CITA
Acércate a ella con toda tu alma, | y con toda tu fuerza custodia sus caminos. Síguela, búscala, y se te manifestará, | y, una vez alcanzada, no la sueltes.
Eclesiástico 6, 26-27
“Xesus, a única Palabra ben-dita”
« ¡EL nos ha dado su PALABRA,
que es más firme que cualquier escritura: la Escritura!»
S.Son
« ¡Dichoso quien entienda que,
acampado entre nosotros,
EL plantó su tienda!»
S.Son
«Nos ha dado su PALABRA de que, quien acoja su Palabra,
termina siendo Hijo de Dios»
S.Son
Carta a Diogneto: En el Discurso a Diogneto, atribuido a Cuadrato, se dice que “el Creador del Universo y Dios invisible, Él mismo hizo bajar de los cielos su Verdad y su Palabra santa e incomprensible y la aposentó en los hombres y sólidamente la asentó en sus corazones. Y eso, no mandándoles a hombre alguno como alguien pudiera imaginar, o a alguno de sus servidores o a un ángel…, sino al mismo Artífice y Creador del Universo”.
San Ireneo de Lyon «Este es el motivo por el cual el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, entrando en comunión con el Verbo y recibiendo de este modo la filiación divina, llegara a ser hijo de Dios» (Adversus haereses, 3, 19, 1: PG 7, 939; cf. Catecismo de la Iglesia católica, 460).
San Atanasio: «El Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios» (De Incarnatione, 54, 3: pg 25, 192)
S. Agustín, “Despiértate, hombre: por ti, Dios se ha hecho hombre” Sermón 185
«Puede ser que haya unos corazones insensatos, todavía incapaces de recibir esa Luz, porque el peso de sus pecados les impide verla; que no piensen, sin embargo, que la Luz no existe porque no la puedan ver: es que ellos mismos, por sus pecados, se han hecho tinieblas. Hermanos míos, es como si un ciego está frente al sol. El sol está presente, pero el ciego está ausente del sol» (In Ioannis Evangelium 1,19).
San León Magno, No puede haber tristeza cuando nace la vida ().
«Se rebajó hasta asumir la humildad de nuestra condición sin que disminuyera su majestad» (Tractatus XXI, 2: CCL 138, 86-87).
«El inaccesible quiere ser accesible; él, que existe antes del tiempo, comenzó a ser en el tiempo; el Señor del universo, velando la grandeza de su majestad, asumió la naturaleza de siervo» (Sermón 2 sobre la Navidad, 2.1).
Santo Tomás de Aquino, «El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres»(Oficio de la festividad del Corpus, Of. de Maitines, primer Nocturno, Lectura I).
Juan Taulero, ¿Cuál es el lugar donde Dios viene a pronunciar su palabra y a engendrar a su Hijo? El corazón en donde se tiene que realizar este nacimiento tiene que ser puro, vivir una vida interior intensa, en unión profunda con Dios. Si no se dispersa hacia el exterior sino que se mantiene recogido, unido a Dios en lo más hondo de su ser, Dios lo elige para habitar en él….¡Recógete, pues, si puedes, olvida todo en la oración, libérate de imágenes que se acumulan en tu interior! Cuanto más olvides todo lo demás, tanto más capaz eres de recibir esta Palabra tan misteriosa… ¡Huye de las actividades y de los pensamientos que te agitan porque te impiden la paz interior. Para que Dios hable por su Verbo dentro de nosotros, hace falta que estemos en paz y en silencio interiores. Entonces, nos puede dar a escuchar su Palabra. El hablará a sí mismo en nosotros. Sermón para Navidad.
Ángelus Silesius: “Aunque Cristo nazca mil veces en Belén, mientras no nazca en tu corazón, estarás perdido para el más allá: habrás nacido en vano”.
San Juan de la Cruz afirma: Dios «lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo. (…) Pon los ojos sólo en él (…) y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas» (Subida del monte Carmelo, libro II, cap. 22, 4-5).
