdominales que en las últimas horas se habían hecho más intensos. Le diagnosticaron una apendicitis aguda que hacía necesaria la intervención quirúrgica.
Sin embargo, no era éste el problema principal. Al realizar los análisis necesarios, se descubrió que el pequeño sufría una grave hipertensión arterial, con puntas que llegaban a alcanzar, en los momentos críticos, la cifra de 220/140 mm de mercurio. Si se tiene en cuenta que en los niños la presión arterial es más baja que en los adultos, y que en éstos los valores por encima de 140/90 mm. se consideran patológicos, se podrá valorar la gravedad de las crisis hipertensivas de Fernando. Para controlar la presión arterial, se comenzó un tratamiento a base de nitroprusiato sódico con perfusión intravenosa: un tratamiento al que sólo se recurre en casos muy graves, cuando hay serio peligro de lesiones cerebrales e incluso para la vida misma del paciente.
Con un tratamiento tan enérgico, la hipertensión mejoró lo suficiente como para que los médicos afrontaran la intervención quirúrgica. Durante la intervención y en los tres días sucesivos, el niño experimentó varias crisis hipertensivas, con cifras que llegaron a alcanzar los 230/140 mm. de mercurio.
Una enfermedad grave, incurable y progresiva
Una vez superada la enfermedad abdominal por la que el niño había sido hospitalizado, y controladas las crisis hipertensivas, el trabajo de los médicos se concentró en identificar la causa de la hipertensión arterial. El niño fue trasladado a la sección nefrológica del departamento de Pediatría, dotado de instrumentos diagnósticos avanzados y de un personal competente. Los exámenes descartaron con certeza algunas de las causas más frecuentes de hipertensión infantil. Por fin, gracias a la arteriografía, se sospechó la causa de la enfermedad: estrechamiento de una arteria renal. El tratamiento, puramente sintomático, se limitó a intentar normalizar los valores de la presión arterial por vía farmacológica, aunque dio escasos resultados. Se aconsejó a los padres que controlaran frecuentemente la tensión arterial del pequeño.
Fernando regresó a casa, pero entre febrero y diciembre de ese mismo año (1989) tuvo que ser hospitalizado de urgencia en cuatro ocasiones, a causa de las crisis hipertensivas que se desencadenaban con ocasión de pequeñas infecciones (anginas, otitis, etc.) tan frecuentes en la infancia. Comenzaba un verdadero calvario para sus padres, que no vivían pensando en que, en cualquier momento, su hijo podía sucumbir en alguna de esas violentas crisis.
A principios de 1990, un año después del ataque de apendicitis, los padres decidieron llevar a su hijo a Madrid para confirmar el diagnóstico que sospechaban en Asturias. Estuvo internado durante un mes, y allí nuevos estudios médicos establecieron con exactitud la causa de la enfermedad hipertensiva: «estenosis intrarrenal de la arteria renal derecha —se lee en la historia clínica—, no susceptible de dilatación ni de intervención quirúrgica». La tierna edad del paciente hacía pensar que se trataba de un estrechamiento debido a una displasia fibromuscular, es decir, causado por un desarrollo anómalo de la pared vascular.
En pocas palabras: la enfermedad del niño no tenía curación. Sólo podría continuar con el tratamiento sintomático, encaminado a mantener la hipertensión dentro de unos valores aceptables. El pronóstico era fatal a largo plazo, pues una enfermedad de esas características tiende a lesionar irremisiblemente órganos vitales como el cerebro, el corazón y los riñones. Además, en las hipertensiones de esta etiología, la literatura médica registra una progresiva obstrucción de la arteria afectada, sobre todo en su época de crecimiento infantil. En 42 pacientes con estenosis de la arteria renal por displasia fibromuscular, estudiados durante once años por un equipo médico y publicados en una revista internacional de Medicina, todos los enfermos demostraron la progresión de la estenosis.
Este diagnóstico fue confirmado por una prueba específica que diferencia con toda exactitud una hipertensión de origen vásculo-renal de cualquier otra forma de enfermedad hipertensiva.
