E Algo + no 34º Domingo do Tempo Ordinario – Ciclo C

CITAS

«Dios reinó desde el madero» (regnavit a ligno Deus)

 “Quien hace reír a sus semejantes, merece el paraíso” Corán

Santa Teresa de Ávila “Tu deseo sea de ver a Dios; tu temor, si le has de perder; tu dolor, que no le gozas, y tu gozo, de lo que te puede llevar allá, y vivirás con gran paz.”

S. Juan Pablo II Aquel ladrón nos representa a todos. Meditación a la 11ª estación. Vía Crucis, presidido por Juan Pablo II, Viernes Santo 2002

Pippo Corigliano, “Dios nos mimará y encontraremos en Él todas las cosas que nos gustan. La primera es el encanto del amor”.

         “Cuando uno, en la vida, experimenta un grande amor, es un momento de redención”. “el hecho de ser librados de todo lo que nos impide ser felices”.

         “cuando estamos enamorados vivimos un momento de felicidad particular, los esfuerzos no nos pesan, nuestros ojos brillan, vivimos siempre en relación – incluso desde lejos- con la persona amada, nos volvemos más bellos. Es un estado de gracia”. Por esto, la felicidad del paraíso “será la del enamorado que, por definición, no se cansa. ¿Hemos visto alguna vez un enamorado bostezar ante la persona amada? Si bosteza no está enamorado. Si está enamorado incluso una eternidad le parecerá un momento”.

         “estaremos encantados, con un gusto que engloba todos los gustos. En la cara de Dios, que es la persona que más nos ama, veremos la cara de nuestros seres queridos” Prefiero el Paraíso. La vida eterna, cómo es y cómo llegar a ella

San Josemaría Escrivá Todo se arregla, menos la muerte… Y la muerte lo arregla todo. Surco, 878.

         ¡No me hagas de la muerte una tragedia!, porque no lo es. Sólo a los hijos desamorados no les entusiasma el encuentro con sus padres. Surco, 885.

Película: El Rey León Mira las estrellas; los grandes reyes del pasado nos miran desde las estrellas, así que, cuando te sientas solo, recuerda que esos reyes siempre estarán ahí para guiarte… Y yo también ()

Enrique Martínez Lozano “estamos en el Paraíso” suena a blasfemia contra tantas víctimas inocentes de tanto tipo de dolor como hay en nuestro mundo. Y nos sublevamos con razón ante el riesgo de banalizar la injusticia y el sufrimiento. Pero no es esa la lectura, y nada de ello se niega. Tal afirmación apunta a señalar nuestra identidad más profunda, la verdad última de lo que somos. Y esa es la Buena Noticia para todos, incluidas en primer lugar las víctimas: lo que realmente somos se halla siempre a salvo.

Leonardo DiCaprio – “En cuanto a mí, sigo creyendo en el paraíso. Sin embargo ahora sé que no se trata de ningún lugar concreto. Lo importante no es a donde vas, sino cómo te sientes en el momento en que llegas a formar parte de algo. Y si encuentras ese momento, es para siempre.” Richard

Chesterton «Jesús no eligió como piedra fundamental al místico Juan, sino a un pillastre, un fanfarrón, un cobarde. Todos los imperios y los reinos han perecido a causa de su debilidad inherente y continua, a pesar de haber sido fundados sobre hombres fuertes y sobre hombros vigorosos. Sólo la Iglesia fue fundada sobre un hombre débil y por esta razón es indestructible».

Rainiero Cantalamessa “el paraíso prometido es «la paz de la conciencia, el mirarse al espejo sin tener que despreciarse».

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo El buen ladrón es una paradoja: muchos saben quién es, pero pocos le rezan. Y sin embargo, fue el único santo canonizado por el mismo Cristo, y el primero en poner un pie en el cielo. Y todo eso, sin merecerlo-

ARREPENTIMIENTO

«Arrepentimiento no quiere decir llorar por los pecados, arrepentimiento significa mirar todo de una manera nueva».
P. Anthony de Mello S.J.

Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma. Miguel de Cervantes Saavedra

CONTOS

         EL AMIGO QUE NUNCA FALLA

         Cuentan la historia de un soldado que se acerca a su jefe inmediato, y le dice: “Uno de nuestros compañeros no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo. –Permiso denegado, replicó el oficial. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto”. Haciendo caso omiso de la prohibición, el soldado salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial, furioso, le gritó: “¡Ya le dije yo que había muerto! Dígame, ¿valía la pena ir allí para traer un cadáver arriesgando su propia vida?” Y el soldado moribundo respondió: “–¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo, y pudo decirme: ‘¡Estaba seguro que vendrías!’”.

