CITAS
Maestro Eckhart “Mi suelo y el suelo de Dios son el mismo suelo”
San Aelredo de Rielvaux “Emmanuel, que quiere decir ‘Dios con nosotros’”, ¡Sí, Dios con nosotros! Hasta entonces se había dicho “Dios está por encima de nosotros”, “Dios frente a nosotros”, pero hoy es el “Emmanuel”. Hoy es Dios con nosotros en nuestra naturaleza, con nosotros en su gracia; con nosotros en nuestra debilidad, con nosotros en su bondad; con nosotros en nuestra miseria, con nosotros en su misericordia; con nosotros por amor, con nosotros por lazos de familia; con nosotros por su ternura, con nosotros por su compasión… (Sermón para la Anunciación)
Miguel de Molinos, místico turolense escribía en el siglo XVII: “Tres maneras hay de silencio. El primero es de palabras; el segundo, de deseos, y el tercero, de pensamiento… No hablando, no deseando, no pensando…, se oye la interior y divina voz; se le comunica la más alta y perfecta sabiduría”.
Catecismo, 499: La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo «lejos de disminuir consagró la integridad virginal» de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la «Aeiparthenos», la «siempre-virgen».
San Juan Pablo II, «el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino por el contrario, una plenitud de fe que lleva en su corazón, y guía cada uno de sus pensamientos y cada una de sus acciones. Un silencio gracias al cual José, al unísono con María, conserva la Palabra de Dios, conocida a través de las Santas Escrituras, confrontándolas permanentemente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración continua, de bendición del Señor, de adoración de su voluntad y de confianza absoluta en su providencia.
¡Dejémonos «contaminar» por el silencio de san José! Tenemos necesidad de ello en un mundo a menudo tan ruidoso que no favorece en absoluto el recogimiento y la escucha de la voz de Dios. En este tiempo de preparación a la Navidad, cultivemos el recogimiento interior, para acoger y conservar a Jesús en nuestra vida.
Dios-con-nosotros, el Emmanuel: quien le conoce, conoce a Dios; quien le ve, ve a Dios; quien le sigue, sigue a Dios; quien se une a Él está unido a Dios. En Jesús, nacido en Belén, Dios se apropia la condición humana y se hace accesible, estableciendo una alianza con el hombre
Se puede definir a José un auténtico hombre de fe, como su esposa María. La fe conjuga justicia y oración, y esta es la actitud más adecuada para encontrar al Emmanuel, al «Dios con nosotros». Ángelus del Domingo 23 de diciembre de 2001
Papa Francisco: «A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia. Muchas veces ocurren hechos en nuestra vida cuyo significado no entendemos. Nuestra primera reacción es a menudo de decepción y rebelión. José deja de lado sus razonamientos para dar paso a lo que acontece y, por más misterioso que le parezca, lo acoge, asume la responsabilidad y se reconcilia con su propia historia» Carta apostólica S. José, Patris Corde
CONTOS
LAS SIETE MARAVILLAS
Un grupo de estudiantes de Geografía, estudiaban las Siete Maravillas del Mundo. Al término de la clase, se les pidió que hicieran una lista de las que ellos consideraban las Siete Maravillas del Mundo, en el día de hoy. A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:
Las pirámides de Egipto…
El Taj Mahal de la india…
El gran cañón de Arizona…
El canal de panamá…
El Empire State de Nueva York…
La Basílica de san Pedro en roma…
La muralla china…
Mientras votaban, el maestro notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía algún problema para hacer su elección.
La joven tímidamente respondió: Sí, un poco; no puedo decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro, le dijo:
-Bueno, dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.
-Creo que las Siete Maravillas, más importantes de este mundo son:
Poder tocar…
Poder saborear…
Poder ver…
Poder escuchar…
Poder sentir…
Poder reír…
Poder amar.
Al terminar de leerlas, todos los presentes quedaron en un absoluto silencio, nadie supo qué contestar.
Tomado de Alejandro Illescas
EL SUEÑO DE LA VIRGEN MARÍA
Tuve un sueño, José, y realmente no lo puedo comprender, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro hijo. La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación , decoraban las casas, compraban ropa nueva, salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era un tanto extraño, ya que los regalos no eran para nuestro hijo; los envolvían en vistosos papeles y los ataban con preciosos lazos y todo lo colocaban debajo de un árbol. Sí, un árbol José.
Dentro de sus casas, esta gente había decorado el árbol y las ramas estaban llenas de adornos brillantes y había una figura en lo alto del árbol, me parecía que era un ángel, era realmente hermoso. Luego vi una mesa espléndidamente servida, con platillos deliciosos, y muchos vinos, todo se veía exquisito y todos estábamos invitados.
Toda la gente se veía feliz, sonriente y emocionada por los regalos que se intercambiaban unos a otros, pero, sabes José, no quedaba ningún regalo para nuestro hijo, me daba la impresión de que nadie lo conocía porque nunca mencionaron su nombre.
¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan y que da la impresión de que no lo conocen?