La investigación clínica enseña que este tipo de enfermedad hipertensiva sólo puede ser corregida de modo permanente con intervención quirúrgica: sustitución del trozo de arteria mediante by-pass o dilatación de la zona estrechada. En el caso de Fernando, este tratamiento estaba contraindicado. Sólo era posible controlar la presión arterial con fármacos anti-hipertensivos. Tras varios ensayos, una vez conocida con certeza la causa de la enfermedad, los médicos prescribieron un tratamiento con captopril, medicamento selectivo para la compensación de la hipertensión de origen vásculo-renal. El niño fue dado de alta con el mal pronóstico ya señalado y la indicación perentoria de tomar su medicina cada ocho horas.
Buscar refugio en Dios
Escuchemos la reacción de la madre, una vez que le comunicaron el carácter grave, progresivo e incurable de la enfermedad de su hijo: «Desesperada, busqué refugio y consuelo en Dios, y de pronto recordé la estampita con la oración de Monseñor, que alguien me había dado cuando mi niño enfermó por vez primera, y que yo había guardado sin prestarle la menor atención».
Los padres eran creyentes, como testimonian ellos mismos en la carta que enviaron en fecha 1 de junio de 1992, señalando el favor obtenido por la intercesión de Mons. Escrivá de Balaguer: «Aunque somos creyentes, no somos modélicos ni muchísimo menos —reconocen—, y sinceramente hemos de confesar que el Opus nos resultaba absolutamente ajeno y no nos decía absolutamente nada». Sin embargo, ¿qué madre cristiana, ante la enfermedad grave de su hijo, no acude con fe a la misericordia de Dios? Eso fue lo que hizo ella, recurriendo al Señor a través de la intercesión del Fundador del Opus Dei, que por aquellas fechas —estamos en 1990— aún no había sido beatificado.
La estampa con la oración al Beato Josemaría le había sido facilitada en 1989 por una cuñada suya, que le dijo: «Tú, rézale». Pero pasaron varios meses hasta que se decidió a poner en práctica ese consejo, en un momento de seria preocupación.
Sucedió a finales de septiembre de 1990, durante uno de los frecuentes ingresos del niño en el hospital a causa de las crisis de asma que, como se ha dicho, repercutían inmediatamente en la elevación de la tensión arterial. Un ataque agudo de asma es algo muy impresionante. Quien lo sufre, experimenta la sensación —muy real— de que se está ahogando. El pulso se acelera, en un esfuerzo inútil del corazón por enviar más sangre a los pulmones. La respiración se torna fatigosa, entrecortada por silbidos. Un sudor frío humedece la piel, que se pone de color azulado, sobre todo en las extremidades. Si el ataque lo sufre un niño, la impresión es aún más penosa. Y si ese niño padece una grave enfermedad hipertensiva, de la que pueden seguirse consecuencias muy graves, es fácil imaginar el sufrimiento de sus padres ante cada uno de esos ataques.
En esta ocasión, comprobando una vez más su absoluta impotencia, la madre se dirigió con fe a Nuestro Señor por intercesión del entonces Siervo de Dios Josemaría Escrivá de Balaguer. Así lo cuenta: «Comencé a rezarla [la oración de la estampa] con fe ciega, convencida de que sólo aquello podía curar a mi hijo».
Lo primero que pidió Ana fue que cesaran las crisis asmáticas, que tanto les hacían sufrir a todos. Su oración fue escuchada inmediatamente: el 2 de octubre de 1990, una vez superada la bronquitis asmática por la que había sido internado, el pequeño pudo regresar a su casa. «Desde entonces —reconoce la madre—, no volvió a tener ninguna más (…). Nunca más volvió a necesitar oxígeno ni volvieron a ingresarlo».