EL PRECIO DE LA SALVACIÓN

         Un párroco muy querido presento a su feligresía un señor, explicando que era su amigo más querido de la infancia y que deseaba darle unos minutos para que les saludara y compartiera con ellos lo que él sintiera que fuese apropiado. 

         El señor miró con cariño a todos y comenzó: «Un padre, su hijo, y un amigo del hijo navegaban en el Pacífico, cuando una tormenta los sorprendió haciendo imposible todos los intentos de regresar a la costa. Las olas eran tan altas que, aunque el padre era un navegante experimentado, no pudo dominar el velero y los tres fueron arrastrados mar adentro.»

         El invitado titubeó por un momento, haciendo contacto de ojo con dos jóvenes, que por primera vez desde que el servicio comenzó, empezaron a lucir un poco más interesados en su historia.  Continuó con su historia: «Después de unas 4 horas de intensa lucha por mantenerse a flote, una gigantesca ola barrió la cubierta con una fuerza brutal. Los dos jóvenes fueron echados al mar. El padre, agarrando la soga de rescate, tuvo que hacer la decisión mas difícil de su vida: A cual de los dos muchachos le iba a tirar la soga. Tenía nada más unos segundos para hacer su decisión. El padre sabía que su hijo era Cristiano y que su amigo no. La agonía de su decisión era mayor que el ímpetu de las olas. El padre le gritó a su hijo, ‘te amo, hijo mío!’, y le tiró la soga de rescate al amigo. Cuando volvió por su hijo, este había desaparecido bajo la olas en la noche oscura. Por mas que lo buscaron, nunca apareció. Ni siquiera se encontró jamás su cuerpo.» 

         Mientras los jóvenes sentados derechitos en el banco, estaban ansiosamente esperando las próximas palabras. «El padre,» continuó, «sabía que su hijo iba a estar en la eternidad con Jesús pero temía por el destino del otro joven que no conocía a Jesucristo. Es por eso que decidió entregar a su hijo para salvar la vida del amigo de su hijo. ¡Que grande es el amor de Dios que hizo lo mismo por nosotros!. Nuestro Padre Celestial sacrificó su Hijo único para nuestra salvación. Yo les suplico que acepten la oferta de rescate y agarren la soga de vida que El les está ofreciendo en este mismo momento.» 

         La Iglesia quedó en profundo silencio. A la salida, los dos jóvenes se acercaron al anciano y uno le dijo: «Fue una bonita historia, comprendo que ayuda a entender el amor de Dios al entregar a Su único Hijo por cada uno de nosotros.  Pero no creo que fue muy realista, que un padre entregase la vida de su hijo con la esperanza que el otro se convirtiera al Cristianismo.» 

         «Bueno, comprendo lo que dices», el anciano replicó. Quedó entonces en silencio mientras de su mejilla corría una lágrima. «No parece muy realista», continuó diciendo. Miró entonces serenamente a los jóvenes, su rostro al mismo tiempo reflejaba dolor y un gran gozo.  «De verdad que no fue muy realista, ¿cierto?» pero tengo algo mas que decirles. Queridos amigos, yo soy ese padre, y vuestro párroco era el amigo de mi hijo. 

-Autor anónimo, adaptado por el Padre Jordi Rivero

Tomado de corazones.org

EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE LLEVA AL HIJO?

Un hombre rico y su hijo tenían gran pasión por el arte. Tenían de todo en su colección, desde Picasso hasta Rafael.  Muy a menudo, padre e hijo se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte.

Cuando el conflicto de Vietnam surgió, el hijo fue a la guerra.  Fue muy valiente y murió en batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo. Un mes más tarde, justo antes de la Navidad, alguien tocó a la puerta.  Un joven con un gran paquete en sus manos le dijo al padre:  “Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida.  El salvó muchas vidas ese día, y me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo así instantáneamente. El hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte.”

El muchacho extendió el paquete:  “Yo se que esto no es mucho.  Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto.”

El padre abrió el paquete.  Era un retrato de su hijo pintado por el joven soldado. El  contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura.  El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo que los suyos propios se inundaron de lágrimas.  Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro.

