CITA
Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? (1 Jn 3, 17).
Da más felicidad dar que recibir
« Recibir, produce felicidad. Dar, produce Gozo»
S.Son
«Todo lo que no se da, se pierde«
Proverbio indio
San Agustín: «¡Cuántos hay que buscan a Jesús, guiados solamente por intereses temporales! (…) Apenas se busca a Jesús por Jesús».
San Basilio ¿No serás por ventura como un expoliador, teniendo como tuyo lo que has recibido para distribuir? Es el pan del hambriento el que tienes, el vestido del desnudo el que conservas en tu guardarropa; es del descalzo el calzado que amontonas y del necesitado la plata que escondes bajo la tierra. Cometes, pues, tantas injusticias cuantas son las cosas que puedes dar (en Catena Aurea, vol. Vl, p. 82).
San Juan Crisóstomo «No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son los nuestros, los bienes que poseemos; son los suyos”
San Hilario «Se le ofrecen, pues, cinco panes a la multitud y se le distribuyen. Pero se observa que se aumentan los pedazos en las manos de los que los distribuyen. No se hacían más pequeños porque los partían, sino que siempre los pedazos llenaban las manos de los que estaban distribuyendo. Ni los sentidos, ni la vista podían seguir la marcha de aquello que sucedía. Es lo que no era, se ve lo que no se comprende y sólo queda creer que Dios puede hacer todas las cosas)».
San Gregorjo Magno¿Por qué, pues, sois perezosos para dar, cuando lo que dais al que yace en tierra lo dais al que tiene su trono en el Cielo? (Hom. 40 sobre los Evang. )
Meister Eckart «Dios quiere que todas las personas se salven.
Reza por el mundo entero
Pide a esta misma tierra que se convierta en un cielo.
Ore especialmente para ser liberado de la codicia.
Ore para reconocer a otros que están en necesidad
porque mi pan no existe.
Todo el pan es nuestro y se nos da en préstamo
con otros y por otros y con los demás y para los demás, a través de nosotros «.
San Juan de la Cruz: siembra amor donde no hay amor y cosecharás amor.
San Francisco de Sales, Cuando nos faltan los apoyos humanos, Dios los sustituye y cuida de nosotros con especial providencia. Sermón (16-03-1622)
Santa Teresa de Calcuta La oportunidad de compartir nuestro amor con los demás es un regalo de Dios.
San Josemaría Escrivá De ordinario, la gente es muy poco generosa con su dinero -me escribes-. Conversación, entusiasmos bulliciosos, promesas, planes. -A la hora del sacrificio, son pocos los que “arriman el hombro”. Y, si dan, ha de ser con una diversión interpuesta -baile, tómbola, cine, velada- o anuncio y lista de donativos en la prensa. -Triste es el cuadro: sé tú también de los que no dejan que su mano izquierda, cuando dan limosna, sepa lo que hace la derecha
Catecismo, 1335: Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo la bendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos para alimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan de su Eucaristía.
S. Juan XXIII: «Me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión».
San Juan Pablo II El pan que necesitamos es la gracia, que debemos invocar y pedir con sincera humildad y con incansable constancia, sabiendo bien que es lo más valioso que podemos poseer. (Castelgandolfo, domingo 29 de julio de 1979)
El hombre, especialmente el de estos tiempos, tiene hambre de muchas cosas: hambre de verdad, de justicia, de amor, de paz, de belleza; pero sobre todo, hambre de Dios. «¡Debemos estar hambrientos de Dios!», exclamaba San Agustín (famelici Dei esse debemus: Enarrat. in psalm. 146, núm. 17: PL, 37, 1895 s.). ¡Es El, el Padre celestial, quien nos da el verdadero pan! 29 de julio de 1979
Benedicto XVI ¿Cómo puedo, con mis limitaciones, ayudar a Jesús en su misión? Y la respuesta la da el Señor: los sacerdotes, nosotros los sacerdotes, precisamente poniendo en sus manos “santas y venerables” lo poco que somos, nos convertimos en instrumentos de salvación para muchos, para todos. Ángelus 2009 los sacerdotes instrumento de salvación
Papa Francisco, Jesús sacia no sólo el hambre material, sino el más profundo, el hambre de sentido de la vida, el hambre de Dios. ()
¿Quién de nosotros no tiene sus “cinco panes y dos peces”? ¡Todos los tenemos! Si estamos dispuestos a ponerlos en manos del Señor, bastarían para que en el mundo hubiera un poco más de amor, de paz, de justicia y, sobre todo, de alegría ().
Concepción Arenal “Las fuerzas que se asocian para el bien, no se suman, se multiplican”.