Tuve la extraña sensación de que si nuestro hijo hubiera entrado a esos hogares, para la celebración hubiera sido solamente un intruso.
Todo se veía tan hermoso y la gente se veía feliz, pero yo sentía enormes deseos de llorar, porque nuestro hijo era ignorado por casi toda esa gente que lo celebraba.
¡Qué tristeza para Jesús, no ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños!
Estoy contenta porque solo fue un sueño, pero ¡qué terrible sería si esto se convirtiera en realidad!
Web Católico de Javier
MEDITACIÓN
Tengo que nacer del agua y del Espíritu.
Nadie puede hacerlo por mí; ni siquiera el mismo Dios.
El Espíritu ya está dentro de mí.
Mi tarea es darle a luz; es decir, tomar conciencia de esa realidad y manifestarla en mi vida, para que la descubran los demás.
Ese proceso me llevará a la plenitud humana.
Fray Marcos
ANÉCDOTA
Hace años leí en un periódico las manifestaciones de una actriz, Jane Fonda. Las he recordado al preparar este punto que acabo de señalar. Decía así: “Yo me arrepiento de dos cosas y una de ellas es la de no haber cuidado de mi vida interior antes. Pero más vale tarde que nunca. Ahora tengo una necesidad de búsqueda espiritual, de rezar, de sentir a Dios en mi hombro. Y en ese camino estoy. Soy una buscadora nata. Para que la vida sea de verdad vida, necesitas saber que creces hasta el final. Si de algo estoy orgullosa es de haber mantenido la curiosidad y la apertura de espíritu toda mi vida”.
CHISTE
Una mujer, al despertarse por la mañana, le dijo a su marido: He tenido un sueño maravilloso. Soñaba que era la víspera de Navidad y que me regalabas un collar de perlas. ¿Qué crees que puede significar ese sueño?
Su marido le contestó: Lo sabrás el día de Navidad.
A la mañana siguiente se dirigió a su marido y le dijo otra vez: Acabo de soñar que me regalabas un collar maravilloso para Navidad. ¿Qué crees que puede significar?
Lo sabrás mañana, le contestó el marido.
Por tercera vez, la mujer se despertó, sonrió a su marido y le dijo: Acabo de soñar que me regalabas un collar de perlas maravilloso. ¿Qué crees que puede significar?
Su marido sonrió y le dijo: Lo sabrás esta noche.
Cuando su marido regresó aquella noche llevaba un paquete envuelto en papel dorado y se lo dio a su mujer. Ésta lo abrió con mucho cuidado y encontró un libro que se titulaba: “El significado de los sueños”.
CANCIÓN
«Creo, sencillamente, quiero disfrutar de la serenidad del creer. Desligar el creer del sentir.
Creo, mi Dios y basta, te creo en tus misterios sin entenderlos, te creo en mí y en el pan blanco.
En el prójimo y en la creación.
Sin verte en ningún lado.
Creo, Señor, sencillamente porque creer es confiar y cómo me gusta creerte sintiendo dudas.
Creo, sencillamente. Digo que eres amor.
Escucho que soy tu amado.
No siento y qué más da. Te quiero y eso basta.
Amo, Señor, sencillamente. Porque amar es
entregarse.
Y cómo me gusta amarte estando frío.
Espero en tu palabra.
Vivo en tu promesa.
Gozo en ti.
Lo que aún me falta.
Espero Señor, sencillamente.
Porque esperar es descansar.
Y cómo me gusta esperarte sintiendo miedo».
De la canción “Sencillamente” grupo HAKUNA
ORACIÓN
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARIA!
Para que Dios nazca en nosotros sin pedir nada a cambio
y, sea nuestro corazón,
una cálida cuna donde Jesús encuentre cobijo y consuelo.
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARIA!
Para que, en estas horas de santa tensión,
donde el cielo y la tierra juegan a juntarse
podamos también nosotros hambrear
el manjar de Amor que se sirve en Belén.
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARIA!
Queremos que, Tú, seas una puerta
por la que podamos entrar
y disfrutar del Misterio de Dios humanado.
Una puerta que, cuando se abra desde fuera
entendamos y comprendamos
que es Dios quien lo hace desde dentro
que es Dios quien tira desde el cielo.
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARIA!
Para que no vacilemos ni en el amor ni en la fe
Para que nos pongamos en camino hacia Aquel que viene
Para que seamos heraldos de la Buena Noticia
Para que, el Niño que quiere salir de tus entrañas,
encuentre aquí y ahora
hermanos que le amen, le ayuden y le sigan
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARIA!
Para que Dios esté pronto con nosotros
Para que nosotros, pronto estemos con El
Para que creamos, aun sin ver
Para que aún sin ver, creamos por encima de todo
¡DÁNOS TU CONFIANZA, MARÍA!
Sólo así, podremos vivir, celebrar
cantar y festejar el encanto de la Navidad.
Tomado de Javier Leoz
CANTO
Emmanuel Veronica Sanfilippo
CANCIÓN DE ADVENTO E NADAL
Oh ven Emanuel – Alfarero