“ Oh no señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí.  Es un regalo.”

El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea.  Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.

El hombre murió unos meses más tarde y se anunció una subasta para todas las pinturas que poseía.  Mucha gente importante y de influencia acudió con grandes expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección.

Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo.  El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta. “Empezaremos los remates con este retrato titulado «El Hijo».   ¿Quién ofrece por este retrato?”  Hubo un gran silencio.  Entonces una voz del fondo de la habitación gritó: “¡Queremos ver las pinturas famosas! ¡Olvídese de ésta!”  Sin embargo el subastador persistió:  ¿Alguien ofrece algo por esta pintura?,  ¿$100.00 dólares?,  ¿$200.00 dólares?”.

Otra voz gritó con enojo:  “¡No venimos por ésta pintura!  Venimos a ver los Van Goghs, los Rembrants.  ¡Vamos a las ofertas de verdad!”

Pero aun así el subastador continuaba su labor:  “¡El Hijo!, ¡El Hijo! ¡¿Quién se lleva «El Hijo»?!

Finalmente, una voz se oyó desde muy atrás del cuarto:   “¡Yo doy diez dólares por la pintura!” Era el viejo jardinero que por muchos años había servido en la casa con el padre y el hijo.  Siendo muy pobre, no podía ofrecer más.

“¡Tenemos $10 dólares!, ¡¿Quién da $20?!” gritó el subastador.

“¡Dásela por $10! ¡Muéstranos de una vez las obras maestras!”, dijo otro exasperado.»

“¡$10 dólares es la oferta! ¡¿Dará alguien $20?! ¿Alguien da $20?”

La multitud se estaba poniendo bien enojada.  Nadie mas quería aquella pintura, «El Hijo». Querían las que representaban una valiosa inversión para sus propias colecciones. El subastador golpeó por fin el mazo: “Va una, van dos, ¡VENDIDA por $10 dólares!”

Un hombre que estaba sentado en segunda fila gritó feliz: “¡Ahora empecemos con la colección!”

El subastador soltó su mazo y dijo:  “Lo siento mucho damas y caballeros, pero la subasta llegó a su final.”

“Pero, ¿qué de las pinturas?”

“Lo siento.  Cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me informó de un secreto estipulado en el testamento del dueño.  Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento.  Solamente la pintura de «EL HIJO» sería subastada.  Aquel que la comprara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas.  ¡El hombre que compró EL HIJO se queda con todo!

Reflexión:

Dios nos ha entregado a su Hijo Jesús que murió para salvarnos.  Así, como el subastador, su mensaje hoy es: «¡EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIÉN SE LLEVA EL HIJO?»   Quien ama al Hijo lo tiene todo.

Mateo 6:33 «Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.»

Tomado de corazones.org

ANÉCDOTAS

¿CÓMO ES EL CIELO? 10 SANTOS TE LO CUENTAN

SANTA FAUSTINA KOWALSKA

Escribió extensamente sobre sus viajes espirituales tanto al paraíso como al lugar de perdición en sus diarios, que han sido considerados por la Iglesia como revelaciones aprobadas.

Después de que Faustina quedara traumatizada por sus visiones del infierno, se le dio la oración a la Divina Misericordia para compartirla con el mundo como un arma en la guerra por la salvación de las almas.

Tuvo unas alentadoras visiones del paraíso, sobre las que escribió:

    «Hoy fui al cielo, en el espíritu, y vi sus inconcebibles bellezas y la felicidad que nos espera después de la muerte. Vi cómo las criaturas dan sin cesar alabanza y gloria a Dios. Vi cuán grande es la felicidad en Dios, que se difunde a todas sus criaturas, haciéndolas felices; y así toda la gloria y la alabanza que brota de su felicidad vuelven a su fuente; y entran en las profundidades de Dios, contemplando la vida interior de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a quien nunca podrán comprender o abarcar. Esta fuente de la felicidad es inmutable en su esencia, pero siempre es nueva, brotando felicidad para todas las criaturas».

SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

Contó una historia que compartió con él un superior de la orden jesuita quien se le apareció después de morir y le dio un informe detallado sobre qué trato la gente puede esperar en el cielo.

Según el difunto, las recompensas del cielo no son iguales para todos los que entran, pero todos los que entran quedan igualmente satisfechos:

    «Ahora estoy en el cielo, Felipe II rey de España está en el cielo también. Los dos disfrutamos de la recompensa eterna del paraíso, pero es diferente para cada uno de nosotros.