Al comprobar, con el transcurso de los meses, que el niño se había curado del asma, Ana se sintió llena de fe y de confianza en la intercesión de Mons. Escrivá: «Me atreví un poco más —confía en su relación— y rogué para que se curase poco a poco de su traidora enfermedad». La razón de que pidiera una curación «a plazos», y no una curación instantánea, la cuenta ella misma en su declaración ante el Tribunal eclesiástico de la archidiócesis de Oviedo: «Pedía que se curase de la hipertensión arterial, pero poco a poco. La razón de esta súplica mía era el miedo a que se curase repentinamente, pues como estaba tomando la medicación, podría tener una caída brusca de la tensión que lo llevase a la muerte».
Hizo esta plegaria a finales del verano de 1991 y pidió a otras personas que rezaran a Mons. Escrivá por la curación de su hijo, enviándoles fotocopias de la estampa con la oración para la devoción privada. A partir de ese momento, la evolución de la enfermedad tomó un rumbo nuevo. Fernando comenzó a presentar leve sensación de vértigo al levantarse de la cama por las mañanas, síntoma probable de hipotensión debida al fármaco. Este hecho no pasó inadvertido a la madre. Lo avisó a los médicos que, en las visitas de control, fueron constatando la disminución progresiva de la presión arterial, por lo que a su vez fueron reduciendo paulatinamente las dosis de medicamento. En el transcurso de cinco meses, de noviembre de 1991 a abril de 1992, pasó de tomar una dosis diaria total de 32 mg a otra de 13 mg.
En un momento preciso
Llegamos así al 17 de mayo de 1992, día de la beatificación de Mons. Escrivá en Roma. El niño tenía ya siete años. Aquel domingo era un día soleado y más bien caluroso, por lo que el niño se fue con su padre a la playa, mientras la madre permanecía en casa al cuidado de los dos hermanitos que habían nacido el año anterior. Pero dejemos la palabra a ella, que en el proceso celebrado en la diócesis de Oviedo declaraba cuanto sigue:
«El 17 de mayo mi marido fue con mi hijo Fernando a la playa (hacía calor ese día), mientras yo me quedé en casa con los gemelos. Me puse a ver la televisión para asistir a la ceremonia de la santificación del Siervo de Dios Escrivá de Balaguer: yo pensaba así porque en aquel tiempo no distinguía santificación de beatificación. En un momento dado de la ceremonia, mientras tenía en mis manos la estampa, cerré los ojos, me quedé como en blanco, y pedí a Josemaría Escrivá que invocase por mí la curación total del niño; y, teniendo los ojos cerrados, veía que me sonreía. Esto me dio la seguridad total y absoluta de que me concedía la gracia que le estaba pidiendo. Cuando terminó el acto litúrgico, tuve el convencimiento pleno y la certeza plena y absoluta de que me había escuchado y de que mi hijo se había curado.
»Cuando, por la tarde, mi marido llegó a casa con el niño, me contó que en la playa había sentido frío, a pesar de que era un día muy caluroso, y que le había cubierto con algunas toallas. Cuando se despertó, el niño le había dicho que se encontraba muy bien. Pregunté a mi marido a qué hora había sucedido todo eso; ahora no recuerdo cuál era, pero era la misma hora en que yo estaba rezando al Señor por intercesión de Escrivá de Balaguer. Mi marido se emocionó mucho».
Inmediatamente, tomó la presión arterial al niño (era ya una experta en este tipo de operaciones, después de tanto tiempo) y comprobó que se hallaba perfectamente normal. Al día siguiente se presentó con el hijo en el hospital, aunque no le tocaba hacer la revisión hasta el mes de octubre. «Algo dentro de mí —afirma— me decía que el niño estaba ya curado. Y así fue; le han quitado la medicación y el niño se halla perfectamente».
Varios especialistas en Nefrología y Endocrinología han estudiado detenidamente este caso. El catedrático de Nefrología en la Universidad de Valladolid, escribe: «La desaparición de una tensión elevada, sin tratamiento médico ni quirúrgico, en una hipertensión vásculo-renal bien confirmada por el test del Captopril y por arteriografía convencional, no es comprensible médicamente».
