CITA
San Agustín «La fe de los cristianos es la resurrección de Cristo. No es gran cosa creer que Jesús ha muerto; esto lo creen también los paganos; todos lo creen. Lo verdaderamente grande es creer que ha resucitado».
«El Señor pasó de la muerte a la vida, abriéndonos el camino a nosotros, que creemos en la resurrección, para pasar también nosotros de la muerte a la vida»
«En la cruz, ¿fue Cristo el que murió o fue la muerte la que murió en Él? ¡Oh, qué muerte, que mató a la muerte!»
San Josemaría Escrivá “Cristo vive. Ésta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia”.
Papa Francisco “El sentimiento dominante que brota de los relatos evangélicos de la Resurrección es la alegría llena de asombro, ¡pero un asombro grande! ¡La alegría que viene de dentro! ¡Jesús ha resucitado! Dejemos que esta experiencia, impresa en el Evangelio, se imprima también en nuestro corazón y se transparente en nuestra vida. Dejemos que el asombro gozoso del Domingo de Pascua se irradie en los pensamientos, en las miradas, en las actitudes, en los gestos y en las palabras… ¡Ojalá fuésemos así de luminosos! Pero esto no es maquillaje. Viene de dentro, de un corazón inmerso en la fuente de este gozo” (21.IV.2014).
CHISTE
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Llega el esposo a casa después de oír la misa del domingo de resurrección y se dirige a su esposa con una sonrisa, la abraza, la agarra en brazos y recorre con ella toda la casa.
Ella, llena de felicidad, le pregunta:
– ¿Y de qué fue el sermón del cura hoy? ¿Acaso de que los esposos deberían ser más cariñosos con sus esposas?…
Y él le contestó:
– No….¡dijo que debemos cargar nuestra cruz con júbilo y alegría!
ORACIÓN
«Cristo no tiene manos, sólo tiene nuestras manos para hacer hoy su trabajo; Cristo no tiene pies, tiene nuestros pies para dirigirse hoy a los hombres; Cristo no tiene labios, tiene nuestros labios para anunciar hoy el Evangelio. Nosotros somos la única Biblia que aún todos los hombres pueden leer. Nosotros somos la última llamada de Dios, escrita con palabras y con obras».
oración del siglo XVI, que cita Bruno Forte en una de sus obras
CONTO
EL CUENTO DE LA ARAÑA SALVADORA
Se cuenta que una vez un hombre, era perseguido por varios malhechores que querían matarlo. El hombre ingresó a una cueva la cual se subdividía, a su vez, en varias. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores de la que el se encontraba.
Al sentirse atrapado, elevó desesperado una plegaria a Dios, de la siguiente manera: «Dios todopoderoso, haz que dos ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme«». En ese momento escuchó a los hombres acercándose a la cueva en la que él se encontraba, y vio que apareció una arañita.
La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado: «Señor, te pedí ángeles, no una araña». Y continuó: «Señor, por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme». Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada, y observo a la arañita tejiendo la telaraña. Estaban ya los malhechores ingresando en la cueva anterior de la que se encontraba el hombre y este quedó aterrado esperando su muerte.
Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva que se encontraba el hombre, ya la arañita había tapado toda la entrada, entonces se escuchó que uno de ellos decía: «Vamos, entremos a esta cueva». Pero otro de ellos le contestó: «No. No ves que hasta hay telarañas. Se ve que nadie ha entrado en esta cueva por años. Sigamos buscando en las demás cuevas».
En ocasiones esperamos que la respuesta de Dios sea según nuestro pobre pensar, olvidándonos de que Dios es infinitamente más sabio y poderoso. Pensemos cómo es nuestra oración al Señor.
El Papa Benedicto nos exhorta a sentirnos en presencia de Dios: «Que nadie cierre el corazón a la omnipotencia de este amor redentor. Jesucristo ha muerto y resucitado por todos: ¡Él es nuestra esperanza! Esperanza verdadera para cada ser humano. Hoy… Jesús resucitado nos envía también a todas partes como testigos de su esperanza y nos garantiza: Yo estoy siempre con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20)»
ANÉCDOTA
Se cuenta de Julien Green que, cuando comenzaba a rondarle en la cabeza la idea de la conversión, solía colocarse a la puerta de las iglesias para ver los rostros de los que de ella salían y, al contemplar sus caras, pensaba: si ahí se encuentran con Dios, y si ahí asisten a la muerte y resurrección de Jesucristo, tendrían que salir con rostros alegres, serenos, luminosos. Y se preguntaba: ¿dónde dejaron la alegría de la Pascua?
Se cuenta que Santo Tomás de Aquino, cada año en esta fiesta, aconsejaba a sus oyentes que no dejaran de felicitar a la Virgen por la Resurrección de su Hijo.
Fr. J. F. P., Vida y misericordia de la Santísima Virgen, según los textos de Santo Tomás de Aquino, Segovia 1935, pp. 181-182.
“TE HARÉ FUSILAR EL VIERNES…”
Durante la revolución francesa un tal Larevelliére se presentó a Napoleón para persuadirle que le apoyase en el propósito de fundar una nueva religión. “Estoy dispuesto a ayudarte” respondió Napoleón, “pero, para sustituir el cristianismo por otra religión, será necesario que tú presentes argumentos convincentes en favor de ella. Por eso, hagamos así: viernes próximo por la tarde yo te haré fusilar y tú el domingo siguiente, por la mañana, resucitarás y volverás a verme. Podremos así ponernos de acuerdo.
TUMBAS FAMOSAS
Son famosas las pirámides egipcias porque contienen los cuerpos momificados de los antiguos potentados egipcios. La Abadía de Westminster, en la ciudad de Londres, Inglaterra, es renombrada porque en ella descansan los restos de los nobles y notabilidades inglesas. El cementerio de Arlington en la ciudad de Washington, Distrito de Columbia, EE. UU. Es reverenciado porque es el honroso lugar donde descansan los restos de muchos americanos prominentes. Entre la tumba de Cristo y estos lugares que se acaban de mencionar existe una diferencia tan grande como la que existe entre la noche y el día. Estos lugares son famosos y atraen visitantes de cerca y de lejos por lo que contienen; mientras que la tumba de Cristo es famosa por lo que NO CONTIENE.
Tomado de Ilustraciones para predicar
CANTO
En Mi Getsemaní
VENRES SANTO
Noche
SÁBADO SANTO
-Canción de la Resurrección, Valiván: