E Algo + no 4º Domingo de Pascua

CITA

“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”

Gregorio de Nisa Este pastor modelo se te ofrece como alimento, tienda, camino, guía, todo, y oportunamente distribuye su gracia en cualquier necesidad. Sermón sobre la ascensión de Cristo : PG 46, 690-691

Agustín “¡Retornen a su corazón! ¿Adónde quieren ir lejos de ustedes mismos? ¿Por dónde vagabundean? Retornen a su corazón: en lo íntimo del hombre vive Cristo” (san Agustín, Tract. in Jo. 18,10).

Hermana Elisabetta della Trinita: “Encontré el cielo en la tierra, porque el cielo es Dios y Dios está en mi alma”.

Francisco de Asís “¡Es tan grande el bien que espero que cualquier pena me deleita!”

San Juan Pablo II, Todos nosotros nos alegramos, de ser «su pueblo y ovejas de su rebaño». Nos alegramos y proclamamos «las grandezas de Dios» (Act 2, 11). Homilía (27-04-1980)

Benedicto XVI, “Quisiera decir a todos insistentemente: abrid vuestro corazón a Dios, dejad sorprenderos por Cristo. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo, dejando que Él ilumine con su luz vuestra mente y acaricie con su gracia vuestro corazón”

Francisco, En estos cuatro versículos está todo el mensaje de Jesús, está el núcleo central de su Evangelio: Él nos llama a participar en su relación con el Padre, y ésta es la vida eterna. Regina Caeli (21-04-2013)

Christus vivit, 290 “antes de toda ley y de todo deber, lo que Jesús nos propone es un seguimiento como el de los amigos que se siguen y se buscan y se encuentran por pura amistad. Todo lo demás viene después”.

Hans Urs von Balthasar A las ovejas de Jesús, a las que él conoce y que le siguen, se les asegura por tres veces su definitiva pertenencia a él y al Padre. Y esto porque ellas ya ahora han recibido por anticipado «vida eterna». Porque lo que Jesús nos da aquí abajo con su vida, su pasión, su resurrección, su Iglesia y sus sacramentos, es ya vida eterna. Comentarios a las lecturas dominicales (A, B y C). Encuentro, Madrid, 1994

Vivimos en el mejor de los mundos (Leibniz)

Schillebeeckx: “Si pudiera quitar de mí lo que hay de mí, quedaría Dios; si pudiera quitar de mí lo que hay de Dios, quedaría nada”.

El cielo es el único bien que está al alcance de todas las fortunas. Autor desconocido

Nelson Mandela Un líder es como un pastor que permanece detrás del rebaño y permite que los más ágiles vayan por delante, tras lo cual, los demás los siguen sin darse cuenta de que en todo momento están siendo dirigidos desde detrás. «El largo camino hacia la libertad«

Tiberio Un buen pastor esquila sus ovejas, no las despelleja.

Paulo Coelho Exigía mucha paciencia, pero ésta es la primera virtud que un pastor aprende. «El Alquimista»

Ana María Matute No todo el mundo sirve para pastor. Hay que tener un extraño y vivo amor a la soledad, y ese sexto sentido que avisa del peligro, del lobo, de la tormenta. «El río«

Simon & Garfunkel Puente sobre aguas turbulentas

Cuando estés abrumado

y te sientas insignificante,

cuando haya lágrimas en tus ojos,

yo las secaré todas;

estoy a tu lado.

Cuando las circunstancias

sean adversas

y no encuentres amigos,

como un puente

sobre aguas turbulentas,

yo me desplegaré…

Como un puente sobre aguas turbulentas,

yo me desplegaré.

Cuando te sientas deprimido y extraño,

cuando te encuentres perdido,

cuando la noche caiga sin piedad,

yo te consolaré,

yo estaré a tu lado.

Cuando llegue la oscuridad

como un puente… ¡me desplegaré! y te envuelvan las penas…

como un puente sobre aguas turbulentas

yo me desplegaré.

CHISTE

Estaba un pastor apacentando sus ovejas cuando pasó por allí un individuo que le dijo: «¡Hermoso rebaño de ovejas, sí señor! A propósito, ¿puedo hacerle una pregunta?» «Las que usted quiera», dijo el pastor. «¿Cuánto diría usted que andan sus ovejas cada día?», le preguntó. «¿Las blancas o las negras?»

«Las blancas». «Bueno, pues las blancas andarán unos seis kilómetros al día” «¿y las negras?» «Las negras también.»

«¿y cuánta hierba diría usted que comen cada día?» «¿Las blancas o las negras?» «Las blancas».