    Mi felicidad es mucho mayor que la suya, pues no es como cuando estábamos aún en la tierra, donde él era de la realeza y yo era una persona corriente.

    Estábamos tan lejos como la tierra del cielo, pero ahora es al revés: lo humilde que yo era comparado con el rey en la tierra, así le sobrepaso en gloria en el cielo. Con todo, ambos somos felices, y nuestros corazones están completamente satisfechos”.

EL PAPA SAN GREGORIO MAGNO

Habló de la unidad sobrenatural entre la comunión total de los santos en el cielo, y su aparentemente infinito conocimiento:

    «Además de todo esto, una gracia más maravillosa se otorga a los santos en el cielo, porque conocen no sólo a aquellos con los que estaban familiarizados en este mundo, sino también a los que antes nunca vieron, y conversan con ellos de una forma tan familiar como si en tiempos pasados se hubieran visto y conocido: y por lo tanto, cuando ven a los antepasados en ese lugar de felicidad perpetua, luego los conocerán de vista, aquellos de cuya vida oyeron hablar. Pues ver lo que hacen en ese lugar con un brillo indescriptible, igual a todos, contemplando a Dios, ¿qué es lo que no saben, si conocen al que lo sabe todo?”.

SANTA TERESA DE LISIEUX

El cielo es un lugar maravilloso, y todos deben esforzarse para llegar allí. Pero quizás la cita «celestial» más alentadora de todas viene de santa Teresa de Lisieux, la «Pequeña Flor», quien señaló que tan gloriosa como el cielo, Dios encuentra la presencia de sus hijos infinitamente más deseable:

    «Nuestro Señor no desciende del cielo todos los días para estar en un copón de oro. Se trata de encontrar otro cielo que es infinitamente más querido para Él, el cielo de nuestras almas, creado a su imagen, los templos vivos de la adorable Trinidad”.

Tomado de Aleteia

         El ateo «cree» que no hay nada después de la muerte, pero no tiene pruebas científicas para demostrarlo. El creyente «cree» que nos espera una vida eterna, pero tampoco tiene prueba científica alguna. Ante el misterio de la muerte, todos somos seres radicalmente ignorantes e impotentes. La esperanza de los cristianos brota de la confianza total en el Dios de Jesucristo.

         Tomado de P. Juan Jáuregui Castelo

CHISTES

HUMOR EN EL PARAÍSO

Tres hombres llegan simultáneamente a las puertas del cielo.

San Pedro sale y les dice:

– Tenemos malas noticias para dos de ustedes. Por problemas en nuestra área de admisiones, solo puedo dejar entrar a uno de los tres esta semana. Los otros dos bajarán al infierno a sufrir atroces torturas durante unos días. Lamentablemente no puedo hacer otra cosa.

 San Pedro continuó explicando:

– La persona que cuente la mejor historia de como murió será la que pueda entrar en el cielo hoy».

Los tres hombres asintieron. San Pedro los hace pasar de uno en uno a su oficina, para que los otros no escuchasen la historia y mejorasen la suya con algun «adorno»…

El primer hombre pasó y empezó a relatar:

– «Yo sabía que mi mujer me estaba engañando, así que intenté llegar a media mañana a casa. Subí los 25 pisos del edificio por la escalera, para no hacer ruido con el ascensor…, abrí la puerta de mi apartamento y allí estaba ella, la muy desgraciada… totalmente desnuda en el suelo…

 Sabía que la había agarrado. Corrí por todo el apartamento en busca de su amante; arriba, abajo, debajo de la cama, en todos los armarios…? NADA! Estaba a punto de pedirle disculpas por ser tan mal pensado y mientras ella me decía que siempre hacía gimnasia desnuda, oí unos ruidos en la ventana… Scratch, scratch, scratch…!!!

Abrí la ventana y allí estaba el desgraciado, colgando de la cornisa. Tomé mi bate de beisbol y le di en la cabeza. Vi como se caía, pero tuvo suerte y aterrizó en un montón de maleza. Se estaba moviendo!

Desesperado porque se me escapaba, agarré la nevera y la llevé hasta la ventana. Con gran esfuerzo la pude poner encima de la cornisa y, al empujarla, se me enganchó la camisa, por lo que caí con la nevera y encontré mi muerte.

