E Algo + no 15º Domingo do Tempo Ordinario – Ciclo C

CITAS

S. Ireneo «El Señor prescribió el amor a Dios y enseñó la justicia para con el prójimo a fin de que el hombre no fuese injusto ni indigno de Dios. Así, por el Decálogo, Dio preparaba al hombre para ser su amigo y tener un solo corazón con su prójimo».

San Ambrosio, Puesto que nadie es tan verdaderamente nuestro prójimo como el que ha curado nuestras heridas, amémosle, viendo en él a nuestro Señor, y querámosle como a nuestro prójimo; pues nada hay tan próximo a los miembros como la cabeza. Comentario al evangelio de Lucas, 7, 74s.L.7, 71-84, BAC Madrid 1966, p. 379-84

San Juan de la Cruz: «En el atardecer de la vida, nos examinarán en el amor».

Concilio de Trento enseña que «Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar avisa que hagas lo que puedas y pidas lo que no puedas, y ayuda para que puedas» (De iustificatione 11).

CARD. M. GONZALEZ MARTIN, “Habrá ocasiones en que, antes de predicar la fe, haya que acercarse al herido que está al borde del camino, para curar sus heridas. Ciertamente. Pero sin excluir nunca de nuestra preocupación de cristianos la comunicación de la fe, la educación de la misma y la propagación del sentido cristiano de la vida” Libres en la caridad, Balmes, Barcelona 1970, p. 58.

San Juan Pablo II, La solidaridad «no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos» Carta encíclica Sollicitudo rei socialis, 1987, n.38.

Benedicto XVI, Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Encíclica “Deus caritas est”, n. 15.

SS. FRANCISCO, Dios es muy misericordioso con nosotros. Aprendamos también nosotros a tener misericordia con los demás, especialmente con los que sufren.

EDUARDO CARDENAL PIRONIO, «Es un necesitado cualquiera que se cruza en mi camino, no importa cuál sea su nombre, raza o religión. No perdamos tiempo intentando saber los detalles; lo importante es no pasar dando un rodeo. Sólo una cosa debe importarnos: que este pobre hombre me necesita, ¡y su nombre es Jesús!» «Homo quidam», Dolentium hominum,1986, n.1, p. 8.

Paul Claudel, «Dios no vino a eliminar el sufrimiento, sino a llenarlo con su presencia».

Rainiero Cantalamessa, La cuestión que hay que plantearse no es: «¿Quién es mi prójimo?», sino: «¿De quién me puedo hacer prójimo, ahora, aquí?».

Enrique Martínez Lozano, La sabiduría afirma que lo que llamamos “realización” tiene dos alas, necesariamente unidas: la comprensión y la compasión. Y no se trata de dos realidades yuxtapuestas, sino de las dos caras de la misma realidad. Quien comprende lo que somos –desde la certeza de no separación con todos– no puede no vivir la compasión; y quien vive la compasión ya está comprendiendo lo que somos (aunque ni siquiera lo haya conceptualizado). Por el contrario, tanto la comprensión sin compasión como esta sin aquella no son sino maneras narcisistas que no buscan otra cosa que la autoafirmación del yo, un yo que presume de ser “sabio” o “compasivo”.

J.M. Castillo “La religión puede endurecer el corazón de muchas personas“… “Terminan por dar más importancia a sus observancias que al dolor y las humillaciones que padece la gente”.

Llucià Pou Sabaté Ayudar a los demás es ayudar a Jesús, hacer daño a los demás es hacer daño a Jesús.

San Gregorio Magno Ayudar al débil es caridad; pretender ayudar al poderoso es orgullo.

Padre Luis Carlos Aparicio Mesones S.M Debemos ayudar al más próximo que padece necesidad. Pasar y dejar que otro lo haga, porque me urge otro compromiso, no es una actitud cristiana.

¿Cuántos volvemos la mirada y nos paramos a preguntar al que extiende una mano pidiendo ayuda o al que está mano sobre mano en la plaza para ver qué necesita?

Rudyard Kipling La Providencia ayuda a los que ayudan al prójimo.

Sta. Madre Teresa, No basta con que digamos: Yo amo a Dios pero no amo a mi prójimo. San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor para que sea auténtico tiene que doler.

Amar al prójimo debe ser tan natural como vivir y respirar.

Cada vez que menospreciamos a uno de nuestros hermanos porque es pobre o enfermo, es a Cristo a quien humillamos.

Cuando nos dirijamos a alguien, recordemos que Cristo vive en esa persona.

