CITAS
“No se vence resistiendo, porque cuanto más lo piensa uno, más se enciende; se vence huyendo, es decir,
evitando totalmente los pensamientos inmundos,
y todas las ocasiones”.
(Sto. Tomás de Aquino)
Ovidio, «Cada uno es atraído por el objeto del propio placer».
San Cirilo de Jerusalén, elDiablo, es “pésimo consejero” (Catequesis II 1-20.).
S. Ambrosio, «donde el diablo asedia, allí está presente Cristo»(Sermo 20).
San Agustín: “Nuestra vida en medio de esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigos y de tentaciones…”
¿Te fijas en que Cristo fue tentado, y no te fijas en que venció? Reconócete a ti mismo tentado en Él, y reconócete vencedor en Él. Podía haber evitado al diablo; pero, si no hubiese sido tentado, no te habría aleccionado para la victoria cuando tú fueras tentado. (Salmo 60, 2-3: CCL 39, 766)
Mestre Eckhart: «Aparta de Deus todo canto o reviste e tómao puro no vestidor, onde está descuberto e espido».
Juan Bautista de la Salle quien pretende consagrarse a Dios ha de ser dejar el mundo, con el fin de disponerse a luchar contra el mundo mismo y contra los demás enemigos de nuestra salvación. Primer domingo de Cuaresma, n. 1-2
Santa Teresa “Quien no hace oración, no necesita demonio que le tiente”.
Padre Pio de Pietrelcina «Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del demonio tanto más cerca del alma está Dios.» ()
Madre Teresa de Calcuta “Las tentaciones las tenemos todos. Pero si Jesús es una realidad viviente en mi vida, entonces ya no tengo miedo.” ()
Juan Pablo II, La conversión es un don de Dios, que el hombre debe pedir con ferviente oración y que nos ha merecido Cristo, «nuevo Adán». (…) son tres los aspectos del mundo, del que debe mantenerse alejado el cristiano para ser fiel al mensaje de Jesús: los apetitos sensuales: el ansia excesiva de los bienes terrenos, sobre los cuales el hombre cree ilusoriamente poder construir toda su vida: y finalmente la autosuficiencia orgullosa en relación con Dios. Homilía (08-03-1981)
Benedicto XVI El diablo intenta continuamente hacer creer a los hombres que Dios debe desaparecer, para que ellos puedan llegar a ser grandes; que obstaculiza nuestra libertad y que por eso debemos desembarazarnos de Él ().
Francisco, Acordémonos de esto: e el momento de la tentación, de nuestras tentaciones, nada de diálogo con Satanás, sino siempre defendidos por la Palabra de Dios. Y esto nos salvará. Ángelus (09-03-2014)
La Palabra de Dios: esa tiene la fuerza para derrotar a satanás. Por esto es necesario familiarizarse con la Biblia: leerla a menudo, meditarla, asimilarla. La Biblia contiene la Palabra de Dios, que es siempre actual y eficaz. Alguno ha dicho: ¿qué sucedería si usáramos la Biblia como tratamos nuestro móvil? ¿Si la llevásemos siempre con nosotros, o al menos el pequeño Evangelio de bolsillo, qué sucedería?; si volviésemos atrás cuando la olvidamos: tú te olvidas el móvil —¡oh!—, no lo tengo, vuelvo atrás a buscarlo; si la abriéramos varias veces al día; si leyéramos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia como leemos los mensajes del teléfono, ¿qué sucedería? Claramente la comparación es paradójica, pero hace reflexionar. Ángelus (05-03-2017)
Es fundamental también no acercarse a él, porque, como decía un Padre de la Iglesia, es como un perro “enfadado”, “rabioso”, encadenado, al que no se le puede hacer una caricia porque muerde. Si yo sé que espiritualmente, si me acerco a ese pensamiento, si me acerco a ese deseo, si voy a esa parte o a la otra, me estoy acercando al perro rabioso encadenado. Por favor, no lo hagan. -“Tengo una herida grande”. -“¿Quién te la hizo?” -“El perro” -“¿Pero estaba encadenado?” -“Sí, pero yo fui a darle una caricia” -“Pues te lo has buscado”. Es así: no acercarse nunca, porque está encadenado. Dejémosle allí encadenado
Heiddeger: «La renuncia no quita. La renuncia da».
José Luis Sicre En el fondo, las tres tentaciones se reducen a una sola: colocarse por delante de Dios, poner las propias necesidades, temores y gustos por encima del servicio incondicional al Señor, desconfiando de su ayuda o queriendo suplantarlo.
José Antonio Pagola La Iglesia tiene que ahuyentar hoy todas las tentaciones de poder, gloria o dominación, gritando con Jesús: «Vete, Satanás». El poder mundano es una oferta diabólica. Cuando los cristianos lo buscamos, nos alejamos de Jesús.
Raniero Cantalamessa, El demonio, el satanismo y otros fenómenos relacionados son de gran actualidad e inquietan no poco a nuestra sociedad. Nuestro mundo tecnológico e industrializado pulula de magos, brujos urbanos, ocultismo, espiritismo, escrutadores de horóscopos, vendedores de hechizos, de amuletos, así como de auténticas sectas satánicas. Expulsado por la puerta, el diablo ha entrado por la ventana. O sea, expulsado por la fe, ha vuelto a entrar con la superstición.
Con Cristo no tenemos nada que temer. Nada ni nadie puede hacernos daño si nosotros no lo queremos. Satanás -decía un antiguo padre de la Iglesia–, tras la venida de Cristo, es como un perro atado en la era; puede ladrar y abalanzarse cuanto le plazca; si no nos acercamos, no puede morder. ¡Jesús en el desierto se liberó de satanás para liberarnos de satanás! Es la gozosa noticia con la que iniciamos nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua
Baudelaire, «la mayor astucia del demonio es hacer creer que no existe».
Franz Jalics, «Todo hombre lleva en su interior cosas buenas y malas, la luz y la sombra. No nos gusta reconocer el lado oscuro de nuestro interior. Reprimimos nuestros aspectos sombríos desplazándolos hacia el subconsciente y nos creamos una imagen propia, compuesta únicamente de cualidades positivas. Poco a apoco nos vamos convenciendo de que somos como desearíamos ser» Ejercicios de contemplación, 52
Juan Manuel de la Prada: «El hombre que se cree impecable no confía en la ayuda de sus semejantes y mucho menos reclama el auxilio divino, pues considera que Dios es una creación de débiles mentales. Y cuanto más encumbrado está, más hundido termina en el barro. Así hemos visto desmoronarse muchos falsos prestigios, muchas ambiciones desnortadas, muchos imperios triunfantes».
Jean Vanier hablando de nuestra fragilidad: «Lo único que necesito es reconocer quién soy yo y decirle a Jesús que lo necesito, a la comunidad. Porque descubrí mi violencia, mis celos, mi miedo. No tiene importancia. Dios es mucho más fuerte que nuestras miserias. La única cosa al descubrir la pobreza es no encerrarse en la culpabilidad, en la depresión, en la violencia. O bien me justifico o busco acusar. En vez de excusarme, en vez de aceptar, acuso. En vez de volverme hacia Jesús. Y decirle que le necesito. Hacia los hermanos y decirles que los necesito. Tengo dificultad de perdonar. Necesito tu ayuda, tu oración. Estamos todos en camino».
Ruiz de Galarreta: «En Jesús vemos la situación humana completa: el ser humano acosado por debilidades y oscuridades… y lleno de la fuerza de Dios que le hace superar todo eso para cumplir el plan de Dios».
Richard Bach «Tu única obligación en cualquier período vital consiste en ser fiel a ti mismo», Juan Salvador Gaviota.
La mayor tentación es conformarse con demasiado poco. Thomas Merton Las tentaciones, a diferencia de las oportunidades, siempre se nos presentan muchas veces. A. Battista |
CONTO
LA LUCHA DE LA CUARESMA – Y DE TODA LA VIDA.
Se cuenta lo siguiente de un viejo ermitaño, es decir, uno de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado que hacer. La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo. Les contestó: «Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león». «No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales?» Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron. Porque estos animales los tienen todos los hombres, ustedes también.
«Los dos halcones son mis ojos. Se lanzan sobre todo lo que que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre una presa buena. Los dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlos para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir. Son mis dos manos. Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosas difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me guste. Son mis dos pies. Los más difícil es vigilar es la serpiente aunque se encuentre encerrada en una jaula de 32 varillas. Siempre está lista para morder y envenenar a los que la rodean apenas se abra la jaula. Es mi lengua. Si no la vigilo de cerca hace daño. El burro es muy obstinado. No quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día. Es mi cuerpo. Finalmente necesito domar el león. Quiere ser rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso. Es mi corazón.
Tomado de MSC
ANÉCDOTA
Walter Mischel, sociólogo de la Universidad de Standford, realizó una prueba a unos niños y niñas de 4 años.
Los llevó a una habitación donde había un delicioso bombón de chocolate encima de la mesa, y dijo a cada uno: “puedes comerte el bombón ahora, pero si esperas para comértelo a que yo vuelva de un recado, te daré dos bombones”.
Resultado: uno de cada tres niños no pudo resistir la tentación y se comió inmediatamente el bombón. Otra tercera parte esperó un poco, pero cedió. El otro tercio dominó valientemente el impulso de comerse el dulce; supo esperar y recibió los dos bombones.
Catorce años más tarde, los que fueron niños impulsivos a los 4 años se habían convertido en jóvenes problemáticos. Los que habían sabido esperar estaban más capacitados para enfrentarse a las frustraciones, eran más resistentes a la presión, más autónomos, y seguían mostrándose capaces de diferir las recompensas en beneficio de sus objetivos.
(Del Calendario del Mensajero del Corazón de Jesús)
CERDOS BIEN CUIDADOS
En una viñeta de la revista The NewYorker se ve al dueño de unos cerdos que está llenando la gamella con abundante pienso. Uno de los cerdos mira a los otros y les dice: ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué es tan generoso nuestro dueño?
Tomado de P. Félix Jiménez
LA CAUSA DEL MAL
Un periódico hizo esta pregunta a sus lectores: «¿Cuál es la causa de que haya tanto mal en el mundo?»
Hubo miles de respuestas.
G. K. Chesterton contestó: «Dear Sir, I am». «Querido Señor, Yo soy».
Tomado de P. Félix Jiménez
CONDUCIDO POR EL ESPÍRITU
Se dice que Jesús fue conducido al desierto por «el Espíritu que lo acompañaba», no por «el espíritu malo». La teología rabínica otorgaba un gran valor al modo en que los elegidos por Dios fueron probados. Se nos ha transmitido una frase que resume esta concepción judía: «Rabbí Jonatán ha dicho: Cuando un batanero golpea el lino, no lo hace porque quiera descomponerlo o romperlo, sino porque si el lino es bueno, con ello se pone más hermoso. Por ello no tienta Dios a los impíos, porque no podrían resistir» (Strack-Billerbeck, Mt 4,1).
No se cita con exactitud en qué lugar del desierto permaneció Jesús. Se ha intentado localizar en un macizo montañoso del desierto de Judá de unos 500 mts de altura media, al oeste de Jericó. En sus cercanías la arqueología ha descubierto cuevas con restos de que fueron habitadas ocasionalmente por ermitaños.
Pepe Gómez, Tiempo Interior
CHISTE
TENTACIÓN DE COMPRAR…
En el escaparate de una peletería: «A la compradora de este abrigo de pieles le obsequiamos con un tubito de pastillas tranquilizantes para su marido». (pobre…)
CON EL BAÑADOR
-Padre a su hijo: Hijo mío, no te bañes en el canal.
-De acuerdo, contesta el hijo. Pero aquella misma tarde volvió a casa con el bañador mojado.
-¿Dónde has estado? Le preguntó el padre.
-Bañándome en el canal, contestó el hijo. ¿No te dije que no te bañaras en el canal? Le preguntó el padre.
-Sí, es cierto.
-¿Por qué lo hiciste?
-Porque llevaba puesto el bañador y no pude resistir la tentación.
-¿Y por qué lo llevabas puesto?
-Para estar preparado para nadar en caso de ser tentado.
POEMA
LA MURALLA (fragmento):
Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la hierbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor
abre la muralla.
Nicolás Guillén
MEDITACIÓN
EL DESIERTO DEL ALMA
Esos momentos donde todo parece oscuro y comienzan todas las dudas del futuro.
Esos momentos donde por dentro no se ve nada y sin embargo ansiamos la luz.
Esos momentos donde nos sentimos perdidos y no vemos si habrá salida al final.
Esos momentos en los que buscamos a Dios que está a nuestro lado, e incluso dentro de nosotros, pero al que no logramos ver.
Esos momentos donde el sufrimiento parece apagar todas nuestras esperanzas.
Y sin embargo, son momentos de purificación, momentos de fortalecimiento, momentos de maduración de nuestro ser interior.
DESIERTO DEL MATRIMONIO
Todo comenzó muy bien el día de la boda. Todo marchó muy bien en la luna de miel.
Y luego todo parece complicarse.
Comienza el desierto de la desilusión. No era lo que yo esperaba.
Comienza el desierto de entendernos y sentirnos extraños.
Comienza el desierto de los silencios en los que cada uno se esconde.
Comienza el desierto de las infidelidades secretas.
Comienza el desierto de la mentira y el engaño.
Comienza el desierto de las insatisfacciones.
Comienza el desierto de las mutuas acusaciones.
Comienza el desierto de de las discusiones inútiles que rompen la armonía.
Comienza el desierto de la soledad en compañía.
El matrimonio tiene muchos desiertos. Pero todos ellos son necesarios, porque son la manera de purificar y fortalecer y hacer crecer el amor de verdad, no aquel amor epidérmico del pasado. Son esos desiertos donde “encontrará descanso el amor”.
DESIERTO DE LA FE
También la fe necesita atravesar las dunas ardientes del desierto.
El desierto de las dudas.
El desierto de querer entender y no ver nada claro.
El desierto de querer creer y sentir que los pies se hunden en la arena de los defectos y pecados de la Iglesia.
El desierto de querer creer y ser testigos de tantas incoherencias entre la fe que anunciamos y la vida que vivimos.
El desierto de sentir que creer es remar contra corriente, en un mundo que quiere prescindir de Dios.
El desierto de tantas divisiones e intereses personales, incluso en las cumbres de la Iglesia.
El desierto de tantos escándalos precisamente por parte de aquellos que eran las columnas de nuestra fe.
Pero la fe necesita de estos desiertos. Necesita de estas luchas y batallas.
Porque es ahí “donde El nuevo Israel peregrino va siguiendo en pos de una cruz. La nube que alumbra el camino a través de un mundo sin luz. El cielo es el reino futuro, nueva tierra de promisión, que orienta los pasos seguros de este nuevo pueblo de Dios”.
Las oscuridades de la noche nos impiden ver las flores del jardín. Pero será el amanecer que les devolverá el color. El desierto de la cuaresma tendrá su tierra prometida en la Pascua.
LA TENTACIÓN DE SER PROTAGONISTAS
Una de las grandes tentaciones que vivimos actualmente los jóvenes en la Iglesia, y también en otros ambientes, es el avasallador deseo de ser protagonistas. Penosamente, me ha tocado ser testigo de grupos juveniles que quedan heridos y desintegrados porque algunos de sus miembros pelean por el pedestal principal, ese ansiado lugar en donde todos los vean, les obedezcan y les rindan algún tipo de pleitesía. Me parece que esa misma tentación acecha también a las comunidades de religiosas, religiosos y a cualquier grupo humano. Todos estamos expuestos a la tentación de sentirnos indispensables, insustituibles y únicos; y es verdad, cada uno de nosotros es absoluto en sí mismo, imagen del buen Dios y también sujetos de su amor que sobrepasa todas las cosas, pero ninguno de nosotros somos los protagonistas ni de nuestra propia vida.
A muchos jóvenes nos parece que el mundo ha nacido con nosotros y parece que ignoramos que antes de nosotros ha habido muchas personas que han labrado, con su esfuerzo y su sudor, esta bendita tierra que ahora habitamos. La historia no nació con nosotros y el mundo no terminará después de nosotros. ¡Qué liberador resalta ser el darse cuenta de que no somos el centro del mundo y que el universo no gira alrededor nuestro! ¡Qué liberador es percatarse de que las cosas se hacen conmigo, sin mí y, a veces, a pesar de mí! ¡Qué liberador, también, es ser consciente de que soy uno más en la fila de la vida…Uno más y nada más!
El mejor ejemplo siempre lo encontramos en Jesús de Nazaret, que «no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mt 20, 28). Ese mismo Jesús, que sabiamente aconsejaba a sus discípulos, también nos aconseja a nosotros «el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor» (Mt 20, 26). No somos más que servidores en la viña del Señor y nuestro aporte, por más valioso y necesario que sea, no es indispensable. El complejo mesiánico hace mucho daño a nuestras comunidades. Si el Señor nos ha regalado un don o un carisma particular, no es para sentirnos especiales, sino para ponerlo al servicio gratuito y desinteresado de los demás.
Cuidemos nuestro corazón de los vanos deseos de ser protagonistas, pues esos deseos nos pierden y nos convierten en los antagónicos de la historia de nuestras comunidades. Cuidemos nuestro corazón de la hambrienta búsqueda de los reflectores y de los aplausos que tan fugazmente se desvanecen y nos dejan en la nada. Contemplemos cómo la fecundidad de una semilla siempre brota en lo profundo y secreto de las entrañas de la tierra, sin aspavientos, sin escándalos y muy lejos de toda ambición de grandeza.
Del deseo de ser aplaudidos y del temor de ser olvidados: ¡líbranos, Señor!
Genaro Ávila-Valencia, sj
La verdadera conquista de lo humano
se consigue en el interior.
Solo lejos del bullicio, del ruido y de la vorágine de los sentidos
te puedes encontrar contigo mismo y dilucidar tu futuro.
No te dejes engañar por los cantos de sirena.
Son cada vez más y con más poder de seducción.
Pero la fuerza del Espíritu, siempre será mayor.
Fray Marcos
ORACIÓN
Señor, ¡crea en nosotros un corazón nuevo! Renuévanos en tu amor. Obtennos tú, Virgen María, un corazón nuevo y un espíritu firme. Así llegaremos a celebrar la Pascua, renovados y reconciliados con Dios y con los hermanos.
Juan Pablo II, Homilía (17-02-2002)
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma,
para hacerme comprender que, mi vida sin Dios,
es paja que lleva el viento.
Venís a mi encuentro, días de gracia y de perdón,
para hacerme sentir que, no estoy sólo,
que Dios me acompaña en mí caminar
que, cuando vuelvo los ojos hacia El,
no hay reproche alguno sino indulgencia plena.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Que no desperdicie tantos dones que me traes
Que, si hay para mí, también los pretenda para los demás
Que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles
mi servicio y me delicadeza,
que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Porque son muchos los lodos que intentan engullirte
Porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros
que la misma luminosidad de la Santa Pascua
Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos
Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz
Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Para que, cuando llegue junto contigo
al final del Gólgota,
sepa valorar el esfuerzo de mi CONVERSION
El alimento de mi ORACIÓN
El rédito del silencio de la CARIDAD
La hermandad del PERDON dado y recibido
¡QUE NO PIERDA, DE VISTA TU PASCUA, SEÑOR!
Tomado de P. Javier Leoz
CANTO
Kairy Marquez – Mi Todo
https://youtu.be/4LMP0pZ1ujs ACUSTIC
Las Avispas Juan Luis Guerra