E Algo + no Domingo XVIII do Tempo Ordinario – Ciclo A

CITAS

La zarza ardiendo está ante sus ojos,

Martín Descalzo.

Cicerón “De todos los premios que puede recibir la virtud, el mayor es la gloria, por los peldaños de la cual parece subir el hombre al mismo cielo.”

Marcial “Si la gloria viene después de la muerte, no tengo prisa.”

Anastasio Sinaíta, «brillaremos con nuestra mirada espiritualizada, renovados en cierta manera en los trazos de nuestra alma, hechos conformes a su imagen» Sermón en el día de la Transfiguración del Señor(Lectio altera del Oficio de lecturas de la Liturgia de las Horas del 6 de agosto)

S. Francisco de Sales, «Queremos no los consuelos, sino al Consolador; no la dulzura, sino al Salvador; no la ternura, sino a aquél que es la suavidad del cielo y de la tierra; entre esos afectos debemos desear permanecer firmes en el santo amor de Dios, aunque toda nuestra vida no experimentemos consuelo alguno, perseverando en la voluntad de decir sobre el Calvario lo mismo que sobre el Tabor: ¡Oh, Señor, qué bien se está aquí! ¡Contigo, en tu cruz o en tu gloria!» («Introducción a la vida devota»)

Santa Teresa de Jesús la “transfiguración del alma”, se parece a “cómo el gusano de seda se enclaustra en su capullo y esa crisálida deviene mariposa.” Las Moradas.

Santa Teresita explicaba que es sentirse “como un pajarillo que contempla la luz del Sol, sin que su luz lo lastime.”

San Josemaría, «Señor nuestro, aquí nos tienes dispuestos a escuchar cuanto quieras decirnos. Háblanos; estamos atentos a tu voz. Que tu conversación, cayendo en nuestra alma, inflame nuestra voluntad para que se lance fervorosamente a obedecerte» Santo Rosario, cuarto misterio de luz.

Papa Francisco: De este episodio de la Transfiguración quisiera tomar dos elementos significativos, que sintetizo en dos palabras: subida y descenso. Nosotros necesitamos ir a un lugar apartado, subir a la montaña en un espacio de silencio, para encontrarnos a nosotros mismos y percibir mejor la voz del Señor. Esto hacemos en la oración. Pero no podemos permanecer allí. El encuentro con Dios en la oración nos impulsa nuevamente a «bajar de la montaña» y volver a la parte baja, a la llanura, donde encontramos a tantos hermanos afligidos por fatigas, enfermedades, injusticias, ignorancias, pobreza material y espiritual. A estos hermanos nuestros que atraviesan dificultades, estamos llamados a llevar los frutos de la experiencia que hemos tenido con Dios, compartiendo la gracia recibida.

«Transformados por la presencia de Cristo y el ardor de su palabra, seremos un signo concreto del amor vivificante de Dios por todos nuestros hermanos, especialmente por los que sufren, por los que se encuentran en la soledad y el abandono, por los enfermos y por la multitud de hombres y mujeres que, en distintas partes del mundo, son humillados por la injusticia, la prepotencia y la violencia». –Ángelus del 6 de agosto de 2017

«El Señor nos hace ver el final de este camino que es la Resurrección, la belleza, cargando con su propia cruz, nos invita en la Transfiguración a seguir el camino de los discípulos, la «perspectiva del sufrimiento cristiano» que no es un «sadomasoquismo», es un «paso necesario pero transitorio» hacia la luz. Ángelus del 17 de marzo de 2019

“Subamos a la montaña en oración; oración silenciosa, oración del corazón, oración… Siempre buscando al Señor. Permanezcamos unos instantes en el recogimiento, cada día un rato, fijemos nuestra mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos impregne e irradie en nuestra vida”. Ángelus del 17 de marzo de 2019

“Necesitamos, pues, otra mirada, una luz que ilumine en profundidad el misterio de la vida y nos ayude a ir más allá de nuestros propios esquemas y de los criterios de este mundo. También nosotros estamos llamados a subir a la montaña, a contemplar la belleza del Resucitado que enciende destellos de luz en cada fragmento de nuestra vida y nos ayuda a interpretar la historia a partir de la victoria pascual”. Ángelus del 28 de febrero de 2021

El domingo es el día de la Resurrección, el «primer día» de la nueva creación, cuya primicia es la humanidad resucitada del Señor, garantía de la transfiguración final de toda la realidad creada. Laudato si, 237

M. Grilli – C. Langner “la experiencia de Dios no es algo exclusivo de unos pocos elegidos y que no sólo los profetas escuchan la voz de Dios, sino que esto es algo posible para cualquier persona” ().

Fray Marcos, La única gloria de Dios es su amor.

Jean Sulivan, «Jesús es lo que acontece cuando Dios habla sin obstáculos en un hombre»

Enrique Martínez Lozano Antes que nada, una persona transfigurada es una persona profundamente humana. Todo lo auténticamente humano es transparencia de Dios; o, por decirlo de otro modo, la vivencia de lo humano nos «diviniza».

Nisargadatta, «simplemente abandona lo que no es tuyo, y encuentra lo que nunca perdiste: tu propio ser».

Martín Descalzo: “No fue pues una invención, ni un sueño, fue una realidad percibida por los apóstoles en su mundo interior, fue el descorrimiento de un velo que mil veces habían intuido y nunca comprendido”.

musulmán contemplativo: «En una noche oscura, bajo una negra piedra, hay una pequeña hormiga negra. Pero Dios no se ha olvidado de esta hormiguita».

CONTO

Cuando el león atacante observó que, entre la manada, había uno de su especie que, a pesar de ser más fuerte que él mismo, era presa también del pánico, se propuso liberarlo de semejante engaño. Tras no pocos esfuerzos, logró hacerse con él, lo llevó a un lago cercano y le hizo verse reflejado en el agua. Apenas se vio, descubrió quién era –un león como el que los había atacado- y todos sus miedos desaparecieron automáticamente, emergiendo su fuerza y su valentía. Abandonada su falsa identificación, encontró su verdadero ser.

Así es cómo nos «salva» Jesús: haciéndonos descubrir nuestro verdadero ser, que vemos reflejado en él, como nuestro mejor espejo –en esta dimensión no-dual en la que, por otro lado, todos somos «espejo» de todos-.

Tomado de Enrique Martínez Lozano

ANÉCDOTAS

6 DE AGOSTO

«Una aparición pascual anticipada», pero también «un regalo de amor infinito de Jesús» que muestra la gloria de la Resurrección, «un atisbo del cielo en la Tierra». En su magisterio, el Papa Francisco se ha detenido muchas veces en el significado de la Transfiguración, fiesta que cae el 6 de agosto, porque según la tradición tuvo lugar 40 días antes de la crucifixión, 40 días antes de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, el 14 de septiembre.

Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano

UN POCO DE HISTORIA

Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.

Este acontecimiento tuvo lugar, aproximadamente, un año antes de la Pasión de Cristo.

Tomado de catholic.net

¿POR QUÉ MOTIVO SE TRANSFIGURÓ JESÚS?

Según Santo Tomás de Aquino, la Transfiguración ocurrió porque la gloria divina de Cristo se traslució por un momento a través del cuerpo humano de Jesús. El Señor permitió eso para que los apóstoles pudieran gustar por un corto tiempo de la contemplación del gozo eterno, en vistas de las persecuciones que iban a sufrir.

Tomado de EWTN

TRANSFIGURACIÓN

La fiesta de la Transfiguración tuvo su origen probablemente en la conmemoración anual de la dedicación de una basílica construida en el monte Tabor para honorar este evento milagroso de la vida de Jesús. Se celebraba ya a finales del s. V. Según una antigua tradición, el episodio de la Transfiguración tuvo lugar 40 días antes de la crucifixión de Jesús; así, la fecha de la fiesta se fijó 40 días antes de la de la Exaltación de la Santa Cruz (el 14 de septiembre). Comenzó a celebrarse en occidente a partir del siglo IX, y fue incluida en el calendario romano por el Papa Calixto III en 1457, en agradecimiento por la victoria de las tropas cristianas contra los turcos, que amenazaban seriamente occidente, en la batalla de Belgrado del año precedente. En el centro de la fiesta está, por supuesto, el misterio de la Transfiguración, que se enlaza con la visión del Anciano sentado sobre el trono de fuego y la aparición del Hijo del Hombre

Tomado de Catholicnews

CHISTE

OTRA TRANSFIGURACIÓN

Dos amigos que van por un camino y se encuentran una escopeta. La toman y empiezan a inspeccionarla.

-«Que cosa más esplendida y maravillosa»

A esto que uno de los dos pone los ojos en la boca del cañón y el otro le da al gatillo.

– POOOOOOMMMMM

El amigo se queda con la cara “toa reventá” y el otro lo mira y le dice:

– Chico no me mires con esa cara que yo también me he asustado.