«Bueno, pues las blancas comerán unos dos kilos de hierba al día” «¿y las negras?» «Las negras también». «¿y cuánta lana diría usted que dan al año?» «¿Las blancas o las negras?» «Las blancas”

«Bueno, pues yo diría que las blancas, cuando llega el momento de esquilarlas, darán unos tres kilos de lana al año” «¿y las negras?» «Las negras también.»

El individuo estaba intrigado: «¿Puedo preguntarle por qué, a cada una de mis preguntas acerca de las ovejas, insiste usted en distinguir las blancas de las negras, si resulta que no se diferencian más que en el color?» «Bueno, verá usted», dijo el pastor, «es que las blancas son mías, ¿comprende?» “¡Ah, ya! ¿y las negras?» «Las negras también.»

El ser humano hace absurdas distinciones en lo que para el Amor es una sola cosa.

Tomado de “La oración de la rana”

DIOS Y LAS OVEJAS

Pepito estaba cuidando  las ovejas y llego el cura  le dice:

– hijo mío ya va a empezar la misa, ¿por qué no vienes?

Y Pepito responde: -es que tengo que cuidar a las ovejas.

         No te preocupes -dijo el sacerdote- Dios estará con ellas.

Llegan a la iglesia y el cura dice: hermanos míos Dios está con nosotros. Y Pepito muy enojado grita: “mentiroso, usted dijo que El quedaba junto a mis ovejas!”

SABIDURÍA DE UN PASTOR

Un científico se trasladaba de viaje en un tren de Madrid a Asturias. En el compartimento se encontraba una segunda persona, un pastor de ovejas que iba a visitar a su abuela enferma. El científico, tras unas horas de viaje, le dice al pastor: “Buen hombre, este viaje se me está haciendo un poco largo y aburrido. ¿Querría usted participar en un juego de apuestas?” “Usted dirá” – le dice el pastor. “Estupendo”, continuó el científico. “El juego tiene estas reglas: yo le hago una pregunta y si usted no la responde me da 10 euros. Luego usted hace lo propio, y si yo no la respondo le doy los correspondientes 10 euros, ¿le parece?”

El pastor reflexionó entonces: “Mire, soy una persona de pueblo y no muy culta y usted se le ve que es una persona inteligente y de ciudad. Estaría en desventaja, no lo veo muy claro.” “Tiene usted toda la razón”, replicó el científico. “Está bien, haremos otra cosa. Yo le hago una pregunta y si usted no la responde me da 10 euros. Luego usted me hace otra pregunta y si yo no la respondo le doy 200 euros. ¿Le parece justo de esta forma?” “Eso está mejor”, dijo el pastor.

Comienza el científico a jugar: “¿Cuál es la combinación química del acero compuesto?” El pastor rápidamente mete la mano en su bolsillo y le entrega los 10 euros. Turno del pastor: “¿Cuál es el animal que camina con tres patas, pero que corre con dos?” Tras unos minutos de larga reflexión, el científico, se saca los 200 euros y se los da al pastor. “Y ahora, dígame, ¿cuál es ese dichoso animalito?” El pastor introduce su mano en el bolsillo y le da otros 10 euros.

ORACIÓN

Willigis Jäger, en su obra Sabiduría eterna.

NOSOTROS SOMOS NUESTROS PENSAMIENTOS

Todas las cosas y todos los seres vivientes,

también los hombres,

consisten en la nada pura y originaria.

Somos una forma de la nada,

Como un anillo de oro es la forma del oro.

El anillo no es el oro, ni el oro es el anillo.

Como anillo de oro son uno.

El oro le da la existencia,

pero permanece intacto en ello.

Así, hombres, animales, árboles,

flores, piedras, agua, montañas, planetas,

lunas, soles, nebulosas,

nosotros mismos, nuestros sentimientos,

pensamientos e intenciones,

existen a partir de lo Uno.

Lo Uno permanece intacto de ello.

Lo Uno es como un apellido.

Todos somos de esa “única familia”.

CONTO

SANDALIAS DE PASTOR

Un día el dueño de la Zapatería reunió a todos los zapatos y les preguntó qué tipo de pie ellos querían calzar.

El par de zapatos más caro de la tienda tomó la palabra y dijo: “yo aspiro a ponerme en los pies de un rey para que todo el mundo me haga reverencias y los súbditos me lleven de un lado a otro vestido de oro y perlas finas”.

“Nosotros quisiéramos estar en los pies de un corredor olímpico –gritaron unos tenis mientras hacían ejercicio– para entrar los primeros en la meta, recibir la medalla de oro y ser aclamados por todo un estadio”.

“Nosotros anhelamos vestir los pies de una modelo en la pasarela –dijeron desde el escaparate unos zapatos de taco alto– para caminar sobre alfombras lindas y suaves, y lucir siempre bellos”.