Al menos estoy feliz porque aniquilé al amante de mi esposa…»

 San Pedro no podía imaginarse historia más increible cuando hizo pasar al segundo hombre:

«Bueno, soy un limpiador de ventanas. Yo estaba haciendo tranquilamente mi trabajo en un piso alto cuando una de las cuerdas repentinamente se rompió. Me agarré de la plataforma pero me fueron resbalando las manos hasta que caí al vacío. Levanté las manos pensando en mi muerte y esperando que Dios me recogiera.

Afortunadamente logré agarrarme de una de las cornisas del edificio. Me había salvado!

Estaba dando gracias a Dios e intentando que la gente que estaba dentro del edificio me salvara definitivamente. Empecé a rascar en la ventana cuando un hombre la abrió y me pegó un tremendo golpe con un bate de beisbol!!!.

Caí al vacío otra vez, maldiciendo a esa mala persona cuando mi angel de la guarda me permitió seguir viviendo, poniendo un monton de maleza justo bajo mi caída.

Cuando conseguí abrir los ojos para agradecer a Dios tanta fortuna, una nevera estaba cayendo encima mio!. Sin duda era mi destino y asi encontré la muerte».

 San Pedro estaba estupefacto. Hizo pasar al último hombre y le dice:

«Hijo, mas vale que tengas una muy buena historia porque las dos anteriores… son increíbles!!»

 Así, el último hombre lo miró y comenzó…

«OK, para hacerlo breve, lo que voy a contarte empieza así: Yo estaba desnudo, escondido en una nevera….»

Tomado de https://www.forodeseguridad.com/artic/humor.htm

MADRID CF., vs BARCELONA

Se trata de un hombre que llega al cielo, cuando este está por entrar al paraíso había dos carteles, uno decía: «Paraíso común» y otro decía: «Paraíso especial».

El hombre va al especial, al entrar lo detiene un ángel y surge la siguiente conversación:

¡Aaaaalto! Dice el ángel.

¿Por qué? Responde el hombre.

Usted no puede entrar acá.

¿Por qué?

Porque acá solo entran las personas que en su vida, hicieron algo importante.

Pero yo sí hice algo importante, contesta el hombre.

¿Qué hizo usted?

Yo soy arbitro de fútbol, partido 1 a 1 empataban River y Boca por el campeonato mundial, yo cobré penal para River en el último minuto. Gol de River y éste sale campeón del mundo.

¿Y, cuándo fue eso? Pregunta el ángel.

Y hará 20 minutos, contestó el arbitro.

Tomado de chistes de escolar

POEMA

«El ser humano es una casa de huéspedes.

Cada mañana un nuevo recién llegado.

Una alegría, una tristeza, una maldad,

que viene como un visitante inesperado.

¡Dales la bienvenida y recibe a todos!

Aun si son un coro de penurias que vacían tu casa violentamente.

Trata a cada huésped honorablemente,

él puede estar creándote el espacio para una nueva delicia.

El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia,

recíbelos en la puerta sonriendo

e invítalos a entrar.

Agradece a quien quiera que venga,

porque cada uno ha sido enviado

como un guía del más allá».

Rumi

ORACIÓN

CREDO PARA ORAR

Rezamos este credo/oración, porque refleja bien en qué creemos y en qué no creemos…

Yo creo en un niño pobre

que nació de noche en una cuadra,

arropado sólo por el amor de sus padres

y la bondad de la gente más sencilla.

Yo creo en un hombre sin importancia

austero, fiel, compasivo y valiente,

que hablaba con Dios como con su madre,

que hablaba de Dios como de su madre,

contando, llanamente, cuentos sencillos,

y por eso molestó a tanta gente

que al final lo mataron,

lo mataron los poderosos, los santos, los sagrados.

Yo creo que está vivo, más que nadie,

y que en él, más que en nadie,

podemos conocer a Dios

y sabemos vivir mejor.

Y doy gracias al Padre

porque Él nos regaló este Niño

que nos ha cambiado la vida,

y nos ha dado sentido y esperanza.

Yo creo en ese niño pobre,

y me gustaría parecerme a él.

Tomado de José Enrique Galarreta

CANTO

Athenas – Glorioso Rey en la Cruz – Música Católica

Por la Eternidad  Veronica Sanfilippo

Si hubiera estado alli  JESUS ADRIAN ROMERO

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