CITA
«Santo que come y bebe, Dios se lo lleve».
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Sal 1
« Contigo se repite la misma historia»
S.Son
Tradición amerindia, “si no quieres errar, toma el camino de la compasión”.
Buddha resumía su mensaje en estas palabras: «Hacer el bien, evitar el mal y purificar el corazón».
S. Agustín, «Interrogando a Pedro, Jesús nos interrogaba también a cada uno de nosotros» (Sermón 229).
San Pedro Crisólogo No tenían nada, aún no tenían a Cristo. Sermón: No tenían nada, aún no tenían a Cristo 78: PL 52, 420 .
Maestro Eckhart «Le rogamos a Dios que nos vacíe de Dios». «Tómalo desnudo en el vestidor»
Ignacio de Loyola, «que tu Santísima voluntad sintamos y ésta enteramente cumplamos».
San Juan de la Cruz el mal de amor no se cura sino con la presencia y la figura. Cántico Espiritual versículo 11
Santa Teresa de Calcuta: “Amar hasta que duela”.
Catecismo, 553 «Jesús ha confiado a Pedro una autoridad específica: “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mt 16,19). El poder de las llaves designa la autoridad para gobernar la casa de Dios, que es la Iglesia. Jesús, “el Buen Pastor” (Jn 10,11), confirmó este encargo después de su resurrección: “Apacienta mis ovejas” (Jn 21,15-17). El poder de “atar y desatar” significa la autoridad para absolver los pecados, pronunciar sentencias doctrinales y tomar decisiones disciplinares en la Iglesia. Jesús confió esta autoridad a la Iglesia por el ministerio de los Apóstoles y particularmente por el de Pedro, el único a quien Él confió explícitamente las llaves del Reino»
448 «El encuentro con Jesús resucitado se convierte en adoración: ‘Señor mío y Dios mío’ (Jn 20,28). Entonces toma una connotación de amor y de afecto que quedará como propio de la tradición cristiana: ‘¡Es el Señor!’ (Jn 21,7)»
San Juan Pablo II ¿Tú amas? Pregunta fundamental, pregunta corriente. Homilía (30-05-1980): Visita Pastoral a París y Lisieux. Misa celebrada en la Catedral de Notre Dame, París
Papa Francisco, – “Cuando una persona conoce verdaderamente a Jesucristo y cree en Él, experimenta su presencia en la vida y la fuerza de su Resurrección, y no puede dejar de comunicar esta experiencia. Y si esta persona encuentra incomprensiones o adversidades, se comporta como Jesús en su Pasión: responde con el amor y la fuerza de la verdad. Regina Coeli, 14 de abril de 2013
Jesús nos mira siempre con amor ().
Mons. Francisco José Prieto Fernández Llegaremos a buen puerto, aunque mareados
Shakespeare: «Todo consiste en estar preparado.»
Enzo Bianchi «Sabemos que el anuncio pascual, es específico del cristianismo, la deuda de esperanza que los cristianos tenemos para con todos los hombres. También conocemos nuestras hondas resistencias a creer este anuncio inaudito; y, aún más, lo que nos cuesta creer en la resurrección de Jesucristo como prenda de nuestra salvación».
Paul Tillich: «Tú eres aceptado. Tú eres aceptado por alguien que es más grande que tú… Acepta simplemente el hecho de que eres aceptado».
Vicente Martínez La vida no es fácil, pero hay un motor llamado corazón, un seguro llamado fe, y un conductor llamado Dios.
CONFIANZA Pensamientos.org
Aquel que desconfíe totalmente de sí y ponga toda su confianza en Mí será omnipotente. Padre Alberto Hurtado Cruchaga S.J.