“Nuestro deseo sería cubrir los pies de un pastor –dijeron unas sandalias desde el fondo de la Zapatería– porque sabemos que las ovejas nos seguirán no por nuestra riqueza, belleza, fama o poder, sino por el cariño y el amor que tienen al pastor”.

Tomado de elcuentodecadadomingo

CONOCEN SU VOZ

Cuentan que un pastor fue arrestado por haber robado una oveja. Él juraba que era inocente, que la oveja era suya y que hacía días que la había echado en falta.

Cuando el caso fue llevado ante juez, éste perplejo, no sabía cómo resolver el caso. Finalmente decidió que trajeran la oveja a la sala y mandó al acusador que saliera de la sala y llamara a su oveja.

La oveja no respondió a su voz, sólo levantaba la cabeza asustada.

El juez mandó luego salir al acusado y cuando éste comenzó a hacer su llamada habitual la oveja saltó y corrió hacia la puerta. Estaba claro que la oveja conocía la voz de su dueño.

Su oveja, dijo el juez, lo conoce. Con sabiduría salomónica declaró el caso cerrado.

Después de una elegante cena en una mansión de Hollywood, un famoso artista entretenía a sus invitados recitando textos de poetas.

Al final de la velada aceptó una última petición. Un sacerdote tímido y mayor le preguntó si sabía el salmo 23. Sí, lo conozco, pero lo diré con una condición que cuando yo termine lo diga usted también. El sacerdote se asustó, pero aceptó.

Cuando el actor terminó: «El Señor es mi pastor nada me puede faltar»… los invitados aplaudieron a rabiar y luego empezó el sacerdote. Éste dijo las mismas palabras, pero esta vez no hubo aplausos, sólo un contenido silencio y alguna lágrima en los ojos.

El actor saboreó el silencio unos minutos y se levantó. Señores y señoras, dijo, espero hayan comprendido lo que pasó aquí y ahora.

Yo conozco las palabras del salmo, pero este sacerdote conoce al pastor.

Tomado de P. Félix Jiménez

ANÉCDOTA

  La   historia de un perro pastor llamado Piqué se ha hecho viral. Tal como cuenta la Guardia municipal de Fogás de Tordera (Barcelona) a través de su cuenta de Twitter, este animal persiguió por la autopista al camión que llevaba a las ovejas a las que había cuidado desde siempre al matadero.

    «Piqué, así se llama el perrito, se había metido en la autopista y los compañeros de mantenimiento realizaron un buen trabajo y lo pudieron recuperar sin daños ni para él ni para los conductores», recoge la publicación. «Lo que no habíamos sabido hasta ahora es que detrás había una historia entrañable, y es que el perrito perseguía al camión de las ovejas que siempre había protegido cuando se las llevaban al matadero».

    Así, tal como cuenta la Guardia municipal, los agentes habían rescatado a un perro de la autopista, pero no han conocido hasta ahora el motivo por el que Piqué se puso a correr detrás del camión, algo que afortunadamente no acabó en desgracia.

https://www.abc.es/sociedad/mascotas/abci-pique-perro-pastor-persiguio-autopista-camion-llevaba-ovejas-matadero-201903101815_noticia.html

-¡PUES SI NO OYES, TE INCLINAS!

Siendo obispo auxiliar a principios de los años sesenta, durante una de las visitas pastorales a un pueblo de la diócesis de Cracovia, un niño le saludó dándole un pequeño discurso de bienvenida, como era costumbre.

Wojtyła le dijo que hablara un poco más alto pues no le oía, y el chaval le espetó gritándole a viva voz:

-¡Pues si no oyes, te inclinas!

Hubo consternación entre los asistentes. Wojtyla se inclinó y escuchó con atención lo que le decía y después durante la homilía comentó:

-Uno de los más pequeños de vuestra comunidad parroquial ya al principio de nuestro encuentro me ha recordado que debo inclinarme para escuchar lo que quiere decirme. Sí, yo ahora en mi servicio pastoral me inclino ante vosotros…

(“Dos Papas santos. Juan XXIII-Juan Pablo II”. Darío Chimeno y José María Navalpotro. Ed. Palabra)

En ciertos países de Europa, las ovejas se crían especialmente por la carne; en Israel se criaban sobre todo por la lana y la leche. Por ello permanecían años y años en compañía del pastor, quien acaba por conocer el carácter de cada una y llamarla con algún afectuoso apodo.

Tomado de Rainiero Cantalamessa

LIDERAZGO

La ballena Humphrey, llamada así por los científicos, estaba metida en problemas según el entender de los técnicos. Se había metido por la boca del río San Joaquín y nadando río arriba estaba ya en aguas dulces. Necesitaba regresar cuanto antes al océano.

La pregunta era, ¿cómo se puede dirigir a una ballena de toneladas? Una flotilla de 33 barcos llevó a cabo muchos intentos para empujarla hacia el océano, pero nada parecía eficaz para conseguirlo.