Tomado de Anecdonet

ORACIÓN

La escena de la Transfiguración nos abre ante el misterio de una de las prácticas que la Iglesia nos invita especialmente en cuaresma, la de las 7 formas de oración:

  1. La oración de bendición: Es la respuesta agradecida del hombre a los dones de Dios. Nosotros bendecimos al Todopoderoso, quien primeramente nos bendice y colma con sus dones.
  2. La oración de adoración: Es la oración de aquel que se reconoce criatura y así lo expresa delante de su Creador.
  3. La oración de petición: Por medio de ella, pedimos perdón a Dios o le pedimos humilde y confiadamente por todas nuestras necesidades espirituales y materiales.
  4. La oración de intercesión: Consiste en pedir un favor para otra persona. Esta oración nos une a la oración de Jesús, que intercede ante el Padre por todos los hombres, en particular por los pecadores (cfr. Heb 7, 25) e incluso por los enemigos (cfr. Lc 23, 28. 34; Hch 7, 60).
  5. La oración de acción de gracias: Todo acontecimiento se convierte para el cristiano en motivo de acción de gracias (cfr. 1 Tes 5, 18). La Iglesia da gracias a Dios, sobre todo cuando celebra la Eucaristía, en la cual Cristo hace partícipe a la Iglesia de su acción de gracias al Padre.
  6. La oración de alabanza: Es la forma de oración que, de manera más directa, reconoce que Dios es Dios y le da gloria no tanto por lo que realiza a favor nuestro, sino por ser quién es.
  7. Y la oración litúrgica: que, sobre todo en la Eucaristía, contiene y expresa todas las formas de oración.

Tomado de Archimadrid, Catequesis

POESÍA

Ya la gloriosa cumbre del Tabor

atras dejaron los divinos pies;

nieve la veste, un astro la faz es

que del sol avergüenza el resplandor.

Asi, del alto cielo, oh, morador,

a la diestra del Padre arder le ves;

y los aires Elias y Moisés

huellan a un lado y otro del Señor;

mientras yacen por tierra, en ademan

de asombro, de pavor y adoracion,

Pedro, Santiago y el amado Juan.

¡Cuando, oh, Señor, en la celeste Sion

sin velo asi mis ojos te veran,

si de verte mis ojos dignos son!

La transfiguración​ de Clemente Althaus

MEDITACIÓN

Augusto Valensín, jesuita francés, escribe sobre la Transfiguración a la luz de los pensamientos que vivía esperando la muerte:

“Estos son los sentimientos que me gustaría tener a la hora de la muerte: pensar que voy a descubrir la ternura. Yo sé que es imposible que Dios me decepcione. ¡Sólo esa hipótesis es absurda! Yo iré hasta él y le diré: No me glorío de nada más que de haber creído en tu bondad. May es donde está mi fuerza. Si esto me abandonase, si me fallase la confianza en tu amor, todo habría terminado. Porque no tengo el sentimiento de valer nada sobrenaturalmente. No, cuanto más avanzo por la vida, mejor veo que tengo razón al presentarme a mi Padre como indulgencia infinita.

Tomado de Anecdonet

MIRADA ESPERANZADA

Cando nos esquecemos de nós mesmos,

cando nos esgotamos no servizo aos últimos,

cando vencemos a tentación de calquera apego,

cando aceptamos o sufrimento coma compañeiro,

cando soubemos perder,

cando xa non pretendemos gañar,

cando compartimos o que precisabamos,

cando arriscamos polo pobre,

cando enxugamos as bágoas do inocente,

cando rescatamos a alguén do seu inferno,

cando nos metemos no corazón do mundo

cando puxemos a nosa vontade nas mans de Deus,

cando nos purificamos do noso orgullo,

cando nos baleiramos de tanto consumismo superfluo,

cando nos sentimos feridos…

brilla en nós, gratis, a luz de Deus,

sentimos a súa presenza que recende a primavera,

nun perfume que envolve e reanima

Xa non precisamos outros tesouros.

Deus acompáñanos, fálanos, protéxenos.

Sentímonos nun mar de felicidade.

E se non estamos nas nubes,

é un Tabor que se nos ofrece de balde

para que disfrutemos xa o presente

e camiñemos firmes e sen temores.

CANTO

Athenas – Qué Bien Se Está Aquí

Jesús Adrián Romero | Llévame A La Montaña |

VIDEO

8 datos que todo católico debe saber

MONTE TABOR

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