A la misma conclusión llega el profesor jefe del servicio de Endocrinología de un conocido hospital de Madrid, que en el proceso llevado a cabo en la archidiócesis de Oviedo sobre este presunto milagro, declara: «Refiriéndome a la hipertensión de origen vásculo-renal, la opinión unánimemente compartida por la comunidad médica internacional es que esta hipertensión no tiene una resolución espontánea, es decir, es incurable a menos que se proceda a la cirugía, o a técnicas próximas a la cirugía (…). En estos casos concretos es universal el criterio médico a que antes he aludido de la no regresión espontánea de las lesiones que determinan la estenosis vascular y, por tanto, el mecanismo de la hipertensión arterial». Por tanto, el criterio universalmente admitido es que «la hipertensión vásculo-renal no tiene resolución espontánea; es un proceso que no se resuelve sin la aplicación de medios quirúrgicos (…). Sólo quiero añadir simplemente que la resolución que ha tenido lugar en este niño de la hipertensión, con independencia de los diagnósticos que se han establecido y que yo también suscribo, me parece no explicable médicamente y que no alcanzar a ser interpretada científicamente».
La conclusión de los especialistas es, pues, unánime: a la luz de un cuidadoso estudio de la literatura científica, resulta naturalmente inexplicable que los valores de la presión arterial del niño sean completamente normales tras la supresión de los fármacos con los que, durante casi tres años, se le había controlado. Ni siquiera en concomitancia con los procesos patológicos típicos de la infancia (anginas, catarros, otitis, etc.) que antes le desencadenaban crisis hipertensivas agudas, se ha observado aumento de la presión arterial.
La curación no tiene explicación científica.
Han pasado casi diez años y el niño curado lleva una vida normal, ya olvidado de los años en los que estuvo gravemente enfermo. No lo olvidan ciertamente sus padres, que cada día agradecen a Dios el grandísimo favor que les concedió por la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer.
Tomado de Ancecdonet
CHISTE
Un padre viajaba en avión desde Nueva York a California con su hijo.
En medio de la travesía surgió un huracán que parecía que iba a derribar la nave.
Por fin, amaina el temporal, y el avión aterriza normalmente en San Francisco.
Una vez en tierra el niño le dice: ¡”Papá tu dices que no crees en Dios pero yo te vi rezar en medio de la tormenta.
A lo que el padre le contesta:
- mira hijo en el aire es otra cosa
Tomado de D. Juan Figueiras
¡CHIN, FALLÉ!…
Invitaron a un párroco y a su sacristán a jugar al golf.
Ambos fueron con ilusión pues era la primera vez que iban a jugar.
Empezó el párroco. En el primer tiro no lo hizo tan mal: Al tirar el sacristán lo hizo peor y dijo:
- ¡Chin, fallé!…
El párroco le dijo: Hijo esas expresiones no son dignas de alguien que trabaja en la casa de Dios.
Siguieron jugando y cuando el sacristán volvió a fallar, dijo de nuevo:
- ¡Chin, fallé!…
El párroco un poco molesto le reprendió otra vez…y así varias veces hasta que, hecho una furia, le gritó:
¡Te lo advertí!
Y mirando al cielo, rezó:
- Señor que se abra el cielo y caiga un rayo sobre este hombre pecador.
En ese mismo momento se abrió el cielo y cayó un rayo sobre el sacerdote, Y luego se oyó una voz del cielo qUe decía:
- ¡Chin, fallé!…
Tomado de Alejandro Illescas
ORACIÓN
A veces, Señor, te siento pasar, pero no te detienes para mí, pasas de largo, y yo te grito como la Cananea. ¿Me atreveré todavía a acercarme a ti? Seguro que sí, los perritos echados fuera de la casa de su amo siempre vuelven a ella, y cuidando guardar la casa, reciben cada día su ración de pan. Echado, aquí estoy todavía; frente a la puerta, te llamo; maltrecho, suplico. Así como los perritos no pueden vivir lejos de los hombres, ¡de la misma manera mi alma no puede vivir lejos de mi Dios!