“Para venir de todo al TODO, has de dejar del todo, TODO”
Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura (Cántico espiritual (fragmento)).
Mi Amado, la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora (Cántico espiritual. Estrofa XV).
«Quedéme y olvidéme
El rostro recliné sobre el Amado,
Cesó todo y dejéme,
Dejando mi cuidado
Entre las azucenas olvidado».
Concilio Vaticano II: «Por medio de esta revelación, la verdad profunda acerca de Dios y de la salvación del hombre se nos hace patente en Cristo, que es al mismo tiempo el mediador y la plenitud de la revelación completa» (Dei Verbum, n. 2).
«Realmente, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado» (Gaudium et spes, 22)
Catecismo, 456 Con el Credo Niceno-Constantinopolitano respondemos confesando: «Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre».
457 El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios: «Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados» (1 Jn 4,10). «El Padre envió a su Hijo para ser salvador del mundo» (1 Jn 4,14). «El se manifestó para quitar los pecados» (1 Jn 3,5):
Nuestra naturaleza enferma exigía ser sanada; desgarrada, ser restablecida; muerta, ser resucitada. Habíamos perdido la posesióndel bien, era necesario que se nos devolviera. Encerrados en las tinieblas, hacía falta que nos llegara la luz; estando cautivos, esperábamos un salvador; prisioneros, un socorro; esclavos, un libertador. ¿No tenían importancia estos razonamientos? ¿No merecíanconmover a Dios hasta el punto de hacerle bajar hasta nuestranaturaleza humana para visitarla, ya que la humanidad se encontrabaen un estado tan miserable y tan desgraciado? [San Gregorio de Nisa]
458 El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él» (1 Jn 4,9). «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16).
459 El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: «Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí…» (Mt 11,29). «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Y el Padre, en el monte de la Transfiguración, ordena: «Escuchadle» (Mc 9,7). El es, en efecto, el modelo de las bienaventuranzas y la norma de la ley nueva: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado» (Jn 15,12). Este amor tiene como consecuencia la ofrenda efectiva de sí mismo.
460 El Verbo se encarnó para hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (2 Pe 1,4): «Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios» [San Ireneo de Lyon]. «Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios»[San Atanasio de Alejandría]. «Unigenitus Dei Filius, suae divinitatis volens nos esse participes, naturam nostram assumpsit, ut homines deos faceret factus homo» («El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres»)[Santo Tomás de Aquino].
461 Volviendo a tomar la frase de san Juan («El Verbo se encarnó»: Jn 1,14), la Iglesia llama «Encarnación» al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por san Pablo, la Iglesia canta el misterio de la Encarnación:
Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su pone como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz (Flp 2,5-8).
464 «El acontecimiento único y totalmente singular de la Encarnación del Hijo de Dios no significa que Jesucristo sea en parte Dios y en parte hombre, ni que sea el resultado de una mezcla confusa entre lo divino y lo humano. Él se hizo verdaderamente hombre sin dejar de ser verdaderamente Dios. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. La Iglesia debió defender y aclarar esta verdad de fe durante los primeros siglos frente a unas herejías que la falseaban» (; cf 465).
San Juan Pablo II Dios nos ha creado para compartir su misma vida; nos llama a ser sus hijos, miembros vivos del Cuerpo místico de Cristo, templos luminosos del Espíritu del Amor. Nos llama a ser “suyos”: quiere que todos seamos santos (Mensaje 29.VI.1999).
El hombre, como dice la tradición del pensamiento cristiano, es “capax Dei”: capaz de conocer a Dios y de acoger el don de sí mismo que él le hace. (26 de agosto de 1998).
Estamos eternamente en el “predilecto” Hijo del Padre. (4-I-1987).
Benedicto XVI esta es la verdadera razón de la esperanza de la humanidad: la historia tiene un sentido, porque en ella «habita» la Sabiduría de Dios. Ángelus (03-01-2010)
El Verbo es «una realidad viva: un Dios que… se comunica haciéndose él mismo hombre» (J. Ratzinger, Teologia della liturgia, LEV 2010, p. 618).
“La Palabra de Dios es la luz verdadera que necesita el hombre”
«Aquellos que creen en el nombre de Cristo reciben un nuevo origen. El mismo origen de Jesucristo ahora se convierte en nuestro propio origen. Nuestra verdadera “genealogía” es la fe en Jesús, que nos da una nueva proveniencia, nos hace nacer “de Dios”» ()
Papa Francisco, Éste es el mensaje de Navidad: el Verbo se hizo carne. De este modo la Navidad nos revela el amor inmenso de Dios por la humanidad. De aquí se deriva también el entusiasmo, nuestra esperanza de cristianos, que en nuestra pobreza sabemos que somos amados, visitados y acompañados por Dios; y miramos al mundo y a la historia como el lugar donde caminar juntos con Él y entre nosotros, hacia los cielos nuevos y la tierra nueva. Ángelus, 05-01-2014
La vida de Cristo —su modo de conocer al Padre, de vivir totalmente en relación con él— abre un espacio nuevo a la experiencia humana, en el que podemos entrar. (Lumen Fidei, 18)
Sidhartha Gautama Buda Más que mil palabras inútiles vale una sola que otorgue la paz.
Laotse, el gran sabio chino del siglo sexto antes de Cristo, describe así al sabio: «Los sabios perfectos de la antigüedad eran tan sutiles, agudos y profundos, que no podían ser conocidos.
Puesto que no podían ser conocidos, sólo se puede intentar describirlos: Eran prudentes, como quien cruza un arroyo en invierno; cautos, como quien teme a sus vecinos por todos lados; reservados, como un huésped; compactos, como un tronco de madera; amplios, como un valle; complejos, como el agua turbia.»
Y más adelante agrega:
«El sabio abraza la unidad y es el modelo del mundo.
Destaca porque no se exhíbe.
Brilla porque no se guarda.
Merece honores porque no se ensalza.
Posee el mando porque no se impone.
Nadie lo combate porque él a nadie hace la guerra.
¿Son acaso vanas las palabras del antiguo proverbio: «lo humillado será ensalzado»? Por esto mismo, el sabio preservará su grandeza.»
Ortega y Gasset escribió que “si verdaderamente Dios se ha hecho hombre, ser hombre es la cosa más importante que existe”
Fray Marcos, Antes del tiempo existías, eras Palabra de Dios
Roy L. Smith “El que no tiene la Navidad en su corazón, nunca la encontrará debajo el árbol”,
Adeste fideles dice: «A quien así nos ama ¿quién no le amará?».
CONTO
«CARTA» DE JESÚS:
«Como sabrás, se ha celebrado de nuevo mi cumpleaños. Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y este año ha sucedido lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión y en todas partes no se habla de otra cosa que de la fiesta de mi cumpleaños. La verdad, es agradable pensar que, al menos un día al año, algunas personas piensan un poco en mí. Como tú sabes hace muchos años que empezaron a festejar mi cumpleaños. Al principio era una forma de comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero me da la impresión de que hoy día pocos saben para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe de qué se trata. Recuerdo que este año, al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta en mi honor. Había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo que había también muchos regalos; pero, ¿sabes una cosa? Ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí, y cuando llegó el gran día me dejaron fuera, me cerraron la puerta… y yo quería compartir la mesa con ellos. La verdad es que no me sorprendí porque en los últimos años casi todos me cierran la puerta. Yo quiero celebrarlo, todavía hay tiempo, ¿me abrirás tu la puerta para que entre? Estás todavía a tiempo»
Tomado de José María Martín OSA
ANÉCDOTA
LOS TÉRMINOS «GRACIA Y VERDAD» (v. 14)
Son sinónimos de «bondad y fidelidad», dos atributos que en el Antiguo Testamento se aplican constantemente a Dios (cfr Ex 34,6; Sal 117; 136; Os 2,16-22; etc.). «Gracia por gracia» (v. 16) puede entenderse como la substitución de la economía salvífica del Antiguo Testamento por la nueva economía de la gracia traída por Cristo. También puede indicar una superabundancia de dones otorgados por Jesús: a unas gracias se añaden otras, y todas brotan de la fuente inagotable que es Cristo, cuya plenitud de gracia no se acaba nunca.
Tomado de Biblia de Navarra
GANDHI
Cuentan las biografías de Gandhi que el Mahatma, aun siendo como era hinduista, admiraba y amaba apasionadamente a Cristo. Pero tenía una impresión bastante menos buena de los cristianos.
Una tarde hablaba del cristianismo a sus discípulos sentado a la vera de un río y, de repente, Gandhi interrumpió su discurso, se levantó, entró en el río, tomó de su fondo un guijarro y se lo mostró aún chorreante a sus oyentes. Después con otra piedra partió el guijarro en dos y mostró a sus discípulos que su interior estaba seco.
“Así –les dijo- le ocurre a Occidente. Lleva dos mil años bañado por la doctrina de Cristo, pero aunque esta doctrina ha pasado y pasado sobre su piel, por dentro está seco, por dentro no es cristiano”.
Luego Gandhi siguió hablando del nacimiento de Cristo y dijo esta frase terrible: “Cuando oigo cantar “gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres” me pregunto dónde se da hoy verdaderamente gloria a Dios y dónde hay hombres en paz. Mientras sigamos llamando paz al hambre insaciada de muchos y mientras no hayamos desarraigado de nuestro mundo la violencia. Cristo no habrá terminado de nacer” Y aún añadió otra frase que desde hace muchos años me hace a mí templar: “Me gustaría preguntarles a los cristianos qué han hecho de la Navidad”.
Terrible pregunta, amigos míos. Porque la Navidad es la mayor de las alegrías imaginables, pero yo me pregunto si muchos de los que se dicen creyentes la habrán descubierto. La Navidad es el mayor regalo hecho por Dios a la humanidad. Hace dos mil años, Dios puso en los zapatos de la humanidad el más insoñable de sus regalos: su propio Hijo. Con ello nos repetía que aún nos amaba, que aún confiaba en la humanidad.
Ortega y Gasset escribió que “si verdaderamente Dios se ha hecho hombre, ser hombre es la cosa más importante que existe”
Tomado de Juan Jáuregui
IMAI KENJI
Un arquitecto japonés Imai Kenji, con materiales destrozados o quemados por la bomba atómica de Nagasaki, ha levantado en lo alto de una colina dos inmensos mosaicos, el del amor, contra el odio, y el de la esperanza contra la desesperanza de un futuro.
Trozos de porcelana de platos, braseros, floreros, soperas, porcelana roto y destrozada, forman aquel rojo de amor y verde-blanco esperanza que parece iluminar a toda la ciudad.
Tomado de José María Maruri, SJ
DOSTOIEVSKY
Afirmaba en los “Hermanos Karamázov”, en una célebre cita, que “si Dios no existe, todo está permitido”, que podríamos interpretar como que si Dios no existe, todo es posible, no hay impedimentos ni metafísicos, ni morales… Pero a esta cita, bien podemos contraponer otra afirmación, a saber, que, si Dios se ha hecho carne, un mundo nuevo es posible, ya en esta tierra.
Tomado de Fr. Ángel Romo Fraile
EL MISTERIO DE NUESTRO DIOS:
Uno y plural (trino), con distinción, pero sin separación. El Hijo, siendo Dios como el Padre, es distinto de él en cuanto Hijo.
El Hijo no es una criatura, porque estaba en el principio intemporal en que está Dios, porque es Dios, como querían los arrianos del siglo IV. Nicea dirá contra esta opinión herética: engendrado, no creado: engendrado sí, porque es Hijo; creado no, porque no procede de Dios por creación. Tampoco es Dios Padre, como pretendían los sabelianos, confundiendo a las personas, al considerar que el Hijo era simplemente otra manifestación o presentación, otro rostro (prosopon), del que antes se había manifestado como Padre. Pero por este camino de puras manifestaciones o de simples apariencias destruían la Trinidad (real) de personas en Dios.
Pero Jesús no es simplemente la Palabra que estaba junto a Dios y era Dios, sino la Palabra que, sin dejar de ser lo que era, se hizo carne, es decir, hombre, hombre real y no una apariencia de hombre, como querían los docetas. La desnuda apariencia de su humanidad habría reducido a pura apariencia (sin consistencia real) todos sus actos humanos, actos psicosomáticos, desde el comer y el dormir hasta el sufrir y el morir. Todo en la vida de Jesús habría resultado engañoso: apariencia carente de realidad.
Pero no, el Hijo de Dios se hizo hombre naciendo de mujer. Y se hizo hombre íntegro, no hombre a medias, esto es, con un cuerpo de hombre, pero sin alma humana, como pretendieron los apolinaristas, temerosos de poner en Cristo un alma tan frágil y propensa al pecado como la nuestra o de introducir dos principios operativos en Cristo destruyendo su unidad. Todavía hubo quienes le concedieron alma, pero le privaron de voluntad humana, temerosos también de poner en Jesús un principio autónomo de decisión distinto de su naturaleza divina. Eran los monoteletas de Eutiques, también condenados por la Iglesia.
Luego el Verbo de Dios se hizo hombre y hombre íntegro, es decir, sin que le faltara nada de lo que al hombre le corresponde tener por naturaleza: corporeidad, inteligencia, voluntad y sensibilidad humanas, capacidad para sufrir, para llorar, para reír, para sentir… En todo semejante a nosotros, menos en el pecado; pero el pecado no es naturaleza humana, aunque históricamente este muy ligado a ella desde sus comienzos.
Admiremos, pues, este misterio de encarnación que nos revela el soberano e inmenso amor de Dios -lo que los Santos Padres llamaban «filantropía divina»- que tuvo que recorrer una distancia tan grande -si es que podemos hablar en estos términos-, la distancia que va de lo infinito a lo finito, para estar junto a nosotros como uno de nosotros. Nos hallamos ante el misterio de la condescendencia divina. No es extraño, por tanto, que se hable de la encarnación como un descenso (cristología descendente) del que era de condición divina, un descenso de lo superior a lo inferior. Así se ha revelado el amor de Dios.
Tomado de José Ramón Díaz Sánchez-Cid
LA ESTRELLA DE BELÉN
La Basílica de la Natividad de Belén es probablemente el templo cristiano más antiguo de cuantos se hallan en pie. Existe en él una estrella de plata que recuerda el lugar donde, según la tradición, nació Jesús. En letras capitales, grabadas en relieve, la estrella tiene esta inscripción circular latina: «Hic de Virgine María Jesús Christus natus est» (Aquí nació Jesucristo de la Virgen María). Esta estrella ha sido robada y repuesta varias veces a lo largo de la historia, sufriendo múltiples avatares. La actual fue colocada el año 1717, fabricada con reales de a ocho que mandó España. (Esta moneda fue creada en España en 1497. Se le llamaba «el dólar español» por ser la usada en Norteamérica hasta 1875. El símbolo del dólar $ proviene de las dos columnas que figuran en esta moneda con la inscripción: plus ultra). Los primeros cristianos afirmaron, desde sus orígenes, que Jesús de Nazaret no había sido una idea abstracta, sino alguien concreto que ha compartido nuestra misma vida. «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros»
Tomado de Tiempo Interior
PRESUPUESTO PARA ENTENDER EL PRÓLOGO
Las conquistas de Alejandro Magno, a finales del siglo IV a.C., supusieron una gran difusión de la cultura griega. En Judea, como en todas partes, los griegos ejercían un influjo enorme: cada vez se hablaba más su lengua, se imitaban sus costumbres, se construían edificios siguiendo su estilo, se abrían gimnasios, se enseñaba la doctrina de sus filósofos. Los judíos, al menos la clase alta, estaban encandilados con la sabiduría de Grecia. Sin embargo, algunos autores no compartían ese entusiasmo. Para ellos, la sabiduría griega era un producto reciente, obra del ingenio humano, y tenía su templo en un lugar pagano, Atenas. La verdadera sabiduría es eterna, procede de Dios, y reside en Jerusalén. Esto puede decirse con palabras vulgares, o poéticamente, presentando a la sabiduría como una mujer y contando su historia. Basándonos en diversos textos bíblicos podemos reconstruir esa historia de la Sabiduría.
Tomado de J.L.Sicre
CHISTE
¿Cuánto mide su parcela?
- Pues la verdad no tengo ni idea.
Pero, ¿qué dicen las escrituras?
- Que se hizo carne y acampó entre nosotros.
Pero eso, ¿qué tiene que ver?
Inspirado de J.L.Rubio, 100 chistes con la gracia de DIos
POEMA
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.
San Juan de la Cruz
ORACIÓN
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Acompáñanos en la hora de incertidumbre,
y que nunca desaparezca de nuestros labios
un canto de alabanza y gratitud por tu llegada.
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y, sin comprenderlo ni entenderlo muy bien,
sólo sabemos que ha merecido la pena
que estamos menos solos que antes
que, nuestra soledad, es la tuya
y que, nuestras inquietudes, ya desde pequeño
van contigo en ese rostro que, hoy por amor,
y en el calvario con pasión,
mira al hombre desde el amor.
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y en el silencio, sigue hablando tu amor
Y en la oscuridad, sigue brillando la estrella
Y en el portal, sigues esperándonos
Y en la humildad, sigues enseñándonos
el camino preferido para encontrar a Dios
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Para hacernos redescubrir el encanto de creer
y el encanto de amor
la ilusión de esperar y la alegría de vivir
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y, por venir hasta nosotros,
nos sentimos afortunados y dichosos:
¡Nunca nos había ocurrido algo parecido!
¡No te vayas, Señor!
¡Quédate junto a nosotros, Señor!
¡Deja que sigamos adorando tu divinidad!
¡Permite que te dejemos los dones
de nuestra fe, esperanza y caridad!
¡VINISTE AL MUNDO, SEÑOR!
Y, desde que has llegado,
este mundo ha encontrado una ventana
que nos abre de nuevo a la esperanza y a la paz.
Gracias, Señor: ¡HAS VENIDO…Y NOS BASTA!
Javier Leoz
MEDITACIÓN
Y EL VERBO SE HIZO CARNE.
“A nosotros esto nos parece demasiado hermoso para que sea verdadero. ¡Un Dios hecho carne, identificado con nuestra debilidad, respirando nuestro aire, caminando con nosotros, sufriendo nuestros problemas! Y seguimos buscando a Dios arriba en los cielos cuando está abajo en la tierra. Y seguimos persiguiéndole fuera, sin acogerlo con fe en nuestro interior. Una de las grandes contradicciones de los cristianos es confesar con entusiasmo la encarnación de Dios, y olvidar luego que Cristo está en medio de nosotros. Y sin embargo, después de la encarnación, a Dios sólo podemos encontrarle entre las personas, con las personas, en las personas”
(Florencino Ulibarri).
CANTO
Voy a Belén
Temblando estaba de frío. P. Fernando Morales. Con letra de Lope de Vega
Mi casa será Belén. Por Jose Antonio Olivar/Carlos Montero