M. Menapace No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo tenemos nuestras manos. Cuando el Dios de la historia venga nos mirará las manos. –
Rainiero Cantalamessa «¡Dadles vosotros de comer!»). Con ello Jesús no pide a sus discípulos que hagan milagros. Pide que hagan lo que pueden. Poner en común y compartir lo que cada uno tiene. En aritmética, multiplicación y división son dos operaciones opuestas, pero en este caso son lo mismo. ¡No existe «multiplicación» sin «partición» (o compartir)!
José Antonio Pagola Los bienes de la tierra no han de servir para acrecentar nuestra discordia y mutua explotación sino para crear mayor fraternidad y comunión. La vida no se nos ha dado para hacer dinero sino para hacernos hermanos. La vida consiste en aprender a convivir y a colaborar en la larga marcha de los hombres hacia la fraternidad.
Ruiz de Galarreta decía que «el Reino no es huir de la realidad humana, sino dar pleno sentido a toda realidad humana. Por eso, el Reino no es esencialmente renunciar a nada, sino dirigirlo todo hacia ese fin. Ni poseer, ni casarse, ni trabajar, ni descansar, ni disfrutar, ni esforzarse, ni dimensión humana alguna, está fuera de esta categoría esencial: medios para construir el Reino».
Mamerto Menapache, un monje benedictino: «No tenemos en nuestras manos la solución a los problemas del mundo. Pero, ante los problemas del mundo, tenemos nuestras manos. Que la madrugada nos encuentre sembrando.»
Luis González-Carvajal «Cuando falta la fraternidad, sobra la eucaristía» ().
Follereau «La felicidad es lo único que estamos seguros de poseer cuando buscamos la felicidad de los demás. Hay que crear otras felicidades para ser feliz. Hay que regalar mucho para tener las manos llenas..
CONTO
«Un hombre iba caminando por un bosque y vio a un zorro herido, que evidentemente ya no podría cazar. Un poco más allá, vio a un tigre devorando su presa. Al terminar de comer, el tigre se alejó, dejando atrás las sobras de su festín. El zorro herido se acercó y se alimentó con ellas. El hombre, maravillado de la providencia de Dios hacia todas sus criaturas, decidió experimentarlo en carne propia. Se tendió en su cama y por varios días no fue a trabajar ni se preocupó de sí mismo, confiado en que Dios velaría por él. Pero nada ocurrió. Al cuarto día, el hombre, indignado, increpó al Señor: ¿Cómo es que te ocupas de un zorro del bosque, y a mí me dejas aquí languideciendo? La respuesta de Dios llegó un tiempo después: ¿Por qué te quedas ahí tendido como el pobre zorro?, ¡Insensato! ¡Haz como el tigre!!» El autor del cuento terminaba con una reflexión: un día, por el camino, vio a una niña pobre, harapienta, descalza, sucia, hambrienta. Siguió caminando con el corazón encogido e indignado con Dios… «¿Cómo permites que pasen estas cosas? ¿Cómo no haces nada?» Y Dios le respondió fuerte y claro: «Ya he hecho algo… ¡Te he hecho a ti!»
Tomado de Carola Arrue
CUENTO DE LAS ESTRELLAS DE MAR
Había una vez un escritor que vivía a orillas del mar; una enorme playa virgen donde tenía una casita donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para su libro. Era un hombre inteligente y culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.
Una mañana mientras paseaba a orillas del océano vio a lo lejos una figura que se movía de manera extraña como si estuviera bailando. Al acercarse vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar.
El hombre le preguntó al joven qué estaba haciendo.
Éste le contestó: «Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar; la marea ha bajado demasiado y muchas morirán.»
Dijo entonces el escritor: «Pero esto que haces no tiene sentido, primero es su destino, morirán y serán alimento para otros animales y además hay miles de estrellas en esta playa, nunca tendrás tiempo de salvarlas a todas.»
El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó: «Para ésta… sí tiene sentido.»
Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías
ANÉCDOTA
PAIDARION, en el texto, es un diminutivo: es un chico o quizá un joven esclavo.
P. Felipe Santos SDB
CINCO
“Mesías” podría traducirse como “El que necesitamos más que el comer”.
En la Biblia el número 5 y sus múltiplos son símbolos del Espíritu de Dios que siempre empuja a hacer el bien.
Tomado de Ángel Calvo, En otras palabras
SEÑAL “signo/sêmeion”
Juan nunca usa la palabra milagro. Usa una palabra más humilde: señal. Las acciones de Jesús son la señal de que Dios está presente en nuestro mundo, de que el amor y el poder de Dios están actuando y se nos desafía a ver más allá de la señal, a ver a Dios con un rostro humano y un corazón humano.
Jesús, el signo que señala hacia Dios, fue utilizado por su Padre para saciar el hambre de todos sus hijos e hijas.
Tomado de P. Félix Jiménez
EL PAN
El antiguo pueblo de Israel durante su estancia en el desierto del Sinaí ya consideraba el pan como alimento de la vida. En la Tienda del Encuentro (especie de templo móvil) se ofrecían los Panes de la Proposición sobre una pequeña mesa de oro. Los Panes de la Proposición eran doce, uno por cada una de las tribus de Israel. Estaban colocados en dos montones de seis panes. Sobre estos panes se quemaba incienso como muestra de adoración y agradecimiento a Yahvé. El pan elaborado por los judíos contemporáneos a Jesús no tenía la apariencia de nuestros panes. No era tan esponjoso ni tenía el grosor que actualmente Ɵ ene. Eran panes delgados, en forma de torta circular. Solían medir entre 25-30 centímetros de diámetros y 3-4 milímetros de grosor. La levadura o fermento era un poco de pasta vieja y ácida de la última vez que se amasó. El pan se cocía de varias formas. La más primitiva consistía en colocar la masa cruda de estas tortas sobre ceniza caliente. También existía una «plancha de cocer» hecha de cerámica. Bajo este soporte se colocaba el fuego, en la superficie el pan para ser cocido… Posteriormente se fabricaron los primitivos hornos.
Tomado de Tiempo Interior
¿CUÁNTA COMIDA SE TIRA AL AÑO EN EL MUNDO?
A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares.
Los resultados del estudio sugieren que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1 300 millones de toneladas al año.
A nivel global, aproximadamente el 13,2 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. A ello se suma el hecho de que en torno al 19% de la producción total de alimentos se desperdicia en los hogares, la restauración y el comercio al por menor).
El mundo desperdicia más de 1.000 millones de platos de comida al día – informe de la ONU
Nairobi, 27 de marzo de 2024. Los hogares de todos los continentes desperdiciaron el equivalente a más de 1.000 millones de comidas cada día durante 2022, mientras 783 millones de personas padecían hambre y un tercio de la humanidad atravesaba una situación de inseguridad alimentaria. El desperdicio de alimentos sigue perjudicando la economía mundial y exacerbando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación. Estas son las principales conclusiones de un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
Tomado de Fuentes varias
CHISTE
En cierta ocasión un curilla joven diciendo el sermón se confundió y dijo «Con 5.000 panes y 5.000 peces el Señor dio de comer a 5 hombres», como era joven nadie le dijo nada.
Al año siguiente lo dijo bien «Con cinco panes y dos peces Jesús dio de comer a más de 5.000 hombres». Y desde las últimas filas un guasón salta «Evidentemente, con lo que sobró el año pasado»
– Camarero, oiga ¿este pan es de ayer?
– Si
- ¡Quiero pan que sea de hoy!
– Pues entonces tendrá que venir usted mañana…
POEMA
NO SOLO DE PAN MUERE EL HOMBRE
El hombre muere de saberse animal como los perros,
de ser racional y sentirse vivir en su razón
y saberse condenado a muerte;
de tropezar siempre con la misma piedra
y al final del camino encontrarse un hoyo
para dormir su estiércol.
El hombre muere de querer alcanzar
un cielo de color de aire,
de mirar que al espejo de sus días se le quita la piel
y no encontrar su imagen detrás de los cristales,
de ser un animal racional y vivir de raciones
de amor,
de libertad,
de paz y de belleza.
No sólo de pan muere el hombre.
El hombre muere de no sentirse vivo.
Manuel Pacheco [III,182]
ORACIÓN
LA LIMOSNA
Dame un trozo de paz, Señor, un trozo
de alegría pequeña, unas migajas
luminosas de amor.
Hoy he llegado
hasta tu puerta al fin cansado y pobre
para pedirte luz, para pedirte
tu limosna de paz, de dicha grande
de que estamos tan faltos, (tan mendigo
yo mismo de amor y convivencia
al lado de otros pobres
que lo ignoran u olvidan que lo son
y que ahora suplican en mi verso).
Dame un trozo de sorpresa muy frágil.
Un cestillo de paz y de querencia
para volver de nuevo por mis pasos
e irles repartiendo a los hombres
pan y amor y alegría para poder buscarte.
Valentín Arteaga
MEDITACIÓN
CUENTA LA MADRE TERESA DE CALCUTA:
En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté qué había hecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: «Ellos también tienen hambre». Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir. Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo respondo: “Cuando aprendamos a compartir. Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar”.
Tomado de MSC
CANTO
Papa Francisco Cuidar el Planeta
Jésed – Aquí hay un muchacho