Ábreme, Señor. Haz que llegue hasta ti para ser inundado por tu luz. Tú, que habitas en los cielos, te has escondido en las tinieblas, en la oscura nube. Como lo dice el profeta: «Te has arropado en una nube para que no pasara la oración» (Lm 3,44). Me corrompo en la tierra, el corazón como en un lodazal… Tus estrellas no brillan para mí, el sol se ha oscurecido, la luna ya no emite su luz. Oigo cantar tus hazañas en lo salmos, los himnos y los cánticos espirituales; en el Evangelio, tus palabras y tus gestos resplandecen como la luz; los ejemplos de tus siervos…, las amenazas y las promesas de tus Escrituras de verdad se imponen a mis ojos y vienen a golpear la sordera de mis orejas. Pero mi espíritu se ha endurecido; he aprendido a dormir de cara al resplandor del sol; me he acostumbrado a no ver ya lo que se me pone delante así…
¿Hasta cuándo, Señor, cuánto tardarás en romper tus cielos, en descender para venir a socorrer mi torpeza? (sl 12,1; Is 64,1). Que yo no se ya más lo que soy…, que me convierta y que, por lo menos, venga al atardecer como un perrito hambriento. Recorro tu ciudad; en parte aún peregrina sobre la tierra, aunque la mayoría de sus habitantes han encontrado ya su gozo en el cielo. ¿Encontraré también yo allí mi morada?
Guillermo de San Teodorico,
Oración: !Ábreme, Señor¡
Oraciones meditativas, nº 2.
ITINERARIO FRECUENTE DE LA ORACIÓN
1. El hombre pide a Dios lo que quiere, como quiere y cuando quiere.
2. Dios se calla. Silencio de Dios.
3. El hombre se encorajina y refuerza su petición.
4. Dios sigue callado. Incluso parece que responde con signos contrarios, apretándonos más, dejándonos en una situación límite.
5. Aquí, en este momento, muchos reaccionan contra Dios y lo abandonan. Otros se desesperan también, hacen como que se van, pero vuelven con más fuerza.
6. Dios empieza a aflojar las redes.
7. El hombre se desata, va gritando decididamente tras de Jesús:
«Échame pan y llámame perro».
8. Dios arroja la toalla. Se declara vencido.
Es el K.O. de un combate a «ocho asaltos». Dios, tendiendo la mano generosa dice y repite: «Grande es tu fe. Que se haga como deseas».
ELVIRA-1.Págs. 74 s.
MEDITACIÓN
La Cananea tiene una confianza ilimitada en Jesús.
Esa confianza no se fundamenta en lo que yo soy,
sino en lo que Dios es en mí
y para todos los seres humanos sin excepción.
Mi relación con un dios abstracto será siempre ilusoria.
El verdadero Dios está en mí y está en el otro.
Tomado de Fray Marcos
POEMA
LUCINDA
Deseando estar dentro de vos propia,
Lucinda, para ver si soy querido,
miré ese rostro, que del cielo ha sido
con estrellas y sol natural copia;
y conociendo su bajeza impropia,
vime de luz y resplandor vestido,
en vuestro sol, como Faetón perdido,
cuando abrasó los campos de Etiopia,
Ya cerca de morir dije «Tenéos,
deseos locos, pues lo fuisteis tanto,
siendo tan desiguales los empleos».
Mas fue el castigo, para más espanto,
dos contrarios, dos muertes, dos deseos,
pues muero en fuego y me deshago en llanto.
Lope De Vega
En este Poema lo cantó un gran poeta español llamado “Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza”.
CANTO
WAY MAKER – Aqui Estas
VIDEO
03.08.2022 – Palabra de Vida «Mujer, qué grande es tu fe» Por P Jesús Higueras
¿QUE TAN GRANDE ES TU FE? | Reflexiones Para El Alma