CITA
« ¿Por qué tú condenas a tu hermano?, o ¿por qué tú desprecias a tu hermano, cuando todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo? »
Rm 14,10.
«Su pecado escribiste en tierra, ellos en piedra»
S.Son
Proverbio indio: “Antes de juzgar a una persona camina tres lunas sobre sus zapatos”.
Cicerón, Gran descanso es estar libre de culpa.
Séneca, Si queremos ser unos jueces justos en todo, esto es lo primero que nos debe convencer: nadie de nosotros está exento.
S. Agustín, «Unicamente quedaron dos, la miseria y la misericordia” (in Joannem, tract. 33,5-6 [PL 35,1650]).
Si (el mal ajeno) es dudoso, puedes lícitamente tomar precauciones contra él, por si es cierto; pero no debos condenarle como si ya fuera cierto (Coment. sobre el Salmo 147,16).
«El Señor condena el pecado, no al pecador. En efecto, si hubiera tolerado el pecado, habría dicho: «Tampoco yo te condeno; vete y vive como quieras… Por grandes que sean tus pecados, yo te libraré de todo castigo y de todo sufrimiento». Pero no dijo eso» (In Io. Ev. tract. 33, 6).
San Bernardo: La culpa no está en el sentimiento, sino en el consentimiento. ()
San Felipe Neri sed buenos si podéis.
Ignacio de Loyola, Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo, que a condenarla; y si no la puede salvar, inquirirá cómo la entiende, y si mal la entiende, corríjale con amor; y si no basta, busque todos los medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve (S. Ignacio de Loyola, ex. spir. 22).
San Francisco de Sales, Cuando oigas hablar mal, suspende el juicio, si puedes hacerlo con justicia; si no, excusa la intención del acusado; si ni aun esto pudieres, muestra compasión de el, y muda la conversación, teniendo presente y recordando a los demás que los que no caen en faltas deben esta gracia a Dios solo; procura hacer con suavidad que el maldiciente entre en si,y di alguna otra cosa buena de la persona ofendida, si la sabes (Introd. a la vida devota,3,29).
San Josemaría Escriva de Balaguer, Que los tropiezos y derrotas no nos aparten ya más de El. Viacrucis, VII estación.
Santa Teresa de Calcuta Si juzgas a alguien, no tienes tiempo para amarle.
Catecismo, 545 Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: «No he venido a llamar a justos sino a pecadores» (Mc 2, 17; cf. 1 Tim 1, 15). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos (cf. Lc 15, 11-32) y la inmensa «alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta» (Lc 15, 7). La prueba suprema de este amor será el sacrificio de su propia vida «para remisión de los pecados» (Mt 26, 28).
982: No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda perdonar. «No hay nadie, tan perverso y tan culpable, que no deba esperar con confianza su perdón siempre que su arrepentimiento sea sincero» (Catecismo Romano). Cristo, que ha muerto por todos los hombres, quiere que, en su Iglesia, estén siempre abiertas las puertas del perdón a cualquiera que vuelva del pecado.
2380, El adulterio. “Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque ocasional, cometen un adulterio”. Cristo condena incluso el deseo del adulterio. El sexto mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio. Los profetas denuncian su gravedad; ven en el adulterio la imagen del pecado de idolatría.
2381 El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete el bien de la generación humana y de los hijos, que necesitan la unión estable de los padres.
San Juan Pablo II Cristo vino para buscar, encontrar y salvar al hombre entero. Como condición para la salvación, Jesús exige la fe, con la que el hombre se abandona plenamente a Dios, que actúa en él. Audiencia General (09-08-2000)
Benedicto XVI “Perder la conciencia del pecado comporta siempre también una cierta superficialidad en la forma de comprender el amor mismo de Dios” (Sacramentum Caritatis, No.20)
Papa Francisco: «Dios perdona no con un decreto sino con una caricia». (7 de abril de 2014)
No le dice: “¡El adulterio no es pecado!” Pero no la condena con la ley. Y éste es el misterio de la misericordia de Jesús. La misericordia es algo difícil de entender
Dabar, «Un código puede conseguir que una adúltera muera, sólo un Jesús puede conseguir que una adúltera empiece a vivir». 1983, 20.
Baltasar Gracián Errar es humano, pero echarle la culpa a los demás es más humano todavía. ()
Francisco de Quevedo y Villegas Las culpas de la casa ajena todas las creemos: las de la propia las ven pocos, porque tienen en sus ojos todas las vigas de sus techos.
Pagola, «Lo que la mujer adúltera necesitaba no eran piedras, sino una mano amiga que la ayudara a levantarse»
Ruiz de Galarreta «En este mundo no hay justos y pecadores, sino solo pecadores necesitados de Dios y amados por Él».
Mauriac No levanta la vista para no avergonzar a la acusada.
Tomás Muro, «Nosotros creemos que Dios nos perdona porque nosotros nos hemos arrepentido. Más bien Dios nos perdona siempre y su perdón es anterior a nuestro arrepentimiento. Su perdón posibilita que nos arrepintamos»
Nos diluimos en la masa, en el pelotón de ejecución, en tirar nuestra piedra “anónimamente”
Enrique Martínez Lozano, Uno de los signos más claros de la genuina espiritualidad es la ausencia de juicio.
Paloma Sánchez-Garnica, «Fácil es juzgar y opinar, incluso criticar y hasta condenar el actuar del otro desde la cómoda barrera de tu propia existencia». Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido.
Simone Weil «Una de las verdades fundamentales del cristianismo, verdad con demasiada frecuencia desconocida, es ésta: lo que salva es la mirada».
A, Baggio «Mírame… para que yo sepa que existo» ().