Aún no es tiempo… ten confianza. Beato Rafael Arnáiz
Con confianza me acurruco en los brazos de Jesús y que suceda todo lo que Él ha dispuesto» San Pío de Pieltrecina
Condúceme, Señor, por ese camino de soledades, que es el seguro, pues el no haber otros que lo crucen y siendo Tú el que guía, ¿qué hay que temer?. Beato Rafael Arnáiz
La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al amor. Santa Teresa de Lisieux
Mantén tu espíritu tranquilo y confíate por completo a Jesús. San Pío de Pieltrecina
Mientras más nos hacemos pequeñitos por la virtud de la confianza, tanto más se abren el corazón y los brazos de Dios. San Pío de Pieltrecina
Nada puede temer el alma que confía en su Señor. San Pío de Pieltrecina
No se puede honrar de mejor manera a Dios, nuestro Padre, que a través de una confianza sin limites. San Alfonso María de Ligorio
Tener una confianza absoluta, incondicional e inquebrantable en Dios, nuestro amoroso Padre, aun cuando parezca que todo ha fracasado. Madre Teresa de Calcuta
Todo cuanto he visto me enseño a confiar en el Creador por todo cuanto no he visto. Ralph Waldo Emerson
CONTO
TRES VECES
Se cuenta que, en una comunidad cristiana antigua, después de la resurrección, un grupo de creyentes se reunió en una pequeña iglesia para celebrar la Eucaristía. Durante la ceremonia, el sacerdote recordó la triple pregunta de Jesús a Pedro: «¿Me amas?». En ese momento, un niño pequeño, que asistía por primera vez, se acercó y, con inocencia, preguntó en voz alta: «¿Por qué Jesús le preguntó a Pedro tres veces si lo amaba? ¿No era suficiente una vez?».
Tomado del Chatgpt
SABER MIRAR PARA ENCONTRAR
“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá usted ayudarme. Dígame, ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano?. He estado buscando por todas partes y no lo he encontrado”. “El Océano”, respondió el viejo pez, “es donde estás ahora mismo”. “¿Esto? Pero si esto no es más que agua. Lo que yo busco es el Océano”, replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.
Tomado de P. Diego Millán
EL COLLAR DE TURQUESAS
Detrás del mostrador el hombre miraba distraídamente hacia la calle mientras una pequeña niña se aproximaba al local. Ella aplastó su naricita contra el vidrio del espectacular aparador y de pronto sus ojos color miel brillaron cuando vio determinado objeto.
Ella entró decididamente en el local y pidió ver un hermoso collar azul que le había llamado la atención y le dijo al vendedor:
– Es para mi hermana.
¿Podría hacerme un lindo paquete?
El dueño del local, quien estaba a un lado, miró a la chica con cierta desconfianza y con toda tranquilidad le preguntó:
– ¿Cuánto dinero tienes, pequeña ?
Sin alterarse ni un instante, la niña sacó de su bolsillo una bolsa llena de nudos, los cuales delicadamente fue deshaciendo uno por uno.
Cuando terminó, colocó orgullosamente el pañuelo sobre el mostrador y con inusitado aplomo, dijo:
– Esto alcanza, ¿no?
En el pañuelo solamente había unas cuantas monedas.
Mirando al dueño con una tierna mirada que expresaba una mezcla de ilusión y tristeza le dijo:
– Sabe, desde que nuestra madre murió, mi hermana me ha cuidado con mucho cariño y la pobre nunca tiene tiempo para ella.
Hoy es su cumpleaños y estoy segura que ella estará feliz con este collar, porque es justo del color de sus ojos.
El empleado miraba al dueño sin saber qué hacer o decir, pero éste sólo le sonrió a la niña, y se fue a la trastienda, y personalmente lo envolvió en un espectacular papel plateado e hizo un hermoso adorno con una cinta azul.
Ante el estupor del empleado, el dueño colocó el hermoso paquete en una de las exclusivas bolsas de la joyería y se lo entregó a la pequeña diciéndole:
– Toma, llévalo con cuidado.
Ella se fue feliz saltando calle abajo.
Todavía no había terminado el día cuando una encantadora joven de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el paquete desenvuelto y preguntó:
– ¿Este collar fue comprado aquí?