Ana Frank Desde que la vida empezó, la regla se estableció: ¡Nuestras faltas ignoramos, las del prójimo aumentamos! «Diario de Ana Frank» (1947),

Kung FuTse, Confucio Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio.

Pitágoras Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no a llevarla.

Platón Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.

San Camilo Cada uno pida al Señor que le dé un afecto materno hacia su prójimo.

Albert Einstein Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros.

San Agustín de Hipona Con el amor al prójimo el pobre es rico…, sin él el rico es pobre…

Cuando amamos al hermano con amor verdadero…, le amamos con un amor que viene de Dios… Y el que no ama al hermano, no está en el amor…, y el que no está en el amor no está en Dios porque Dios es amor…

Si no…, ¿cómo puedes llamarte cristiano?

+Carlos Osoro, “cuando falta Dios, el ser humano no solo se empobrece él mismo, sino que no tiene capacidad para dar todo lo que Dios nos entrega, entre otras cosas, la vida”. “Y uno da vida a los demás cuando la tiene”

Jacinto Benavente Cuando hemos renunciado a nuestra dicha y nos contentamos en ver dichosos a los que nos rodean, es quizá cuando empezamos a serlo.

P. Bernhard Häring C.Ss.R.El alma humilde se olvida de sí misma, y en Dios y por Dios se alegra de todo bien.

P. Félix Castro Morales El amor al prójimo como a sí mismo es inseparable del amor a Dios, porque el prójimo es mi hermano al ser hijo del mismo Padre, que lo ama como a mí. No podemos no amar a quien Dios ama.

Santa Edith Stein El amor al prójimo es nuestra medida de nuestro amor de Dios.

Benjamín Disraeli El don más grande que podemos hacer a otros no es compartir con ellos nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia.

Autor desconocido El cristiano entra en la iglesia para amar a Dios y sale para amar al prójimo.

P. Jesús Álvarez, ssp El máximo acto de amor al prójimo consiste en ayudarle a conseguir la vida eterna, que es el máximo don de Dios, como Jesús nos da a entender: “¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo, si al final se pierde a sí mismo?” (Mt 16, 26).

Arturo Graf El medio más seguro de hacernos agradables la vida es hacérsela feliz a los demás.

Dr. Richard Moss.El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra.

Lao Tse.El que conoce a su prójimo es erudito; el que se conoce a sí mismo es sabio.

León Tolstoi El que hace sufrir al prójimo se causa daño a sí mismo. El que ayuda a los demás se ayuda a sí mismo.

Henry Boye El viaje más importante que podemos hacer en la vida es el de conocer a otro en el camino.

San Francisco de Sales En nosotros, todo lo excusamos; en los prójimos, nada; queremos vender caro y comprar barato.

Miguel De Unamuno Entregarnos a los demás es desvivirnos.

Autor desconocido Es cuando nos olvidamos de nosotros, cuando hacemos cosas que merecen ser recordadas.

S. León Magno, Hagamos ayunar nuestros deseos de poseer –a veces inmoderados– con el fin de ofrecer a nuestro prójimo aquello de que carece radicalmente. El ayuno de los ricos ha de convertirse en alimento para los pobres (cf. Homilía 20, sobre el ayuno).

Martin Luther King Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos.

Baden Powell La bandera de conseguir la felicidad, es haciendo felices a los demás.

Madre Maravillas de Jesús La Caridad para con Dios se mide por la caridad que se tiene con el prójimo, y ésta roba el Corazón del Señor y…el de las criaturas también.

Antonio Elduayen, C.M.La parábola del Buen Samaritano nos invita a un examen sincero de nuestro compromiso con la caridad: qué estamos haciendo por los demás y en especial por los necesitados.

Mark Twain El modo mejor de alegrarte a tí mismo es tratar de alegrar a otro.

Evangeli.net Los santos han adquirido su capacidad de amar al prójimo de manera siempre renovada gracias a su encuentro con el Señor y, viceversa: ¡el amor crece a través del Amor!

Autor desconocido Me busqué a mí mismo, y no me encontré. Busqué a Dios, y se me escondió. Busqué a mi prójimo y encontré a los tres.

Charles Dickens Nadie es inútil en el mundo, mientras pueda aliviar un poco el peso de sus semejantes.

Erasmo de Rótterdam No hay goce alguno de las cosas si no se comparten con otros.

P. Miguel Rivilla San Martín Nos sobra tiempo para nosotros y nos falta tiempo para darnos a los demás.

S. Juan XXIII Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende.

P. Javier Leoz Prójimos son, en definitiva, las personas que salen a nuestro paso en mil circunstancias y con mil nombres y apellidos.

San Clemente de Alejandría Si viste a tu hermano, entonces viste a Dios.

M. Maintenon Todas las mañanas, nos debemos preguntar; ¿qué podría hacer hoy por los demás?

Autor desconocido Tu felicidad llega cuando a otros llena.

Fray Marcos, Esta parábola del “buen samaritano”, como todas, no necesita explicación, lo único que exige es implicación.

ORACIÓN

Oh, Señor Jesús, ten la bondad de acercarte a mí, movido por la compasión. Bajando de Jerusalén a Jericó , caes desde lo alto hasta nuestros bajos fondos, desde un lugar donde los seres están llenos de vida, a un país de enfermos. Mira: he caído en manos de los ángeles de las tinieblas y no sólo me han quitado el vestido de la gracia, sino que después de haberme molido a palos, me han dejado medio muerto. Cura las llagas de mis pecados, después de haberme dado la esperanza de volver a encontrar la salud; por miedo a que empeoraran llegué a perder la esperanza de curar. ¡Si pudieras ungirme con el óleo de tu perdón y derramar sobre mi el vino de la compunción! ¡Si me cargaras sobre tu misma cabalgadura, entonces «levantarías de la tierra al desvalido», «sacarías al pobre de la basura»!

San Gregorio Magno,

Exposición sobre los 7 salmos penitenciales, PL 79, 581.

CONTO

En cierta ocasión un rabino estaba instruyendo a sus discípulos. En el curso de su lección, les preguntó: ¿Cuándo comienza el día?».

Uno le contestó: «Cuando se alza el Sol y sus blandos rayos besan la Tierra que reverbera como el oro, entonces comienza el día». Pero su respuesta no complació al rabino.

Entonces otro discípulo apuntó: «Cuando los pajarillos empiezan a cantar a coro, y la naturaleza misma despierta a la vida después del sueño nocturno, entonces comienza el día». Pero tampoco esta respuesta gustó al rabino.

Y así, uno tras otro, todos los discípulos fueron dando sus respuestas. Pero ninguna de ellas agradada al rabino.

Por último, se rindieron todos, y le preguntaron excitados: «Ahora, ¡díganos usted mismo la respuesta correcta! Cuando comienza el día?» Y el rabino contestó sin alterarse: «Cuando ves a un extraño en la oscuridad, y reconoces en él a tu Hermano, entonces despunta el día! Si no reconoces en el extraño a tu hermano o hermana, ya puede alzarse el Sol, ya pueden cantar los pájaros, ya puede despertar a la vida la misma naturaleza, que en tu corazón sigue siendo noche y oscuridad».

Tomado del Cardenal Paul Poupard

Una mujer salió de casa y vio a tres hombres con largas barbas blancas sentados a la puerta. No los reconoció.

Ella les dijo: «Creo que no les conozco, pero deben tener hambre. Pueden entrar y comer algo».»¿Está el señor de la casa dentro?, preguntaron.

«No», respondió la señora. «Está fuera». «Entonces no podemos entrar», contestaron.

Al anochecer cuando llegó el marido, ella le contó lo que le había pasado.

«Ve e invítalos». La mujer salió y los invitó. Pero ellos le dijeron: «Nosotros no entramos en una casa los tres a la vez».

«¿Por qué?» les preguntó curiosa.

Uno de los tres le explicó: «Ese es Mr. Riqueza y aquel es Mr. Éxito y yo soy Mr. Amor. Ahora entra en casa y dile a tu esposo quién de nosotros quiere que entre en su casa.»

«Qué interesante». Invitemos a Mr. Riqueza y que nos llene la casa con sus riquezas», dijo el marido.

Su mujer no estaba de acuerdo. «¿Por qué no invitamos a Mr. Éxito? Su nuera que estaba escuchando saltó diciendo: «¿No sería mucho mejor invitar a Mr. Amor y así nuestra casa se llenaría de amor»?

Los tres se pusieron de acuerdo e invitaron a Mr. Amor.

El Amor se levantó y se dirigió hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y le siguieron. Sorprendida la señora preguntó a Mr. Riqueza y Éxito:

«Sólo invité a Mr. Amor, ¿por qué quieren entrar también ustedes?»

Y los dos respondieron al unísono: «Si usted hubiera invitado a Mr. Riqueza o Mr. Éxito los otros dos se habrían quedado afuera, pero como invitó a Mr. Amor, adonde él va también vamos nosotros.

Donde hay amor hay también riqueza y éxito.

Tomado de P. Félix Jiménez

ANÉCDOTA

Un hombre que vivió plenamente este Evangelio del buen samaritano es el santo que recordamos hoy: san Camilo de Lellis, fundador de los Ministros de los enfermos, patrono de los

enfermos y de los agentes sanitarios. San Camilo murió el 14 de julio de 1614

Tomado de Homilía 2013 SS.Francisco

A propósito de los famosos rabinos Shammay y Hillel, que vivie­ron pocos años antes de Jesús, se cuenta la siguiente anécdota. Una vez llegó un pagano a Shammay, famoso por su intolerancia, y le dijo: “Me haré prosélito con la condición de que me enseñes toda la Torá mien­tras aguanto a pata coja”. Él lo echó, amenazándolo con una vara de medir que tenía en la mano. Entonces fue a Hillel, famoso por su tolerancia, que le dijo: “Lo que no te guste, no se lo hagas a tu prójimo. En esto consiste toda la Ley, lo demás es interpreta­ción”. También del Rabí Aquiba (+ hacia 135 d.C.) se recuerda un esfuer­zo parecido de sintetizar toda la Ley en una sola frase: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo; este es un gran princi­pio general en la Torá”.

Los escribas, equivalentes a los doctores de teología actuales, pero con mucho más poder, autoridad y prestigio, no quedan bien en los evangelios.

Un samaritano. El personaje más odioso y despreciable para un judío, miembro de un pueblo que, según el libro de los Reyes, “no veneran al Señor ni proceden según sus mandatos y preceptos”. Irónicamente, un representante de este pueblo que no venera al Señor ni procede según sus mandatos y preceptos es quien actúa con misericordia y se comporta como prójimo.

Tomado de José Luis Sicre

AMIGOS

Hace tiempo al estar en mi casa, siendo como las 11:00 de la noche, recibí la llamada telefónica de un muy buen amigo mío. Me dio mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue: ¿cómo estas? Y sin saber por qué le contesté: «solísimo».

¿Quieres que platiquemos? Le respondí que sí y me dijo: ¿quieres que vaya a tu casa? Y respondí que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando a mi puerta.

Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo, de mi trabajo, de mi familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento siempre, me escuchó. Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara y que me apoyara y me hiciera ver mis errores, me sentía muy a gusto y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo: bueno, pues me retiro tengo que ir a trabajar.

Yo me sorprendí y le dije: pero porque no me habías dicho que tenías que ir a trabajar, mira la hora que es, no dormiste nada, te quité tu tiempo toda la noche. Él sonrió y me dijo: no hay problema para eso estamos los amigos. Yo me sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así.

Lo acompañé a la puerta de mi casa… y cuando él caminaba hacia su automóvil le grité desde lejos: oye amigo, y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde? El regresó y me dijo en voz baja es que te quería dar una noticia…y le pregunté: ¿qué pasó? Y me dijo…fui al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y solo me queda esperar… yo me quedé mudo…él me sonrió y me dijo: que tengas un buen día amigo… se dio la vuelta y se fue…

Pasó un buen rato para cuando asimile la situación y me pregunté una y otra vez, porque cuando él me preguntó ¿cómo estás? me olvidé de él y sólo hablé de mí.

¿Como tuvo la fuerza de sonreírme, de darme ánimos, de decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación?…esto es increíble… desde entonces mi vida ha cambiado, suelo ser más crítico con mis problemas y suelo disfrutar más de las cosas buenas de la vida, ahora aprovecho más el tiempo con la gente que quiero.. por ejemplo él… todavía vive y procuro disfrutar más el tiempo que convivimos y platicamos, sigo disfrutando de sus chistes, de su locura, de su seriedad, de su sabiduría, de su temple, de mi amigo…

Tomado de iveargentina.org

Traduciendo el valor adquisitivo de un denario a nuestra economía, el samaritano debió aportar entre 60/80 euros (2 denarios) al posadero para los cuidados del herido.

Pepe Gómez, Tiempo Interior

CANTO

Aquí me tienes Señor | Puente Cecilia ft. Padre Lalo Alborno

Ayer Te Vi… Fue Mas Claro Que La Luna

VIDEO

CATEQUIZIS 45 | BUEN SAMARITANO | Juan Manuel Cotelo

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