E Algo + no Domingo XVII

CITA

«Todo lo que no se da, se pierde» (proverbio indio)

Meister Eckart

«Dios quiere que todas las personas se salven.

Reza por el mundo entero

Pide a esta misma tierra que se convierta en un cielo.

Reza especialmente para ser liberado de la codicia.

Reza para reconocer a otros que están en necesidad

porque mi pan no existe.

Todo el pan es nuestro y se nos da en préstamo

con otros y por otros y con los demás y para los demás, a través de nosotros «.

Santa Teresa de Calcuta “No tenemos la solución a todos los problemas del mundo en nuestras manos. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos”.

Concepción Arenal “Las fuerzas que se asocian para el bien, no se suman, se multiplican”.

CURIOSIDADE

Na Igrexa da Multiplicación dos Pans, baixo o altar hai un mosaico con catro pans e dous peixes. Por que só catro: porque o quinto é o da Eucaristía. Nela o Señor segue multiplicándose como Pan para nós.

HUMOR

Un fraile trasquilón pedía limosna por ciertas aldeas. Importunáronle los de un pueblo que predicase. No lo pudo excusar. Predicó la cuarta dominica de Cuaresma. Dijo que con 5.000 panes y 2.000 libras de peces había hartado nuestro Redentor a 5.000 hombres.

Húbolo de saber el Prior, y preguntado si era verdad que había predicado aquella doctrina, respondió que sí. Reprendido del Prior, y diciéndole que debió atenerse al Evangelio, replicó el fraile:

—Por el hábito que tengo, que aquello que prediqué no me quisieron creer, ¿qué hiciera si predicara lo que vos decís?

En tiempos de Carlos I, los chistes de Luis de Pinedo

CONTO

UN DÓLAR Y CINCO CENTAVOS

Teresa tenía 8 años cuando oyó a sus padres que hablaban de su hermanito Andrés. Todo lo que supo era que su hermanito estaba muy enfermo y que no tenían dinero para la operación.

Teresa oyó decir a su padre: «Sólo un milagro puede salvar a Andrés».

Teresa fue a su habitación y contó cuidadosamente las monedas que había ahorrado. Se fue a la farmacia y le dijo al farmacéutico: «Mi hermano está muy enfermo y quiero comprar un milagro. ¿Cuánto cuesta un milagro?»

«Lo siento, pero aquí no vendemos milagros. No puedo ayudarte», le contestó.

El hermano del farmacéutico que estaba allí en aquel momento se agachó y le preguntó a la niña: «¿Qué clase de milagro necesita tu hermanito?»

No lo sé. Mi madre dice que necesita una operación y quiero pagarla con mi dinero.

«¿Cuánto dinero tienes?» le preguntó .

Tengo un dólar y cinco centavos.

Estupendo, qué coincidencia, sonrió el hombre, eso es exactamente lo que cuesta un milagro para los hermanitos.

Cogió el dinero de la niña y le dijo: «Llévame a tu casa. Veamos si tengo la clase de milagro que necesitas».

Ese hombre, el hermano del farmacéutico, era el Doctor Carltom Armstrong, un cirujano. Y operó al niño gratis.

«Esa operación, susurraba la madre, ha sido un verdadero milagro. Me pregunto cuánto habrá costado.»

Teresa sonreía, ella sí sabía lo que había costado, un dólar y cinco centavos , más la fe de una niña.

EL MILAGRO DEL VINO

Érase una vez, en un país muy pequeño, la gente decidió organizar una gran fiesta para celebrar el cumpleaños de su rey.

Cada familia tuvo que proporcionar un poco de vino que se vertió en un recipiente grande. Una familia lo pensó y dijo: Somos demasiado pobres y no podemos permitirnos comprar vino y, además, nadie notará la diferencia si echamos agua en lugar de vino. Y así lo hicieron. Un poco de agua no se notaría, pero puedes adivinar lo que pasó. Todas las familias tuvieron la misma idea y cuando se abrió el recipiente, no hubo milagro, no había vino, solo había mucha agua cristalina.

No hay forma de hacer maravillas con personas como esas.

CANTO

LUIS ALFREDO Compartir

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