«Te reconozco el derecho de ser lo que eres. Deseo que seas todo lo que puedes ser»
CONTO
CUENTO DE LA ARENA Y LA PIEDRA
Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena: «Mi mejor amigo me dio hoy una bofetada».
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de recuperarse, escribió en una piedra: «Mi mejor amigo me salvó hoy la vida».
El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó: «Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Por qué?». El otro amigo le respondió: «Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo.»
Aprende a escribir tus heridas en la arena y grabar en piedra tus venturas.
Tomado de Ixcis
ANÉCDOTA
EL INFORME SOBRE ESCLAVITUD MODERNA
Publicado por el Indice Mundial de Esclavitud hablaba, en 2016, de 8400 esclavos en España. De ellos, la mayoría son mujeres subsaharianas -especialmente nigerianas- que sufren la trata de blancas para ser explotadas en el servicio doméstico o la explotación sexual comercial.
Tomado de Pastoral Sj
DESDE EL AÑO TREINTA DE NUESTRA ERA
Parece ser que los romanos habían retirado al sanedrín judío el derecho a ejecutar la pena de muerte. Fariseos y letrados quieren meter a Jesús en un aprieto: si perdona y defiende a la mujer, se pone en contra de la ley mosaica; si manda que la apredreen, se declara contra los romanos. Jesús irá a la raíz del problema y dejará que cada uno actúe en consecuencia.
Tomado de R. J. García Avilés, Llamados a ser libres, «Para que seáis hijos». Ciclo C. Ediciones El Almendro, Córdoba 1991
PUESTA EN ESCENA
Se está en los días de la fiestas de los Tabernáculos (Jua_7:1.14; Jua_8:2.12). Cristo tenía costumbre de retirarse, cuando estaba en Jerusalén, a pasar la noche al monte de los Olivos (Mat_24:3; Mat_26:30 par.) y especialmente pernoctaba en Getsemaní (Jua_18:2). — Pero ya muy de mañana volvió otra vez al templo, para aprovechar el concurso de los peregrinos y enseñar. La frase de “todo el pueblo venía a El” es más de Lc que de Jn (Luc_21:37.38), y es una forma redonda de hablar del gran concurso de gentes que le escuchaban. Esta misma afluencia es una clara indicación de ser uno de los días festivos.
Cristo estaba en uno de los atrios del templo y enseñaba a las gentes estando “sentado.” No pretende decir el evangelista que estuviese sentado en las cátedras de los doctores, sino en uno de los escaños o pequeña alfombra en donde se sentaban los discípulos oyentes (Luc_2:46; Hec_22:3); y, aunque éste era el modo ordinario de enseñar allí, esta precisión mira, sin duda, a participar lo que se describe en el v.6: que Cristo escribía con su dedo en tierra.
Tomado de Manuel de Tuya
LAPIDACIÓN
La lapidación consistía en una forma espontánea de pena de muerte que se dio en todo el Oriente Medio y en Grecia. Tenía lugar en las afueras de la ciudad. Si había algún lugar elevado, se precipitaba desde allí al condenado. Si éste no moría de la caída, se le remataba golpeándole con una piedra muy pesada en el tórax, sobre el corazón. Luego colaboraban todos ritualmente, cubriendo al condenado de piedras. Las primeras piedras eran lanzadas por los testigos de la acusación. La tumba del ejecutado de esta forma, también quedaba cubierta de piedras para escarnio perpetuo.
Tomado de Tiempo Interior
CHISTE
PERDONADO Y OLVIDADO
«¿Por qué no dejas nunca de hablar de mis pasados errores?», le preguntó el marido a su mujer. «Yo pensaba que habías perdonado y olvidado».
«Y es cierto. He perdonado y olvidado», respondió la mujer. «Pero quiero estar segura de que tú no olvides que yo he perdonado y olvidado».
POEMA
“…Un condenado de amor
que nos amó de tal suerte,
que nos dio vida en su muerte
y esperanza en su dolor;
… un generoso Señor
que para todos tenía
una palabra de miel,
y a los parias atendía
y a los niños les decía
que se acercasen a Él;
¡… un Dios que en la Cruz clavados
tiene ya por los pecados
de todos los pecadores,
de tanto abrirlos de amores
los brazos descoyuntados!”.
Pemán en El divino impaciente
ORACIÓN
AYÚDAME SEÑOR
“Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos
para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo
y acuda a ayudarle.
Ayúdame Señor, a que mis oídos sean misericordiosos
para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo
y no sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame Señor, a que mi lengua sea misericordiosa
para que jamás critique a mi prójimo
sino que tenga una palabra de consuelo
y de perdón para todos”.
(Sor Faustina Kowalska)
MEDITACIÓN
JUZGAR
Si de tu padre siempre encontraste la mano,
si a tu madre nunca buscaste en vano;
si nunca padeciste hambre,
ni la miseria fue tu compañera..
No tires la primera piedra.
Si nunca sufriste la injusticia
de insultos, condenas y malicias;
si nunca fuiste humillado,
ni en soledad mil veces has llorado..
No tires la primera piedra.
Si nunca has conocida la locura,
ni estuviste sediento de ternura,
ni buscado en el fondo de un vaso
la forma de olvidarte de un fracaso…
No tires la primera piedra.
Si nunca has contenido un sollozo
tumbado en el rincón de un calabozo;
si nunca te tuviste que bajar
sin tan siquiera tener derecho a hablar…
No tires la primera piedra.
Pastoral Penitencial Francesa
Tomado de Mercaba
CANTO
Verónica Sanfilippo – Hija De Dios
VIDEO
Descubre por qué NO debemos JUZGAR [Marian Rojas 2023]