El empleado cortésmente le pidió que esperara un momento y fue a llamar al dueño, quien de inmediato regresó, y con la más respetuosa sonrisa le dijo:
– Sí, señora, este collar es una de las piezas especiales de nuestra colección exclusiva y en efecto, fue comprado aquí esta mañana.
– ¿Cuánto costó?
– Lamento no poder brindarle esa información, señora.
Es nuestra política que el precio de cualquier artículo siempre es un asunto confidencial entre la empresa y el cliente.
– Pero mi hermana sólo tenía algunas monedas que ha juntado haciendo muñecas de trapo con ropa vieja, pues mi sueldo es demasiado modesto y apenas nos alcanza para sobrevivir.
Este collar ciertamente no es de fantasía, y ella simplemente no tendría dinero suficiente para pagarlo.
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio casi ceremoniosamente, y con mucho cariño colocó de nuevo la cinta diciendo mientras se lo devolvía a la joven:
– Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar: “ella dio todo lo que tenía”
El silencio llenó el local y las lágrimas rodaron por el rostro de la joven, mientras sus manos tomaban el paquete y salía de allí lentamente, abrazándolo fuerte contra su pecho.
Tomado de Alejandro Illescas, Los cuentos de mis homilías
ANÉCDOTA
POEMA CHEROKEE
Existe un poema que se canta en la lengua de los indios cherokees de los Estados Unidos y que dice así: “Un hombre susurró: «Dios, habla conmigo». Y un ruiseñor comenzó a cantar, pero el hombre no oyó. Entonces el hombre repitió: «Dios, habla conmigo». Y el eco de un trueno se oyó. Pero el hombre fue incapaz de oír. El hombre miró alrededor y dijo: «Dios, déjame verte». Y una estrella brilló en el cielo. Pero el hombre no la vio. El hombre comenzó a gritar: «Dios, muéstrame un milagro». Y un niño nació. Pero el hombre no sintió el latir de la vida. Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse: «Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…» Y una mariposa se posó suavemente en su hombro. El hombre espantó la mariposa con la mano y, desilusionado, continuó su camino, triste, solo y con miedo”.
Tomado del catholic.net
EL NÚMERO DE 153 PECES
No sabemos si tiene alguna intención simbólica, aunque no tiene mucha importancia. Unos recuerdan que este número es la suma de los primeros números, del 1 al 17. Para otros, como san Jerónimo, este número era el de las especies de peces que se conocían en la antigüedad. En ambos casos podría indicar la plenitud mesiánica en Cristo.
Tomado de Aldazabal
DESNUDO
Dice el texto que primero se viste porque estaba desnudo. Y por este motivo se observan vestigios del Génesis en el texto. De hecho, Pedro que le ha negado, como el hombre del Génesis cubre su desnudez. Sin embargo, a diferencia de este no se esconde de Dios sino que se lanza a su encuentro. Allí le espera una hoguera encendida y, si calentándose ante unas brasas le negó tres veces, ahora aquí le confesará su amor otras tres veces.
Tomado de Marta García Fernández
SIETE DOMINGOS
Pascua. Son siete domingos seguidos, hasta el domingo de Pentecostés, bajo aquella luz pascual que disipa las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro mundo.
No es un decir. En la noche de Pascua encendimos el cirio que representa a Cristo resucitado, Jesús, el Señor que ilumina la noche del mundo. El signo es muy limitado, la realidad de la iluminación de Cristo sobre nosotros y nuestras vidas es objeto de nuestra fe más allá de lo que ven nuestros ojos: Jesucristo resucitado es fuente de luz y de vida para aquellos primeros discípulos que vieron y creyeron y, también, para estos últimos discípulos que, sin ver, creemos.
Tomado de Pere Farriol Misa Dominical 1995, 6
¿POR QUÉ PRECISAMENTE HACIA LA DERECHA?
¿Qué tiene este lado que no tenga el izquierdo?
En el mundo de la Biblia, el lado derecho, referido a los miembros del cuerpo, es el lado más noble del hombre. La mano derecha es la mano de la actividad: «Que no se entere la izquierda de lo que hace la derecha» (Mt 6,2). «Si tu ojo derecho te pone en peligro, sácatelo y tíralo; y si tu mano derecha te pone en peligro, córtatela y tírala» (Mt 5,29); con esta frase invita el Maestro a abandonar hasta lo más apreciado y querido cuando esto impide al discípulo vivir según el evangelio. En la oreja derecha se ungía a los sacerdotes al comenzar a ejercer sus funciones (Lv 8,23). Con un gesto profético, Pedro hiere al siervo del sumo sacerdote en la oreja derecha, lugar de la unción, descalificando al sumo sacerdocio judío (Lc 22,50).
Sentarse a la derecha de un rey equivalía en la antigüedad a ser primer ministro y gozar de su poder. Jesús, tras la resurrección, está sentado a la derecha de Dios, constituido en poder, según diversos textos del Nuevo Testamento.
A la derecha de Dios se situarán todos los que favorecieron a los marginados de la tierra, esa lista de enfermos, toxicómanos, pobres, parados, minusválidos, todos aquellos que en la vida fueron situados en el lugar siniestro de la sociedad.
Tomado de R. J. García Avilés, Llamados a ser libres, «Para que seáis hijos».
CHISTE
¿ME PONEN BONITO?
Érase una vez un niño que era muy, muy feo y fue a la pescadería.Y dijo:
– ¿Me ponen bonito? – y el pescadero le contestó:
– Hijo, aqui no hacemos milagros
POEMA
“Eres tú, Pedro. Quieres ser tú aquí,
el pavimento sobre el que pisan los demás
para alcanzar allá donde tú guías los pasos
como la roca sostiene
el duro calzado de sandalias de un rebaño”.
S. Juan Pablo II
ORACIÓN
ECHA LAS REDES
Desde que Tú te fuiste
no hemos pescado nada.
Llevamos veinte siglos
echando inútilmente
las redes de la vida,
y entre sus mallas
sólo pescamos el vacío.
Vamos quemando horas
y el alma sigue seca.
Nos hemos vuelto estériles
lo mismo que una tierra
cubierta de cemento.
¿Estaremos ya muertos?
¿Desde hace cuántos años no nos hemos reído?
¿Quién recuerda la última vez que amamos?
Y una tarde Tú vuelves y nos dices:
«Echa la red a tu derecha,
atrévete de nuevo a confiar,
abre tu alma,
saca del viejo cofre
las nuevas ilusiones,
dale cuerda al corazón,
levántate y camina».
Y lo hacemos sólo por darte gusto.
Y, de repente, nuestras redes rebosan alegría,
nos resucita el gozo
y es tanto el peso de amor
que recogemos
que la red se nos rompe cargada
de ciento cincuenta esperanzas.
¡Ah, Tú, fecundador de almas: llégate a nuestra orilla,
camina sobre el agua
de nuestra indiferencia,
devuélvenos, Señor, a tu alegría
J.L. Martín Descalzo
Tomado de Pastoral Sj
MEDITACIÓN
LA CONTEMPLACIÓN
Es Juan, el contemplativo, el que reconoce a Jesús y le insinúa a Pedro su presencia. Pedro escucha atenta y dócilmente, como debe hacer todo pescador, todo pastor. La Iglesia petrina y la joanea gozan carismas complementarios, pero no debe existir la una sin la otra. Para reconocer a Jesús es necesaria la contemplación. «La Iglesia ha de vivir entregada a la acción y dada a la contemplación» (Vaticano II). Nadie duda que la fe cristiana se halla actualmente en período de relativo retroceso. Se han propuesto y ensayado muchos y variados remedios para recuperar el terreno perdido. Pero el único remedio al que nuestro Señor ha prometido coronar con el éxito no ha sido aplicado seriamente: la oración. (Trueman Dicken). Juan Pablo II, en su Carta Apostólica «Novo Millenio ineunte» la propone en el programa para el Tercer Milenio.