Finalmente, los científicos colocaron un equipo de sonido en el agua para transmitir sonidos propios de la especie de Humphrey. El equipo acústico resultó efectivo y Humphrey regresó a casa siguiendo la dirección de los sonidos cuyas emisiones le resultaban familiares.

¿Podemos aprender nosotros de la experiencia de aquellos científicos marinos? Nuestra dirección será más efectiva si no empujamos o atropellamos a la gente sino que les permitimos responder a sonidos y voces familiares. Podremos estar utilizando muchos recursos de presión al dirigir a otros, pero seremos siempre más efectivos si dirigimos de tal manera que las personas pueden oír, y a través de nosotros, la voz de Cristo. Jesús dijo: «Mis ovejas oyen mi voz» (Juan 10:27). Cuando la gente oye la voz familiar de Cristo (el Buen Pastor que da su vida por las ovejas) se encuentra más dispuesta a cambiar de dirección y seguirle.

Tomado de Rainiero Cantalamessa

El jesuita Pedro Arrupe se encontró en 1945 en medio de la más espantosa catástrofe que hasta entonces había conocido la humanidad: la explosión de la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Aquella mañana, cuando acababa de decir misa, una luz intensísima convirtió en cenizas a la ciudad y produjo en pocos minutos más de doscientos mil muertos y heridos.

La primera reacción del Padre Arrupe fue acudir a la capilla, que había quedado medio destruida. Y pregunta: «¿Por qué, Dios mío, permites esto?». Y se contesta a sí mismo: «Dios respeta nuestra libertad. Ser hombre es tener libertad. De lo contrario, en vez de hombres seríamos marionetas. Dios no fabrica bombas atómicas. Él sufre más que nosotros por nuestras locuras. Dios lo que quiere es que juntemos nuestras manos para que, con su ayuda, tratemos de reconstruir todo lo que podamos».

Pero el Padre Arrupe no perdió el tiempo en hacerse preguntas o en lamentaciones. Hizo lo único que podía hacer.

«Salí de la capilla -dice el jesuita- y la decisión fue inmediata:

haríamos de la casa donde vivíamos un hospital. Me acordé de que había estudiado medicina hacía años, años lejanos ya, sin práctica posterior, pero que en aquellos momentos me convirtieron en médico y cirujano. Fui a recoger el botiquín y lo encontré entre ruinas, destrozado, sin que hubiera en él nada aprovechable, fuera de un poco de yodo, algunas aspirinas, sal de frutas y bicarbonato».

Es decir, que el Padre Arrope no contaba con nada. Pero con esta nada se construyó el primer hospital improvisado de Hiroshima, al que poco después comenzaron a llegar heridos como fantasmas ambulantes, con la piel en jirones, hecha un amasijo, con la ropa ennegrecida, los cuerpos cubiertos de ampollas y manchas rojas y violetas.

Y en aquel improvisado hospital, con un médico que no era médico, con medicinas que no eran medicinas, fueron aliviados muchos dolores, suavizadas algunas muertes y curados no pocos.

Se hizo… lo que se pudo. En todo caso se hizo infinitamente más de lo que se habría hecho si el Padre Arrupe se hubiera sentado para llorar o lamentarse.

No me extraña que un jefe de la policía japonesa le haya dicho: «Predique, predique una religión como esa».

Sin embargo, yo más bien diría: «Vivamos, vivamos una religión

como esa».

Pienso ahora en tantas bombas atómicas que estallan en tantas almas: aquella traición de la persona a la que se quiere, traición a veces que es peor que un veneno; esa muerte de un ser querido que convierte tu corazón en cenizas… Tantas y tantas catástrofes ante las cuales parece que ya no tenemos nada que hacer; pero siempre podemos hacer algo. Siempre tendremos dos manos para seguir luchando, una fuerza para seguir esperando y un corazón para seguir amando.

Es verdad que en nuestro dolor a veces nos parece que todo se hunde bajo nuestros pies. El mismo Jesús agonizante, ante el

misterio del dolor; se siente abandonado de Dios y pregunta:

«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Pero un

momento después muere con estas palabras en sus labios:

«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Es que tuvo fuerzas hasta el último suspiro para seguir esperando. La esperanza de Jesús no ha sido inútil. Dios lo resucitó de entre los muertos para la vida eterna. También nosotros, si escuchamos la voz de Jesús, el buen Pastor, resucitaremos para la vida eterna, vida eterna en la que no habrá más lágrimas en nuestros ojos, pues viviremos una dicha sin fin.

Tomado de  P. Juan Jáuregui Castelo

CANTO

Marcos Witt – Jesús Eres Mi Buen Pastor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *