E Algo + no 23º Domingo do Tempo Ordinario – Ciclo C

CITAS

«Quien busca a Jesús sin la cruz, encontrará la cruz sin Jesús»

Charles Péguy: “En la vida cristiana el que pierde, gana y el que gana, pierde”.

SAN AGUSTÍN, Pidamos al Señor la sola cosa, ésta reclamemos: habitar en la casa del Señor todos los días de nuestra vida. Todos esos días son un día eterno. (Sermones (2º) (t. X). Sobre los Evangelios Sinópticos, Sermón 65, 1-13, BAC Madrid 1983, 248-61)

         «Señor, que yo te conozca a Ti que me conoces. Que yo te conozca como soy conocido por Ti».

          «La búsqueda de Dios es la búsqueda de la felicidad. El encuentro con Dios es la felicidad misma».

Juan Casiano Muchos que, por seguir a Cristo habían menospreciado fortunas considerables, cantidades enormes de oro y plata y magníficos dominios, después se dejaron turbar por una lima, por un punzón, por una aguja, por una pluma de escribir…La perfección se encuentra solamente en la pureza de corazón. Conf. I, 6-7

Juan Taulero Resulta lógico y plenamente justo que nosotros hagamos una renuncia total para adquirir el bien puro que es Dios, y que de este modo sigamos a nuestro Maestro… … ¡Ojalá podamos librarnos de este tipo de búsqueda que carece de trabajos, amarguras y tinieblas y encontremos la paz en todo tiempo, incluso en la desgracia! Es ahí solamente donde nace la verdadera paz, la que permanece. Sermón 21, 4º para la Ascensión

San Buenaventura, Llevado por su admirable fervor, embriagado por el Espíritu se quita hasta la ropa interior y, completamente desnudo delante de toda la asistencia, declara a su padre: “Hasta ahora te he llamado padre en la tierra; de aquí en adelante puedo decir con toda seguridad: “Padre Nuestro que estás en el cielo” ya que he confiado a él mi tesoro y entregado mi fe.” La Vida de san Francisco, Leyenda mayor, cap. 2.

San Basilio, Renunciarse es, pues, desatar los lazos que nos atan a esta vida terrestre y pasajera, liberarse de las contingencias humanas, a fin de hacernos más aptos para caminar por el camino que conduce a Dios. Y para decirlo del todo, renunciarse es transportar el corazón humano a la vida del cielo, de tal manera que se pueda decir: “Nuestra patria está en el cielo” (Flp 3,20). Y, sobre todo, es empezar a ser semejante a Cristo, que por nosotros se hizo pobre, él que era rico (2C 8,9). Debemos asemejarnos a él si queremos vivir según el Evangelio. Grandes Reglas monásticas; cuestión 8.

Ignacio de Loyola, La renuncia de la voluntad propia vale más que resucitar a los muertos.

Teresa de Avila, “El que quiere conseguir todo debe renunciar a todo”

Dietrich Bonhoeffer, «Los verdaderos cristianos, siempre serán pequeños en número. Podemos medir la membresía de la iglesia, pero nunca podemos medir el discipulado cristiano».

SS. Francisco “Para seguir a Jesús debemos despojarnos de la cultura del bienestar y de la fascinación de lo provisional”

         Si queremos seguir a Jesús de cerca, no podemos buscar una vida cómoda y tranquila. Será una vida comprometida, pero llena de alegría.

         Oídos atentos

         É triste ver con que facilidade hoxe se maldí, se despreza, se insulta. Presos dun excesivo arrebato, non se consigue aguantar e descargase a ira con calquera e por calquera cousa … a miúdo, por desgracia, o que grita máis e con máis forza, o que está máis enfadado, parece que ten razón e recibe a aprobación dos demais … Deixen de contaxiar pola arrogancia e as lamentacións…. para que se busca aumentar as ganancia? cal é o propósito: Dar ou ter? Compartir ou acumular?

         A economía do Evanxeo multiplica compartindo, nutre distribuíndo, non satisfai a voracidade duns poucos, senón que da vida ao mundo.

         Por iso, é necesario que os seres humanos practiquen dous verbos esenciais para a vida de cada día: dicir e dar. Dúas accións necesarias nas sociedades actuais famentas de amor e atención, que sufran a degradación e o abandono, e nas que hai tantas persoas anciáns e solas, familias en dificultade e mocidade que loita con dificultade para gañarse o pan e alimentar os seus soños.

         Tomado de Remol

San Pío de Pieltrecina “Casi todos vienen a mí para que les alivie la Cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla”.

Regnum Christi  «Seguir a Cristo es difícil, pero llena el alma de felicidad. Y no hay mejor gozo que el gozo de la cruz; no hay mayor alegría que la que produce el seguir a Cristo».

Friedrich von Schiller Quien nada arriesga, nada tiene derecho a esperar.

Francisco Fernández-Carvajal “Seguir a Jesús no es compatible con todo. Hay que elegir, y renunciar a todo lo que sea un impedimento para estar con Él.”

Goethe “Debemos renunciar a nuestra existencia para existir verdaderamente.” 

Ruiz de Galarreta: «No es primero la renuncia para llegar a la alegría: es primero la alegría, y de ella se derivan las renuncias».

CONTOS

         ¡CORTA LA CUERDA!

         Un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.

         Su afán por subir lo llevó a continuar cuando ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

         Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire. El alpinista solo podía sentir la terrible sensación de la caída en medio de la total oscuridad. En esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. De repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.

         En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: ¡¡¡AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡

De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

         – ¿QUE QUIERES MI HIJO?

         – Sálvame Dios mío

         – ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?

         – Por supuesto Señor

         – ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE…

         Aquel alpinista, aterrorizado, se aferró más aún a la cuerda.

         Al siguiente día el equipo de rescate encontró al alpinista muerto, colgado de la soga … A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO…

            ¿Y tu? ¿Confías en Dios cuando te pide lo que parece contrario a tus intereses?, ¿Cortarías la cuerda?

Tomado de www.corazones.org

LA PIEDRA PRECIOSA

         Hay una historia de un hombre que corre al encuentro de un monje que está pasando por la aldea: «¡Deme la piedra, la piedra preciosa!»

         Dijo el monje: «¿De qué piedra hablas?»

         El hombre: «Ayer a la noche, Dios se me apareció en un sueño y me dijo: Un monje estará pasando por la aldea mañana al mediodía, y si él le da ‘una piedra que lleva consigo, usted será el hombre más rico del país. ¡Entonces, deme la piedra!»

         El monje revolvió en su hábito y sacó Un diamante, et mayor diamante del mundo, ¡del tamaño de la cabeza de un hombre! Y dijo: «¿Es ésta la piedra que quieres? Yo la encontré en el bosque ¡Tómala!»

         El hombre tomó la piedra y se fue corriendo a su casa. Pero aquella noche no pudo dormir. A la mañana siguiente, muy temprano, fue adonde el monje dormía, debajo de un árbol y habiendo comprendido le dijo: «Aquí tienes de vuelta el diamante. Quiero la riqueza que nos torna capaces de verter hacia afuera la riqueza;»

         Eso es lo que tenemos que descubrir si queremos hallar la alegría.

Tomado de Anthony de Mello – Caminar Sobre las Aguas

         Un cerdo y una gallina que compartían el mismo corral se enteraron del programa de una iglesia para alimentar a los hambrientos. El cerdo y la gallina discutieron cómo podrían ayudar. La gallina dijo: «Lo tengo. Proporcionaremos tocino y huevos para que la iglesia alimente a los hambrientos». El cerdo pensó en la sugerencia y dijo: «Solo hay una cosa mal con tu idea de tocino y huevos. Para ti, solo requiere una pequeña contribución, pero para mí, significará un compromiso total».

Tomado de P. Félix Jiménez

LA RENUNCIA

         Iban de viaje dos monjes, uno de los cuales practicaba la espiritualidad del ahorro, mientras que el otro creía en la renuncia.

         Se habían pasado el día discutiendo acerca de sus respectivas espiritualidades, hasta que, al atardecer, llegaron a la orilla de un río.

         El que creía en la renuncia no llevaba dinero consigo, y le dijo al otro:

         No podemos pagar al barquero para que nos pase al otro lado, pero tampoco hay que preocuparse por el cuerpo.

         Será mejor que pasemos aquí la noche alabando a Dios, y seguro que mañana encontraremos a un alma buena que nos pague la travesía.

         Y dijo el otro:

         A este lado del río no hay pueblo, caserío, cabaña ni refugio alguno.

         Nos devorarán las bestias salvajes, o nos picarán las serpientes, o nos moriremos de frío.

         Sin embargo, al otro lado del río podremos pasar la noche confortablemente y a salvo. Yo tengo dinero para pagar al barquero.

         Y una vez a salvo en la otra orilla, le regañó a su compañero:

         ¿Has visto para lo que vale el ahorrar dinero?

         Gracias a ello he podido salvar tu vida y la mía.

         ¿Qué nos habría ocurrido si yo hubiera sido un hombre de renuncia como tú?.

         Y el otro le replicó:

         Ha sido tu renuncia la que nos ha permitido cruzar el río, porque te has desprendido de parte de tu dinero para pagar al barquero, ¿no es así?

         Además, como yo no llevaba dinero en mi bolsillo, tu bolsillo se ha hecho mío.

         La verdad es que he observado que yo no sufro jamás, porque siempre tengo lo que necesito.

— Cuento budista

ANÉCDOTAS

EL VALOR DEL  DINERO

Con el dinero se puede comprar:

LUJOS, pero no felicidad

DIVERSIÓN, pero no gozo

ALIMENTOS, pero no apetito

MEDICINA, pero no salud

LIBROS, pero no sabiduría

ADULADORES, pero no amistad

CASA, pero no un hogar

CAMA, pero no descanso

TUMBA, pero no el cielo…

RIQUEZAS PASAJERAS,

 pero no el tesoro de vida eterna

Cierto día, el cardenal Wisseman discutía con un filósofo utilitarista sobre la excelencia de Dios. A los contundentes y clarísimos raciocinios del obispo respondía el filósofo con mucha flema: «No lo veo, yo no lo veo…». Wisseman tuvo entonces un rasgo ingenioso. Escribió en un papel la palabra «DIOS» y colocó encima una libra esterlina. El materialista inglés abrió los ojos con sorpresa. Le dice el obispo:

– ¿Qué ve usted?

– Una libra esterlina.

– ¿Nada más?

– Nada más.

Muy tranquilo entonces, Wisseman quitó la libra esterlina y dijo a su compañero:

– ¿Y ahora, qué ve usted?

– Veo «DIOS».

– ¿Qué os impedía ver a Dios?

El filósofo utilitarista se calló como un muerto.

Tomado de  José María Martín OSA

De un santo fraile del siglo XVII leemos: “Asiduo a los ayunos y penitencias, se excedía igualmente en la oración, de tal manera que apenas tenía trato con los hermanos. Sin embargo, algunos lo sorprendieron en su celda, cantando al son de la vihuela que siempre llevaba consigo”.

Tomado de  Gustavo Vélez, mxy

AFERRARSE A LOS BIENES CUESTA LA VIDA.

Pompeya es una ciudad antigua en Italia que fue cubierta totalmente por las cenizas calientes y la lava del volcán cercano. Al excavar la ciudad encontraron muchos cadáveres que por la capa de cenizas petrificadas se habían conservado perfectamente. Encontraron a uno rodeado de sus pertenencias a la salida de su casa. Se puede deducir que quería llevarse muchas cosas y por eso no podía pasar por la puerta de la casa. Si hubiera salido enseguida sin buscar sus cosas a lo mejor habría escapado con vida. Pero por amor a sus bienes murió.

Tomado de MSC

CHISTES

FANS DE JESÚS

En el verano de 1998 un hombre que vivía en Amsterdam fue a confesarse con su párroco.

“Padre, este es mi pecado. Durante la segunda guerra mundial di refugio a un judío muy rico para salvarle la vida de los Nazis.

El cura le dijo que había hecho una acción que exigía mucha generosidad y valentía y le preguntó: ¿por qué cree que ha cometido un pecado?

“Padre, le exigí que tenía que pagarme 200 € por cada semana que estuviera en mi casa”.

La verdad es que no debería sentirse muy orgulloso, pero lo hizo por una buena causa, le dijo el cura.

“Gracias, Padre, por su comprensión, pero tengo una pregunta más que hacerle.

¿Tengo que decirle al judío que la guerra ya ha terminado?

Tomado de P. Félix Jiménez

         “¿A quién quieres más, a papá o a mamá?”, preguntaba la tía anciana inclinada sobre su sobrina pequeña, de apenas tres años, que desde allá abajo miraba con ojos asustados… y ante el silencio expectante no tuvo más remedio que al final responder:

         -“A los dos”, escuchando las risitas de aprobación que mostraban como padres, tía y demás asistentes a la escena se daban por complacidos por la salida airosa de la niña.

Tomado de P. Juan Jáuregui Castelo

ORACIÓN

Para mí, Jesús es

El Verbo hecho carne.

El Pan de la vida.

La víctima sacrificada en la cruz por nuestros pecados.

El Sacrificio ofrecido en la Santa Misa por los pecados del mundo y por los míos propios.

La Palabra, para ser dicha.

La Verdad, para ser proclamada.

El Camino, para ser recorrido.

La luz, para ser encendida.

La Vida, para ser vivida.

El Amor, para ser amado.

La Alegría, para ser compartida.

El sacrificio, para ser dados a otros.

El Pan de Vida, para que sea mi sustento.

El Hambriento, para ser alimentado.

El Sediento, para ser saciado.

El Desnudo, para ser vestido.

El Desamparado, para ser recogido.

El Enfermo, para ser curado.

El Solitario, para ser amado.

El Indeseado, para ser querido.

El Leproso, para lavar sus heridas.

El Mendigo, para darle una sonrisa.

El Alcoholizado, para escucharlo.

El Deficiente Mental, para protegerlo.

El Pequeñín, para abrazarlo.

El Ciego, para guiarlo.

El Mudo, para hablar por él.

El Tullido, para caminar con él.

El Drogadicto, para ser comprendido en amistad.

La Prostituta, para alejarla del peligro y ser su amiga.

El Preso, para ser visitado.

El Anciano, para ser atendido.

Para mí, Jesús es mi Dios.

Jesús es mi Esposo.

Jesús es mi Vida.

Jesús es mi único amor.

Jesús es mi Todo.

Teresa de Calcuta Ven, sé mi Luz: Las cartas privadas de la santa de Calcuta.

Ven, Espíritu Santo,

dame tu gracia para saber renunciar a todo lo que pueda distraer mi oración,

porque quiero seguirte y vivir centrado en Ti,

trabajar por Ti, sufrir por Ti, gozar por Ti, amar por Ti

y buscarte en todo y siempre.

Jesús, dame un amor ardiente y personal a tu Divino Corazón

para que nada, ni nadie, sea más importante en mi vida.

Jesús, gracias por este momento de oración.

Aumenta mi fe para poder seguir el camino que me propones.

Quiero ser tu discípulo, abrazar, por amor a Ti,

los problemas y el sufrimiento que pueda encontrar el día de hoy, sabiendo que Tú estás conmigo

y que todo tiene valor y recompensa,

si es hecho por amor a Dios y a los demás.

*Fuente: Catholic.net

CANTO

Hay que dejarlo todo – Acto12 feat Valeria Boccacci

Un Corazón y Lead – Solo Tú

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