Antes de la elección del Papa Juan Pablo II, escribía yo que estaba deseando que nos presidiera un Papa que metiera a toda la Iglesia en Ejercicios Espirituales, quería decir, que nos dedicara a la oración. Juan Pablo II ha colmado mi deseo, comenzando por él mismo. Escribe el Cardenal Suenens: «Ora hasta provocar envidia», decía de él Paul de Haes, uno de sus compañeros de estudio en Roma. De hecho se inclina y se pliega en dos. Al verle como postrado durante su acción de gracias en la Capilla Sixtina, creí que se sentía mal. Encarna la oración en todo su cuerpo y, en ese momento parece tener diez años más. Pero cuando se inclina y sonríe, rejuvenece de un extraño modo». Podría citar datos interminables, pero me limito a recoger su Carta Apostólica: «Novo Millenio ineunte»: Es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración. El Año jubilar ha sido un año de oración personal y comunitaria -más intensa. Pero sabemos bien que rezar tampoco es algo que pueda darse por supuesto. Es preciso aprender a orar, como aprendiendo de nuevo este arte de los labios mismos del divino Maestro, como los primeros discípulos: «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1). En la plegaria se desarrolla ese diálogo con Cristo que nos convierte en sus íntimos: «Permaneced en mí, como yo en vosotros» (Jn 15,4). Esta reciprocidad es el fundamento mismo, el alma de la vida cristiana y una condición para toda vida pastoral auténtica. Realizada en nosotros por el Espíritu Santo, nos abre, por Cristo y en Cristo, a la contemplación del rostro del Padre. Aprender esta lógica trinitaria de la oración cristiana, viviéndola plenamente ante todo en la liturgia, cumbre y fuente de la vida eclesial, pero también de la experiencia personal, es el secreto de un cristianismo realmente vital, que no tiene motivos para temer el futuro, porque vuelve continuamente a las fuentes y se regenera en ellas. ¿No es acaso un «signo de los tiempos» el que hoy, a pesar de los vastos procesos de secularización, se detecte una difusa exigencia de espiritualidad, que en gran parte se manifiesta precisamente en una renovada necesidad de orar? También las otras religiones, ya presentes extensamente en los territorios de antigua cristianización, ofrecen sus propias respuestas a esta necesidad, y lo hacen a veces de manera atractiva. Nosotros, que tenemos la gracia de creer en Cristo, revelador del Padre y Salvador del mundo, debemos enseñar a qué grado de interiorización nos puede llevar la relación con él.
La gran tradición mística de la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, puede enseñar mucho a este respecto. Muestra cómo la oración puede avanzar, como verdadero y propio diálogo de amor, hasta hacer que la persona humana sea poseída totalmente por el divino Amado, sensible al impulso del Espíritu y abandonada filialmente en el corazón del Padre. Entonces se realiza la experiencia viva de la promesa de Cristo: «El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él» (Jn 14,21). Se trata de un camino sostenido enteramente por la gracia, el cual, sin embargo, requiere un intenso compromiso espiritual que encuentra también dolorosas purificaciones (la «noche oscura»), pero que llega, de tantas formas posibles, al indecible gozo vivido por los místicos como «unión esponsal». ¿Cómo no recordar aquí, entre tantos testimonios espléndidos, la doctrina de san Juan de la Cruz y de santa Teresa de Jesús? Sí, queridos hermanos y hermanas, nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas «escuelas de oración», donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en petición de ayuda, sino también en acción de gracias, alabanza, adoración, contemplación, escucha y viveza de afecto hasta el «arrebato del corazón. Una oración intensa, pues, que sin embargo no aparta del compromiso en la historia: abriendo el corazón al amor de Dios, lo abre también al amor de los hermanos, y nos hace capaces de construir la historia según el designio de Dios.
Tomado de J. Marti Ballester
CANTO
Tú sabes todo de mí- Juan Susarte & Confía2 Música Católica
Tú Lo Sabes Todo Cantos de Taizé
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